El caballo se fue de América
Los caballos y los humanos tienen una relación muy antigua, los equinos todavía tienen reservado un lugar de honor en muchas culturas
Quedó aclarado que el caballo es originario de América del Norte, pero un día emigró de este continente; “salió a explorar el mundo…” lo que implica, una historia migratoria ya que para ir tanto al Viejo Mundo, como a América del Sur se encontró con escollos y facilidades.
La salida de América del Norte
En la historia geológica de las masas continentales, muchas de estas estuvieron sumergidas y emergidas de modo alternativo, durante muchos millones de años. Las glaciaciones por su parte, causaron serias modificaciones: las masas de hielo llegaron a tener 3.000-4.000 metros de espesor, por lo que los mares bajaban más de 130 metros; había períodos muy fríos y períodos más cálidos. Pero cuando pudo, el caballo sorteó esos obstáculos y logró pasar hacia el Viejo Continente vía Siberia por un lado y hacia América del sur por otro. Esto comenzó unos 2,5 a 3 Ma AP (antes del presente), o sea, final del Plioceno. Ya para esta época, el caballo caminaba con un solo dedo (y en los humanos aparecía el Homo habilis).

El pasaje a Siberia, lo hizo a través del estrecho de Bering
Durante la mayor parte de su historia geológica, este estrecho estuvo con posibilidad de ser atravesado, pero hace 75 Ma, se sumergió y solo pudieron pasar algunas especies con características para poder hacerlo, no el caballo ni los primates superiores. Recién con las glaciaciones del Pleistoceno, al bajar los mares, ese puente quedó “habilitado” durante un millón de años, lo que permitió el pasaje de especies hacia ambos lados, incluido los humanos en un tiempo “más reciente” (no mayor a los 40.000 años, y en distintas “oleadas”). O sea: los humanos vinimos desde el Viejo Mundo hacia América y el caballo hizo el camino inverso. Claro que, como podrá apreciarse, en épocas muy distintas.
Este pasaje hacia Siberia, no lo hizo ni en un día ni pasaron todos juntos. Algunos géneros lo lograron y otros se extinguieron en América antes de intentarlo.

Una vez en Siberia, la especie que allí “sobrevivió”, (el Equus ferus ferus), se fue desplazando hacia la actual Mongolia y en sus vastas mesetas siguió con su evolución hasta completarla y convertirse en el “caballo actual o doméstico”, pasando primero, por dos “parientes” intermedios más cercanos (el tarpán y el Przewalski). Esto demandó unos 180.000 años.
Desde la meseta de Mongolia, desierto de Gobi y sus regiones aledañas se diseminó en dos corrientes: una, se dirigió hacia la actual Europa y tras cruzar los Pirineos, llegó a la península ibérica. De esa rama salieron también hacia los actuales países nórdicos ejemplares que luego adquirieron otra conformación corporal. La otra rama o corriente, (a través de los montes Zagros y Cercano Oriente), llegó al norte de África. Pero ninguna línea de dispersión natural, llegó a Australia. Allí, lo llevó el hombre (y eso, fue hace muy poco tiempo, en el siglo XVIII).

La migración hacia América Central
Durante 90 Ma (del Cretácico al Paleoceno), esta región estuvo sumergida. Esto indica imposibilidad de paso de norte a sur y viceversa. Luego, a fines del Eoceno y Oligoceno, hubo conexión continental por 12-13 Ma. Luego otra sumersión por 20 Ma., hasta que recién a fines del Plioceno (unos 3 Ma AP), se estableció la conexión continental “definitiva”, que permitió el pasaje de especies hacia América del Sur, como pumas, ciervos, perros, gatos, llamas, tapires, etc., y ¡el caballo!
También hubo pasaje de especies hacia América del Norte, como conejos, quirquinchos, perezosos, megaterios y otros.
Este pasaje hacia América del Sur, lo hizo en la segunda mitad del Plioceno (5 a 2,5 Ma AP) y solo fue posible cuando la zona de América Central emergió con el hoy istmo de Panamá. Así pasaron tres géneros de Pliohippus pero el género Equus (padre del caballo actual), pasó algo más tarde y se diseminó por lo que hoy es Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Bolivia, Chile, Uruguay y Argentina.
En síntesis, y rearmando el camino: el caballo es originario de América del Norte; pasó al viejo mundo y recién en el siglo XVI (“ayer”), los españoles lo reintrodujeron en América.
A América del Sur ya había pasado, pero hace 12.000 años se extinguió por causas varias. No quedó ningún caballo.
* Hugo A. Funtanillas. Médico veterinario. Equinos. Teniente Coronel Veterinario (R) del Ejército Argentino.
hugofunta52@gmail.com

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