Salud reproductiva

Vacaciones de verano, ¿momento ideal para un tratamiento de fecundación in vitro?

El verano puede ser la estación perfecta para iniciar el camino hacia la maternidad o paternidad.

Eugenia Baum martes, 14 de enero de 2025 · 10:50 hs
Vacaciones de verano, ¿momento ideal para un tratamiento de fecundación in vitro?
Es fundamental mantener una comunicación abierta y honesta para adaptar el tratamiento a las necesidades individuales de cada persona. Foto: Archivo MDZ

El verano ofrece un respiro a las tensiones cotidianas y para muchas personas representa el momento del año en que la disminución en el ritmo laboral permite desconectar de las exigencias diarias y rutinas extenuantes. Poder focalizar en las prioridades y bienestar, transitar un tratamiento de fertilidad con los tiempos que requiere, genera una importante reducción del estrés y es una fortaleza en medio del vértigo que provoca tener una fecundación in vitro (FIV) por delante.

Para comenzar, se debe tener en cuenta la Vitamina D. Conocida como la “hormona del sol”, juega un papel importante en la fertilidad femenina y masculina; interviene en el metabolismo óseo y múltiples estudios la han coligado con la reproducción femenina y masculina.

Si bien los resultados científicos no son concluyentes, se la ha asociado con los resultados de la FIV y con un impacto favorable de suplementación en pacientes con síndrome de ovario poliquístico y endometriosis; mientras que en el hombre se ha vinculado el déficit de esta vitamina con hipogonadismo, alteraciones en la espermatogénesis y la calidad del semen. Por lo que, si bien no hay protocolos científicos consensuados respecto a la suplementación, sería adecuado prestarle atención en el grupo de pacientes a los que les cuesta lograr embarazo.

Lo que sí se sabe, es que los mayores niveles de esta hormona son en los meses de verano, coincidentemente con la mayor tasa de embarazos que nos traen los nacimientos en primavera. La exposición adecuada a la luz solar ayuda a regular los niveles de cortisol en el organismo. Al mejorar el sueño, reducir el estrés y aumentar la producción de serotonina, la hormona de la felicidad, un neurotransmisor que mejora el estado de ánimo y reduce el estrés. 

Transitar un tratamiento de fertilidad con los tiempos que requiere, genera una importante reducción del estrés. Foto: MDZ.

Al poner el foco en la alimentación, específicamente en la inflamación crónica sistémica de bajo grado, que es un tipo de inflamación vinculada con múltiples enfermedades crónicas: cardiovasculares, oncológicas, diabetes y resistencia a la insulina, enfermedades autoinmunes, neurodegenerativas, enfermedades renales, hígado graso, alteraciones hormonales, entre otras. Esta inflamación se asocia principalmente a una alimentación rica en alimentos procesados y ultraprocesados, grasas trans, harinas refinadas y azúcar junto a un bajo consumo e inadecuada variabilidad de frutas, verduras y fibras.

Es por eso que, disminuir el consumo de alimentos proinflamatorios es más factible en verano, cuando los alimentos elegidos son frescos y livianos, muchos de los cuales además son ricos en antioxidantes, y esto contribuye a una alimentación saludable para la microbiota intestinal y su impacto en forma beneficiosa para la disminución del envejecimiento celular.

Por otro lado, el verano ofrece la posibilidad de disfrutar la actividad física al aire libre, una recomendación clara para la salud global de la población. Si bien los estudios científicos se han centrado en la relación entre obesidad- sedentarismo- respuestas a tratamientos de fertilidad y embarazos espontáneos y no logran ser concluyentes respecto al impacto que genera el ejercicio físico en la reproducción por la multiplicidad de factores relacionados, es considerado relevante como recomendación médica adecuada en guías nacionales e internacionales. Toda intervención que genere un impacto positivo en el estilo de vida de mujeres y hombres podría ser beneficiosa funcionalmente a nivel ovocitario, espermático y consecuentemente en la formación del embrión, implantación y desarrollo de un embarazo saludable.

Un tratamiento de fertilidad con los tiempos que requiere, genera una importante reducción del estrés. Foto: MDZ.

Si bien son variables los factores médicos por los que una pareja puede presentar contingencias al momento de no lograr el embarazo, cada caso es único. La multiplicidad de factores y diferencias interpersonales se presentan desde la edad hasta condiciones médicas subyacentes que condicionan un tratamiento específico para cada persona, por ello junto al especialista en fertilidad, establecer un trabajo integral y multidisciplinario es importante para alcanzar el objetivo.

Es fundamental mantener una comunicación abierta y honesta para adaptar el tratamiento a las necesidades individuales de cada persona, escuchar los tiempos de cada uno y juntos elegir el momento adecuado.

Eugenia Baum.

* Dra. Eugenia Baum, (MN 162.080), Especialista en Ginecología y Obstetricia, especialista en Fertilidad en Halitus Instituto Médico.

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