Semana Santa en Rosario: la violencia narco y la economía aplacan la llegada de turistas
La inseguridad golpea de lleno en la previa del fin de semana largo que hasta el momento registra un bajo nivel de reservas en hoteles y cabañas. La Capital con mejores expectativas.
A pocos días para el feriado largo de Semana Santa, el impacto de la violencia narco se hace sentir otra vez en Rosario y pone en jaque las expectativas comerciales por la llegada de turistas. Al mismo tiempo la economía hace su parte y limita las posibilidades de las familias que se ven obligadas a modificar hábitos.
Quienes visten Rosario deben saber que sus calles están militarizadas. Durante las últimas semanas, luego de los crímenes de cuatro trabajadores que consternaron a la ciudadanía y paralizaron actividades, comenzaron a llegar cientos de agentes federales, Prefectura, Gendarmería e incluso efectivos de la policía de la provincia de Buenos Aires que fueron puestos a disposición por el gobernador Axcel Kicillof.

Rosario es lo que viven sus vecinos, pero también lo que se muestra y se conoce más allá de su territorio. Desde hace varios años, alternado buenos y malos momentos, la ciudad es vista desde afuera como un lugar "peligroso" en donde quienes la visitan toman más recaudos.
Se trata de un fenómeno nuevo que de alguna manera se comenzó a experimentar hace poco cuando las bandas narcocriminales dejaron, aunque sea por un rato, de enfrentarse entre ellas para concentrar su atención en el Estado. Los homicidios de los trabajadores y los carteles amenazantes estuvieron doblemente dirigidos: a los vecinos para hacerles saber que nadie está exento y que la próxima víctima puede ser otro de ellos y, en segundo lugar, para los funcionarios por las condiciones de detención en los penales.
Ante ese escenario, algunos de forma más abierta que otros, pero todos los protagonistas consultados reconocen que las perspectivas de cara al feriado de Semana Santa son "complicadas" para Rosario. El anhelo de distenderse y "pasar un buen momento" con familia o con amigos no está garantizado en la tercera ciudad más importante de Argentina.
"Son ataques que generan terror a la gente y eso produce temor a desplazarse", indicó Ricardo Diab, secretario General de CAME en diálogo con MDZ respecto a los hechos de violencia e intimidaciones que muchas veces sufren los propios comerciantes.
Este martes Rosario volvió a amanecer absolutamente desolada, sin taxis y con un paro de colectivos producto de varios ataques que sufrieron los choferes. Los trabajadores reconocieron que la situación no da para más, tienen miedo de salir a la calle. Las postales de las calles vacías trajeron el inmediato recuerdo de la época de la pandemia por Covid.

"El sector más afectado es el del centro, en los barrios la gente de alguna manera se moviliza, pero repercute muy fuerte en el movimiento cotidiano de bares y restaurantes. Que no lleguen turistas impacta todavía más", se lamentó Diab y recordó que el comercio lleva tres meses de caída en ventas, sumado al incremento de los gastos corrientes en alquileres y servicios.
Representantes del sector de bares y gastronomía consultados por MDZ indicaron que la caída en las ventas durante la primera mitad de marzo estuvo entre un 30 y 40%. A su vez registraron restricciones entre aquellos que deciden salir a comer o tomar algo y explicaron que los clientes están "muy atentos a las promociones y descuentos" que cada lugar ofrece. Además marcaron que "ya no hay tanta rotación de mesas y se rota una sola vez en la noche o el mediodía".
Tanto Rosario como la ciudad de Santa Fe se caracterizan por ofrecer propuestas para estadías cortas. Atravesadas por paisajes naturales magníficos, rodeadas de naturaleza y río son ideales para aquellos que desean combinar el descanso con el entretenimiento.
Ambas ciudades cuentas con grandes cadenas de hoteles, que de acuerdo al bolsillo y las comodidades, varían en los precios. A esa oferta se suman los alquileres de departamento temporales para aquellos que decidan alojarse en la zona del centro y las cabañas en los tres corredores: Ruta 1, Ruta 11 y Carcaraña en las afueras.
Respecto a la ocupación de hoteles, Rosario y Santa Fe comparten hasta el momento un nivel de reservas que, en promedio, se ubica alrededor del 40%. Sin embargo y pese a todas las dificultades los empresarios son optimistas en que durante el transcurso de los próximos días se incremente el nivel de demanda.
En relación a las cabañas, la situación se presenta muy favorable ya que muchas de ellas ya cuentan con el 100% de ocupación y están derivando hacia otros lugares. "Tenemos muchas expectativas, hay muchas que ya están completas y otras que rondan el 60%, pero que van a seguir creciendo", comentó Guillermo Kess, representante de la Cámara de Cabañeros.
A diferencia de otros años en esta oportunidad son muy pocas las reservas que se hicieron por los seis días de feriado. Apremiados por la situación económica los visitantes decidieron acortar a dos o tres días la estadía. "Es una cuestión netamente económica y aunque a nosotros nos genere alguna complicación, decidimos acceder", reconoció el empresario.
"Con el fin de semana largo se termina la temporada más fuerte y ojalá lo podamos hacer de la mejor manera", se entusiasmó Kess a la espera de que la situación respecto a la violencia y las dificultades económicas den una tregua que permita disfrutar y vivir realmente una Semana Santa en paz.

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