Choripán debajo del puente: un clásico mendocino que sigue conquistando paladares
Mientras muchos locales gastronómicos sufren las consecuencias de la crisis, los choripanes debajo del puente de Godoy Cruz se mantienen como uno de los preferidos de los mendocinos.
En un rincón de Godoy Cruz, debajo del puente de la Ruta 40, frente al Easy, se esconde un clásico gastronómico que desafía las tendencias y resiste el paso del tiempo. Hablamos del tradicional choripán del puente, un puesto que lleva más de tres décadas deleitando paladares y que, en estos tiempos, pese a la crisis económica, recibe a cientos de mendocinos y turistas por día.
Mientras otros restaurantes y bares luchan por mantener sus puertas abiertas y en medio de la crisis ven cómo disminuye su clientela, este puesto sigue atrayendo a una multitud de comensales. Familias enteras, grandes y jóvenes, turistas, parejas y grupos de amigos se dan cita en este lugar para disfrutar de un clásico: el choripán.
El secreto de su éxito parece ser una combinación de tradición, sabor y un ambiente informal y acogedor. Los clientes habituales aseguran que no hay otro lugar como este en Mendoza, y que la calidad de sus productos, los precios económicos y la atención de sus dueños son inigualables.
Pero no solo los mendocinos son fieles seguidores de este puesto. En los últimos tiempos, el boca a boca ha trascendido las fronteras provinciales y cada vez son más los turistas que incluyen el choripán debajo del puente en su itinerario. Las redes sociales también han jugado un papel fundamental en la difusión y recomendación de los comensales por este lugar de Godoy Cruz.
La historia detrás de los choripanes
Están por cumplirse 35 años desde que Matilde puso por primera vez el puesto de choripanes. Después de que ella falleció, sus 8 hijos se quedaron con este punto de encuentro para vecinos, amigos y turistas. Los herederos, dos hermanos y seis hermanas, se turnan una semana cada uno para atenderlo. Cada uno tiene su propia marca y agregan alguna comida especial al clásico. Esta semana el puesto está a cargo de La sonrisa de mamá que además de los choris ofrece matambre y vacío, también en pan.
Uno de los nietos de Matilde atiende el puesto y contó a MDZ cómo es trabajar allí. "La gente muy amable, está bueno, porque gracias a Dios se llena, gracias a los clientes que ha hecho mi abuela. Se le pone más complicado cuando se empieza a juntar toda la gente pero tranquilo, lindo, nosotros siempre le convidamos algo a la gente mientras que esperan", afirmó.
Los días de fin de semana son los más concurridos, y atienden hasta los domingos a la noche. "La gente nos elige por la calidad de los productos y la atención, porque les calentamos el pan, le damos algo para picar, siempre la prioridad es la gente", aseguró.