Amor, magia y misticismo en Marc Chagall: un artista para conocer a fondo
La extraordinaria exposición el Museo Albertina, de Viena, que se extiende hasta febrero próximo, invita a profundizar en el conocimiento de un artista fascinante del que poco se ha visto entre nosotr
Una gran cantidad de museos en el mundo poseen las obras de Marc Chagall, en Buenos Aires sólo dos óleos existen en exposición pública. “Los Amantes” de 1959 del Museo Nacional de Bellas Artes y el “Bouquet de Primavera” de la Fundación Fortabat. En 2005 el Centro Cultural Borges, presentó, en una muestra temporaria una colección de aguatintas, aguafuertes y puntas secas pertenecientes a la Fundación Mazzota, de Milán. Fue la única vez que el público local pudo ver obras gráficas del Maestro. Vayamos entonces a él.
Marc Chagall (1887-1985) fue un pintor ruso-francés de origen judío, conocido por su estilo único que combina el surrealismo, el expresionismo y el simbolismo, lleno de colores vibrantes y temas oníricos. Nació en Vitebsk, en el Imperio Ruso (hoy Bielorrusia), en el seno de una familia judía humilde, y su identidad cultural y religiosa influyó profundamente en su arte. Desde joven mostró un gran talento para el dibujo y estudió en San Petersburgo antes de mudarse a París en 1910, donde se relacionó con otros artistas de vanguardia.
Desarrolló un estilo visualmente poético, marcado por escenas de su infancia en Vitebsk, figuras flotantes, ángeles, animales, y elementos de la iconografía judía. Sus obras suelen parecer sueños llenos de color y simbolismo. En ellas, temas como el amor, la naturaleza y la espiritualidad se expresan a través de un uso audaz del color y de figuras que desafían la gravedad y las proporciones convencionales.
Al llegar a París, Chagall quedó fascinado por la vida artística en Montparnasse. Influenciado por el cubismo, el fauvismo y otros movimientos de la época, su obra se volvió más abstracta y colorida, donde muestra una mezcla de recuerdos de Vitebsk y de la vida campesina. Durante la Primera Guerra Mundial, Chagall volvió a Vitebsk y quedó atrapado en Rusia. Se casó con Bella Rosenfeld, su gran amor y musa, y desarrolló una serie de obras inspiradas en su vida familiar. Tras la Revolución Rusa, fue nombrado Comisario de Artes para Vitebsk, pero las tensiones con otros artistas lo llevaron a mudarse a Moscú y finalmente a Berlín.
En 1923, se estableció de nuevo en París, allí su obra se hizo aún más reconocida. Sin embargo, el auge del nazismo lo obligó a huir a Estados Unidos en 1941. Durante esta época, reflejó el dolor y la angustia causados por la Segunda Guerra Mundial y la persecución de los judíos. Después de la guerra, Chagall regresó a Francia, y continuó trabajando en pinturas, vitrales, esculturas y murales. Entre sus encargos más famosos están los vitrales para la catedral de Reims y el techo de la Ópera de París que había perdido la decoración original.
Cuando Manuel Mujica Láinez conoció esta obra impulsó que Raúl Soldi pintara la cúpula del Teatro Colón cuya pintura original también se había deteriorado.
La Galería Albertina de Viena, donde ahora se presenta su obra es uno de los museos de arte más importantes de Austria y Europa. Fundado en 1776, se sitúa en un antiguo palacio en el centro de Viena.
A lo largo de los años, su colección creció hasta incluir obras de renombrados artistas como Miguel Ángel, Durero, Rubens, y Picasso. Alberga también más de un millón de impresiones gráficas y alrededor de 60,000 dibujos, además de una valiosa colección de arte moderno y, como ahora, muestras temporarias montadas con piezas de sus fondos, de otros museos de todo el mundo y de colecciones privadas.
La obra de Chagall tiene una amplia aceptación en el mercado. Su precio récord en remates se logró con “Los Amantes” un óleo de 1928 en New York en 2017 con algo más de 28 millones de dólares. A la par año tras año una inmensa cantidad de grabados (en los últimos años hay vendidos más de 35000) se ofrecen a valores accesibles a un público que disfruta de la magia y el misticismo de este gran soñador.
* Carlos María Pinasco es consultor de arte.
carlosmpinasco@gmail.com