No hay plata: ¿y ahora cómo seguimos?

"No hay plata". Con esta afirmación, el presidente Javier Milei avivó la conversación pública que se había desencadenado durante el extenso periodo electoral de 2023, sobre el tipo de modelo económico que los argentinos desean para los próximos años. En la actualidad, la economía se ha convertido en el eje principal de la discusión pública en Argentina. 

¿Cuál es la utilidad real de estas conversaciones públicas?

El destacado pensador estadounidense Noam Chomsky sostiene que "el acto de conversar es esencial para la comprensión mutua y el cambio social". A su vez, el filósofo y sociólogo alemán Jürgen Habermas, en su obra "Teoría de la acción comunicativa" (1981), explora cómo la comunicación racional contribuye a la formación de opiniones públicas y a la toma de decisiones en una sociedad democrática. En este contexto, la conversación pública busca resolver los problemas de la sociedad a través del consenso. 

Un ejemplo paradigmático de una conversación pública exitosa fue la transición a la democracia en 1983, que resistió el paso del tiempo y se destacó durante los sucesivos intentos de golpe de estado que no prosperaron. En la actualidad, nadie cuestiona que el sistema democrático es la elección preferida de los argentinos y que debe ser defendido por encima de intereses particulares. 

El debate sobre el modelo económico nacional es una cuestión abierta, siendo una conversación en constante ascenso debido a su urgencia para abordar problemas estructurales como la pobreza, vivienda, educación y seguridad. No obstante, la mera existencia de la conversación pública no es suficiente para resolver un problema; la calidad de dicha conversación es crucial. Una conversación pública con desinformación, escaso consenso, falta de transparencia y moral dudosa, difícilmente logrará resolver problemas a largo plazo. 

Un ejemplo negativo de debate público sobre el modelo económico fue el iniciado por el gobierno de Menem en 1989 con la famosa frase "cirugía mayor sin anestesia". Aunque al principio se implementaron medidas drásticas, pronto se aplicó una especie de anestesia con el plan 1 a 1. Este enfoque llevó a la ilusión de que Argentina estaba ingresando al primer mundo, pero, como sabemos, la realidad fue diferente y el país se enfrentó a graves problemas.

Desde entonces, en la conversación pública se han destacado las reacciones por sobre las propuestas, con un consenso implícito que, entre la inflación, la acumulación de deuda y la emisión de dinero, susurra un "Mientras tanto, vamos tirando...". 

En términos de desarrollo futuro, la conversación pública en Argentina no se ha centrado en definir qué modelo se busca, sino más bien en los resultados inmediatos. Además de buscar consenso, otras características esenciales para una conversación pública de calidad incluyen el pensamiento crítico y el nivel educativo vinculado al tema debatido.

El "no hay plata" expresado por Javier Milei, en el ámbito del discurso público, equivale, por el momento, al "déficit cero", propuesto por Cavallo como ministro de De la Rúa. Este "déficit cero" resultó ser poco efectivo y careció de consenso desde su inicio, siendo rápidamente opacado por el lema popular "que se vayan todos". Entonces, ante la afirmación de "no hay plata", surge la pregunta:

¿Y ahora qué hacemos?

El Gobierno tiene en sus manos el micrófono de la conversación, con la responsabilidad de elevar el diálogo hacia horizontes amplios e incentivar la búsqueda de acuerdos. ¿Cómo se desarrollará la conversación en esta ocasión? ¿Prevalecerá el diálogo, como en la reunión del poder ejecutivo nacional con todos los gobernadores en la Casa Rosada, o predominarán las provocaciones enviadas de un lado a otro, a las cuales se ha sumado la CGT, mientras otros aguardan su turno para participar?.

* Guillermo Nanni, Director de Comunicación de la Universidad Austral, licenciado en Comunicación y MBA
Internacional.