Opinión

Davos: ¿y la salud de los argentinos?

El presidente Milei está profundamente involucrado en sustanciales transformaciones económicas y políticas explícitamente arraigadas en la ideología libertaria.

Carlos Javier Regazzoni lunes, 29 de enero de 2024 · 07:00 hs
Davos: ¿y la salud de los argentinos?
Presidente Javier Milei Foto: NA

En su discurso en Davos explicó su visión: no existen las “fallas del mercado”, y “el Estado es el problema, y no la solución”. Estos postulados comunes entre libertarios, conforman además el corazón íntimo de muchas posiciones neoliberales, aun cuando
expresadas con mayor sutileza. De hecho, el entusiasmo por el Presidente no para de crecer entre buena parte de la élite empresaria mundial y políticos prominentes como Trump o Meloni. Podríamos decir que Javier Milei está a la vanguardia de una corriente libremercadista que insinúa incendiar el Occidente, siendo la Argentina su epicentro. 

Salud libertaria

El controvertido DNU ha otorgado el poder de elegir los proveedores de seguros de salud. Sin embargo, el atractivo de la “libre elección” puede no ser tan promisorio como parece. En el sistema actual de obras sociales los empleados ven grabados
sus ingresos con una deducción del 9% de su salario bruto a cualquiera nivel de ingreso. Dicha deducción da derecho al Plan Médico Obligatorio. Igual ocurre con el PAMI, donde los trabajadores aportan 5% del salario bruto. En su conjunto estos dos
sistemas constituyen dos seguros nacionales de salud, uno para población activa y otro para jubilados.

 En PAMI los trabajadores aportan 5% del salario bruto. Foto: MDZ.

Aunque imperfecto, este sistema garantiza acceso igualitario a la atención médica para todos los trabajadores formales y sus familias independientemente del nivel salarial, enteramente con recursos no fiscales. Son fondos legalmente protegidos y supervisado por el Estado.

Hay mucho por cambiar

Pero con la disposición del DNU, que asimila engañosamente a las empresas de medicina prepaga al seguro nacional de salud, en lo concreto se drenan recursos del Seguro Nacional de Salud perjudicando a los trabajadores más pobres, quienes enfrentarán menor financiación para la atención médica. Es notable que en los casi 200 artículos del DNU y los casi 700 artículos de la Ley
Ómnibus, ni un solo aborda las cuestiones de fondo de la grave crisis de salud. Salarios miserables de los médicos (promedio mensual de $500 dólares); una tasa de mortalidad adulta casi el doble que en Dinamarca; la estatura de los niños cercana al
estancamiento; epidemia de diabetes en barrios humildes; una mortalidad por cáncer infantil que aún duplica la de las naciones desarrolladas; y el 50 por ciento de la población con poco o ningún acceso a medicamentos esenciales.

En medio de las creencias libertarias del mercado Providencia, la cruda realidad es que los menos acomodados encontrarán un Estado que considera a la justicia social como una injusticia. Todo en franco contraste con las investigaciones epidemiológicas
de los últimos 50 años que han demostrado consistentemente que la financiación efectiva de la atención médica es inalcanzable sin un sistema de seguros públicos. La evidencia es categórica; ningún país logra equidad y altos niveles de salud sin un sistema de seguro social. Las recientes reformas en Argentina podrían marcar el abandono definitivo de los principios de protección universal de la salud. Y las consecuencias de una tal ruptura serían, desde el punto de vista médico, gravísimas.

Ni un solo artículo del DNU aborda las cuestiones de fondo de la grave crisis de salud. Foto: MDZ.

Peligro en Occidente

El presidente Javier Milei advirtió que Occidente está en peligro debido a: las ideologías socialistas y comunistas, la agenda del cambio climático, y los movimientos feministas. Fundamentó su posición libremercadista en los análisis macroeconómicos históricos de Angus Maddison que van desde el año 1 d.C. hasta el presente (lo que por definición los transforma sólo en una muy buena hipótesis de trabajo). Omitió, en 2.000 años, los roles del progreso científico y tecnológico, la emancipación política y la democracia, los avances médicos, la conciencia geográfica global, la revolución de las comunicaciones, y numerosos otros factores que han influido indiscutiblemente en el progreso de la civilización y que la mayoría de las veces fueron financiados  públicamente y guiados estratégicamente por los gobiernos, incluso por el capricho de algunos reyes y emperadores. Su conclusión fue que “más libre comercio, más desarrollo”.

Desde la salud podemos afirmar que los avances médicos han sido causa del desarrollo económico. Estos avances médicos han surgido en universidades, lejos de ideologías, basados en principios de solidaridad y pasión científica. Indudablemente estos progresos necesitan un mercado próspero que aporte recursos para sostener este círculo virtuoso invariablemente reproducido en todas las naciones desarrolladas y a lo largo de toda la historia humana. Incluso antes de los cálculos de Maddison, la educación comenzó siendo pública en la Antigua Grecia y la China milenaria; y sin ningún aporte libertario.

Es la ausencia de este ciclo virtuoso de progreso la verdadera amenaza para Occidente

En última instancia, es el individualismo el que pone en peligro el futuro de las comunidades, sean occidentales u orientales; las enfermedades no conocen fronteras, igual que la ignorancia.

Carlos Javier Regazzoni.

* Dr. Carlos Javier Regazzoni, médico, extitular del PAMI.

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