Gastronomía nocturna: cuando volver a casa después del trabajo se convierte en drama
Son jóvenes, cobran poco y sufren la inseguridad. Los empresarios reconocen que la falta de personal sigue siendo un problema. Taxis y Uber, inalcanzables.
Ser gastronómico y trabajar de noche se convirtió en un verdadero drama. Mozos, cocineros y bartenders, conforman un universo de trabajadores con características similares: son jóvenes, están precarizados y, sobre todo, expuestos a la inseguridad nocturna. Por este motivo, muchos de ellos terminan decidiendo abandonar el rubro en busca de nuevas oportunidades, generando un déficit de trabajadores que es reconocido por los empresarios de la provincia.
El 3 de diciembre de 2023, dos jóvenes bartenders vivieron momentos dramáticos cuando terminaban su jornada laboral en un bar de la calle Colón de la Ciudad de Mendoza. Mientras esperaban un vehículo para retornar a sus hogares, fueron abordados por cuatro delincuentes que los golpearon y le sustrajeron las pertenencias a uno de ellos. Meses antes, precisamente el lunes 13 de marzo, Agustina Tramontana, una moza que trabajaba en un bar de la calle Arístides Villanueva, fue brutalmente golpeada por dos sujetos que le causaron graves heridas. "Ayer fui yo, pero esto pasa constantemente en la gastronomía", afirmó la chica en aquel entonces. Las dos historias, que fueron abordadas por MDZ, reflejan una problemática sin solución aparente para miles de jóvenes que deben salir a trabajar, pero a la vez están obligados lidiar con un contexto de crisis que los expone constantemente a sufrir la violencia de la calle.
Si la situación ya era complicada, la inflación del 211,4% en 2023, producto de la pésima gestión realizada por Alberto Fernández y profundizada aún más por las medidas económicas de shock aplicadas por el presidente libertario, Javier Milei, la complejizó mucho más. Hoy, para un joven que trabaja en gastronomía y gana, con suerte, 1200 pesos por hora, tomarse un Uber o taxi para volver a su hogar, representa un lujo que no se puede permitir. Sí, volver a casa de forma segura se volvió un lujo.
La mayoría del personal gastronómico que se desenvuelve en los distintos establecimientos del gran Mendoza termina su jornada después de las dos de la mañana, es decir, cuando el servicio de transporte no está funcionando. Entre esa hora y las cinco de la madrugada, los jóvenes que no tienen movilidad están obligados a elegir entre desembolsar el 30% de lo que ganaron en un día para volver a su casa, esperar el alba en algún bar hasta que los colectivos vuelvan a circular o, como sucede en numerosos casos, abandonar el trabajo para priorizar su seguridad.
La historia de Agostina
Agostina tiene 19 años y es empleada gastronómica. Accede a conversar con MDZ pero solicita no comunicar su apellido. Su historia podría ser la de cientos de jóvenes que cada noche salen a ganarse en pan en la provincia. Su bronca también.
"La gastronomía está super mal paga. A los que estamos en el rango que va desde los 18 a los 25, nos tienen como descartables, además de malos tratos de jefes y gerentes. En mi caso, trabajaba 8 horas y me pagaban 5 mil pesos. A veces de propina hacía 30 mil pesos y menos de 10 mil nunca. Por lo tanto, mi sueldo era nada en base a la propina. Los dueños juegan mucho con eso, sin embargo, hay que aclarar que la propina no es individual sino que de ese monto se reparte con recepción, cocina, caja, barra. De hecho, los jefes te decían hasta cómo la dividirla", cuenta la joven sobre su experiencia en un local de la calle Arístides Villanueva.
Además de la evidente precarización, la exposición a posibles robos u otros hechos delictivos fue la gota que colmó el vaso y la llevo a buscar la tranquilidad de un trabajo diurno. "El tema de la inseguridad es super peligroso. A veces salíamos a las tres y media, cuatro o cinco. Un Uber a esa hora no bajaba de tres mil o cuatro mil pesos, por lo que una parte del sueldo lo destinabas a eso o a veces lo que hacíamos era quedarnos en grupo en algún bar que cerrara tarde hasta que se hicieran las 6 para tomar el micro e irnos a nuestro hogar", señala, casi naturalizando el hecho de tener que esperar la luz del sol para realmente dar por culminada su jornada laboral.
Qué opinan los gremios y empresarios.
La inseguridad que deben afrontar los trabajadores, los inconvenientes por la falta de transporte público en horas de la noche y la precarización laboral, son temas reconocidos reconocidos por la Seccional Mendoza de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina. De hecho, vienen trabajando en soluciones para evitar la fuga de jóvenes a otros sectores.
"Hay muchos causas que incrementan la problemática del trabajo nocturno en el sector hotelero y gastronómico. El tema de la inseguridad lo hemos hemos hablado con empresarios del sector y estamos tratando de buscar alguna solución para que el trabajador se sienta seguro", señaló Emiliano Tejeda, dirigente sindical de UTHHGRA Mendoza.
Y agregó: "Estamos en una provincia que crece de manera exponencial en materia de Turismo, donde los logros internacionales como la definición de 4 estrellas Michelin, hacen que el turismo nacional e internacional crezca. Bueno, no podemos dejar de pensar que gran porcentaje de este logro es por los y las trabajadores del sector; necesitamos que es las políticas estatales se empiece a contemplar al trabajador como un pilar fundamental en ese crecimiento".
Por su parte, Fernando Barbera, de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Mendoza, se refirió a la situación que atraviesa el sector y las dificultades que tienen los empresarios por el déficit de trabajadores disponibles. "Hay diferentes causas. Después de la pandemia la gente salió del sector turístico, tanto en gastronomía y hotelería nos cuesta conseguir personal. Si le agregás las dificultades que hay con el transporte público, se generan complicaciones respecto al trabajo nocturno".
Y agregó: "El tema sobre la falta de personal turístico es una problemática a nivel mundial. Miro mucha información de Italia y España que están en la misma situación. La diferencia es que allá los restaurantes cierran más temprano entonces no tienen inconvenientes con el transporte público".