Tras perder a su hija, creó una ONG para acompañar a niños con cáncer: "Ella estaría orgullosa"
Mercedes Carrión recorre los hospitales a diario, llevando medicamentos, juguetes y abrazos. En diálogo con MDZ, contó cómo surgió esta iniciativa y lo que siente al sacarle una sonrisa a cada chico.
"El cáncer rompe absolutamente con todo", expresó Mercedes Carrión. Su hija, Camila, falleció cuando tenía 7 años tras luchar por meses contra la enfermedad y el mundo de esta madre mendocina se desmoronó. Sin embargo, de esos escombros logró reconstruirse, tomó fuerzas y convirtió el dolor en un motor para acompañar a otros niños que lo atraviesan a través de la Asociación Traspasar.
Mientras estaba con la pequeña en el hospital, y toda su familia acampando afuera, ambas se animaron a mirar a sus costados: recuerda ver a varias mamás totalmente solas con sus niños, asustadas, cansadas, con hambre. Chicos que no podían conseguir los medicamentos por temas económicos o morían por no tener a su alcance agua potable.
"Cami, en algún momento, comenzó a decir que cuando esto pasara íbamos a hacer algo por esos nenes. No sé si ella se imaginó que íbamos a hacer esto, pero siempre lo tuvo en cuenta. Para mi hija lamentablemente no ocurrió, no lo pasó, pero creo que fue el legado y la palabra absoluta para yo entender que había que actuar", recordó en diálogo con MDZ.
Entender que aún habiendo muerto su hija, el mundo seguía girando y las desigualdades continuaban pesándole a muchos pacientes y familias. No lo eligió, lo vivió. Se encontró mirando al cáncer a los ojos -eso que le da temor a muchos-, sintiéndolo, aceptándolo. Con su nena se adentró en un doloroso camino de aprendizaje, y con su pérdida se animó a ayudar, pero todo eso nació tras pasar este dolor.
Asociación Traspasar: la ONG que acompaña a niños con cáncer
Activa a lo largo de la provincia de Mendoza, la ONG fue fundada por Mercedes en 2010 y actualmente cuenta con 23 voluntarios, más una comunidad que aporta y responde a los pedidos que se requieren. Pero este logro se fue construyendo de a poco. ¿Cómo comenzó? Con una mujer dispuesta a hacer el cambio.
Al mes de que falleció Camila, regresó al hospital pediátrico Humberto Notti para sorpresa de los médicos. No podían entender qué hacía allí, el sitio donde perdió a su hija. Fue incontables veces, y en todas la echaron, hasta que no les quedó otra que entender que ella no se cansaría de ir. Conocía las carencias de los niños de allí y no se quedaría de brazos cruzados.
"Yo siempre le digo a la gente que hay que mirar al cáncer a los ojos, estoy convencida de que si lo hacés y te das cuenta que desde algún lugar podes hacer algo, es imposible mirar al costado. A mí me sucedió eso, yo me encontré con el cáncer mirándome a los ojos y por más que mi hija ya no estaba, esto seguía", señaló. Ella lo describió como algo que estaba prendido fuego dentro suyo y se apagaría sólo de esta forma.
Recorren la provincia entera haciendo campañas para los más chicos. Les llevan comida, si necesitan traslado también, y ayudan a refaccionar sus casas. Para Navidad fueron hogar por hogar regalándoles una cena para que puedan, aunque sea, festejar ese día.
Dentro de los hospitales también desarrollan un trabajo intenso; ella, desde su lugar y experiencia, intenta ver cuáles son las necesidades de las familias y responder a las mismas. El equipo ha logrado instalar un servicio de Internet, televisión por cable, una heladera, microondas y conseguir medicamentos. Pero también ayuda desde el acompañamiento.
Los abrazos más felices y dolorosos
Amoldándose a los consejos del equipo de salud mental de cada nosocomio, todos los días aparecen para jugar con los más chicos, hacerlos reír, escucharlos, contenerlos, abrazarlos. Para Mercedes, ver y entender lo que sentía su hija fue clave para poder comprender a los menores, y desde su lugar sabe bien lo que atraviesan sus familias, ese miedo, angustia, estrés.
En este sentido, Carrión contó: "En ese hospital he dado los abrazos más felices de mi vida y los más tristes también. De aquellos que tocaban la campana y los que se fueron. Cuando un padre va a abrazar a su hijo que se muere, es terrible, pero también he abrazado buenas noticias. Son emociones muy extremas que se pueden dar en el mismo día inclusive".
Para la mendocina, uno aprende a valorar la vida en esos lugares. Agradecer la salud y abrir la cabeza. Ha entrado a la misma sala donde Camila murió, pero nunca mezcló su historia con el trabajo que hace desde la Asociación; se enfocó siempre en aquellas personas que necesitaban contención. Aún recuerda esos primeros abrazos que dio hace 13 años atrás, y cuyas personas al día de hoy continúan mandándole mensajes de agradecimiento.
"Cada vez que piso un hospital y sale un niño corriendo y se me prende a las piernas, o cada vez que recorro los pasillos donde ellos están haciendo quimioterapia y escucho que gritan mi nombre desde alguna habitación, cada vez que sale una enfermera y me pide que siga pasando por ciertos lugares porque me esperan, ahí es donde confirmo que estoy en el lugar indicado, y así compruebo que la vida de mi hija y su muerte no fue en vano", reconoció.
De este modo, señaló: "Creo que mi nena estaría orgullosa. Ella me está viendo desde algún lugar, y siempre se lo digo a mi equipo: estoy segura de que si Cami nos está mirando, mira y asiente con la cabeza, como que lo estamos haciendo bien. Yo estoy orgullosa de lo que hacemos y creo que ella vino a este mundo para dejarme un legado".
Cuando mira a un niño a los ojos, no ve a su pequeña, no busca recuperarla ni idealizarla en otros. Ella la acompaña, es su motor de vida y de eso no hay dudas, pero es un duelo aparte. La llora y la sufre con amigos, familiares; crear esta Asociación quizás fue una manera de afrontar el dolor, lo que no significa que esté todo entrelazado. De hecho, Mercedes insiste en que se siente más viva que nunca haciendo esto.
El nombre de la ONG no fue elegido al azar. La mendocina lo explicó así: "Si bien traspasar el cáncer desde el amor es muy difícil, es posible. Es lo que yo siempre le digo a la gente, traspasamos vidas, historias, burocracias, pero a la vez es lo que queda 'tras pasar' una situación tan difícil, como lo es la muerte de un hijo, y se puede transformar".
Cómo colaborar con la Asociación Traspasar
Como todos los años, los tres hermanos de Carrión comienzan a dejarse crecer la barba a medida que se acercan las fiestas y preparan sus disfraces: en enero, para el día de los Reyes Magos, recorren los pasillos hospitalarios llevando regalos a los más pequeños.
Quienes deseen colaborar con esta ONG, cuyo Instagram es @asociacion_traspasar, pueden aportar el monto que quieran a través de la cuenta bancaria de la mendocina o su cuenta de Mercado Pago.
CUENTA EN EL BANCO
- CBU: 1910115855011501444332
- Número de cuenta: 0144433
- Banco Credicoop
- Asociación Traspasar
- Cuit: 30713440805
MERCADO PAGO
- CVU: 0000003100089041064905
- ALIAS: asociacion.traspasar