Qué hará la provincia

Alcohol cero es ley: cómo serán los controles viales en Mendoza

Tras meses de idas y venidas, el proyecto se convirtió en ley este jueves por la noche en el Senado. En Mendoza adelantaron que no habrá un acatamiento y que solamente el 0.0 de alcohol en sangre se respetaría en rutas nacionales. La experiencia contraria en Córdoba y sus resultados.

Federico Lagiglia
Federico Lagiglia viernes, 14 de abril de 2023 · 08:00 hs
Alcohol cero es ley: cómo serán los controles viales en Mendoza
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

La ley de tolerancia cero de alcohol al volante se trató este jueves en la Cámara de Senadores, tras varios meses en los que el Congreso no sesionó en la Cámara Alta por distintos motivos. El proyecto impulsado en Diputados por el oficialismo, por el Ministerio de Transporte y la Agencia Nacional de Seguridad Vial se convirtió el ley con un total de 49 votos a favor y 9 en contra.

Una de las principales controversias en el caso era la posición de algunos legisladores mendocinos, ya que empresarios de la industria del vino habían realizado diversas reuniones desde el 2020 para intentar que el proyecto se frene. Una parte de Juntos por el Cambio, impulsada por Alfredo Cornejo y Mariana Juri, estuvo detrás de ese objetivo aunque desde el bloque peronista ya manifestaban tener "una amplia mayoría" al respecto, algo que terminó sucediendo con el contundente resultado.

A fines de 2022, este proyecto obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados por lo que en su momento el gobernador de la provincia, Rodolfo Suarez, fue consultado respecto de cómo haría Mendoza para aplicar esta ley en la práctica. A lo que respondió y aclaró que "el tránsito es facultad de la provincia. No vamos a mandar la adhesión a Tolerancia Cero a la Legislatura provincial. En la provincia se aplica la ley de la provincia".

En el mismo sentido, legisladores del radicalismo mendocino confiaron a MDZ que esto no afectaría en los controles de la diaria en las calles de Mendoza, pero sí en las rutas nacionales. Un ejemplo básico y claro es el siguiente: en calle Arístides Villanueva, una de las más concurridas por jóvenes (o no tan jóvenes) en la que se inserta un polo gastronómico mendocino enorme, si la Municipalidad de Capital realiza un control o bien Tránsito de la provincia, no podrá exigir el 0.0 de alcohol en sangre sino que seguirá rigiéndose por el 0.5.

Esa misma situación se replicará a todas las calles, por ejemplo, del centro de Mendoza en las que circulan habitualmente los ciudadanos. También en el interior de los departamentos en los que no atraviesa una ruta nacional.

Sin embargo, sí se exigirá el 0.0 de alcohol en sangre una vez que con un vehículo, moto, camioneta o cualquier tipo de rodado, se ingrese a la Ruta 7, Ruta 40 o cualquier otra vía nacional en la que esté labrando actas y controles la Agencia Nacional de Seguridad Vial.

La experiencia de Córdoba con Alcohol Cero

Córdoba puso en vigencia en el año 2014 su Ley provincial 10.181 que establece que el límite de alcohol en sangre tolerado para los conductores es cero. Para su implementación se estableció un período de tiempo de 90 días para concientizar a la población. La normativa fue aprobada en diciembre de 2013 y su aplicación, a diferencia de Mendoza, era sólo en las rutas de jurisdicción Provincial sobre las que tenía y tiene competencia la Dirección General de la Policía Caminera, que ya por ese entonces realizaba controles a los conductores en jurisdicción provincial.

Pionera entre las demás provincias, la Ley 10.181 “Programa Alcoholemia Cero” fue la primera legislación en el país en establecer el “cero absoluto” en materia de alcoholemia. Y, según la Dirección General de Prevención de Accidentes de Tránsito de Córdoba, la normativa “fue un factor determinante para lograr la disminución de más del 35% de víctimas fatales en siniestros viales”.

A diez años de su aplicación, la Ley aún sigue generando polémica entres quienes aseguran que es una herramienta fundamental para prevenir siniestros viales y los que argumentan que no es necesario llegar al cero absoluto por no tenerse en cuenta factores como la falla en alcoholímetros o el margen de error que puede existir en la medición.

La periodista de MDZ en Córdoba, Gabriela Yalangozian, dialogó con Guillermo Pacharoni, presidente de la Fundación “Visión 0 en Seguridad Vial” y diplomado en Seguridad de Tránsito y Accidentología Vial enfatizó: “No creo que la ley de alcoholemia cero sea la solución para atacar el flagelo de la inseguridad vial respecto al alcohol y Córdoba es el claro ejemplo de esto. Tenemos hace diez años la ley y la cantidad de siniestros viales con fallecidos se han mantenido e incluso aumentado. El Estado nacional debe complementar con otro tipo de medidas una ley así si tiene la intención de mejorar los índices de siniestralidad”.

“Lo que veo como positivo es el mensaje: que el alcohol y el volante no van de la mano”, dijo. “El tema es que el flagelo de la inseguridad vial en lo que respecta a la incidencia del alcohol no está dado por aquel conductor cuyo test de 0.1 o 0.2, sino que está dada por las personas que manejan borrachas”, enfatizó.

“Si no mejoramos los controles que se realizan, no va a cambiar nada. Lo que necesitamos es profundizar la sensación de control. Teniendo nueve alcoholímetros habilitados en toda la provincia de Córdoba esos índices nunca van a mejorar. Se necesita invertir en mayores controles, los cuales tienen que ser estratégicos y en determinadas zonas, determinadas franjas horarias y con determinadas franjas etarias”, aseveró. “Yo creo que hay que profundizar esa sensación de que estamos permanentemente controlados para bajar los índices de siniestralidad. Aún cuando con esta medida se da un mensaje errado: con la alcoholemia cero parece que el riesgo es sufrir una multa, cuando el verdadero riesgo de siniestralidad por la la discapacidad psicofísica que produce el alcohol en el conductor”.

Por su parte, la periodista también habló con el abogado especialista en derecho de tránsito y educación vial, Horacio Botta Bernaus hizo hincapié en varios factores que la Ley provincial no tuvo en cuenta. “Yo creo en el alcohol cero, es decir, si alguien va a conducir no tiene que consumir alcohol. Pero cuando entramos a discutir la alcoholemia cero tenemos que tener en cuenta los márgenes de error que tienen los aparatos que miden la alcoholemia. Una cosa es medir la alcoholemia en una muestra de sangre u orina y otra es tomar una muestra con aire aspirado. Y los alcoholímetros aún funcionando bien, tienen un margen de error. Además están los falsos positivos, relacionadas con enfermedades como diabetes o con infecciones bucales, por ejemplo”, sentenció.

Y enfatizó que el alcohol no es la única “droga” que puede consumir el conductor. “Si sólo se controla el consumo de alcohol puede ocurrir un corrimiento a otras drogas, que son aún más peligrosas y que no se están midiendo”, puntualizó.

Como tercer factor, enfatizó a la luz de la experiencia en dicha provincia, una normativa así, por sí sola, no evita la accidentología vial. “Apostar todo un esfuerzo de prevención solo en la alcoholemia cero, no es suficiente. En Córdoba, la ley lleva diez años y a mí en ruta en todo ese tiempo no me controlaron nunca con el test de alcoholemia. Por eso creo que en todo caso, hay que ser profesionales. Se puede hacer cumplir el 0.4 o 0.5, pero con una buena política de control. Porque en el primer tiempo que sale la ley todos los conductores se cuidan. Pero si ves que en diez años no te hicieron un test de alcoholemia, la capacidad de que la ley sea eficiente se diluye. Y nos ha pasado de provincias que anuncian con bombos y platillos la alcoholemia 0 y al poco tiempo aparecen los inspectores diciendo que no tienen alcoholímetros”, recordó.

“Me preocupa porque se le está presentando a la sociedad que la alcoholemia cero es la panacea de la seguridad vial. Si quieren aprobar una ley así, tiene que ir de la mano de un proceso de control que garantice los derechos de los ciudadanos para que no haya abusos. Pero aún más. No hagamos creer a la gente que la alcoholemia cero va a erradicar la siniestralidad vial en Argentina, y no trabajemos en otras cosas que son mucho más importantes que esta”, aseguró Bottas Bernaus.

Sobre la experiencia cordobesa, enfatizó que la presencia de la Policía Caminera fue fundamental. “Es lo que ha logrado el gran cambio en la provincia. Porque más que los controles lo que es efectivo es la sensación de control. Hoy los conductores saben que la Caminera pueden aparecer en cualquier momento y en cualquier ruta. Eso generó un cambio de conducta, aunque todavía no alcanza”, cerró.

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