Trabajadoras del hogar, trabajadoras precarizadas

El 30 de marzo se conmemora el día internacional de las trabajadoras del hogar, una fecha que busca visibilizar la precaria situación laboral de quienes realizan esta actividad. Desde Grow- género y trabajo reflexionamos sobre la feminización del empleo doméstico y las situaciones de desigualdad que atraviesan las mujeres en este sector.

Discriminación histórica, desigualdad permanente: en América Latina y el Caribe, el 93% de quienes trabajan en casas particulares son mujeres. Actividades fundamentales como el cuidado y el mantenimiento de los hogares son realizadas en condiciones de precariedad: los ingresos de estas mujeres son iguales o menores al 50% del promedio de todas las personas ocupadas y el 78% de ellas son trabajadoras informales (OIT, ONU Mujeres, CEPAL; 2020).

Parte de la explicación de la desigualdad que las afecta puede encontrarse en el origen de esta actividad: el trabajo esclavo y la servidumbre. No obstante, abolida la esclavitud se mantiene la escasa valoración social que tiene el empleo doméstico, en el que confluyen distintas discriminaciones basadas no solo en el género –debido a la asignación de las tareas domésticas y de cuidado de forma casi exclusiva a las mujeres– sino también en la pertenencia étnico-racial –en la región gran parte de las mujeres indígenas y
afrodescendientes han estado vinculadas a esta actividad–.   

Actualmente, se estima que un 17% de las personas que trabajan como empleadas domésticas son migrantes y un 73% de ellas, mujeres (Cepal, 2020). Ellas, que tienen menos redes de contacto en los países a los que migran, suelen también estar más expuestas a situaciones de violencia y contar con menos información para salir de esta situación. 

“Registradas” para ser reconocidas: En Argentina, la situación no es mucho mejor. El trabajo doméstico es la tercera rama de
ocupación entre los empleos de las mujeres, después del comercio y la enseñanza (EPH- Indec, 1er trimestre de 2021); y es el sector de mayor informalidad (71%) y de menores salarios de toda la economía. En este contexto, resulta fundamental que el estado implemente acciones concretas para garantizar sus derechos laborales. 

En 2021 se lanzó el programa “Registradas” –extendido hasta 2023 inclusive– que brinda un apoyo económico para la contratación de trabajadoras de casas particulares con el objetivo de reducir la informalidad en el sector. Desde Grow- género y trabajo
consideramos que esta política pública es fundamental para mejorar sus condiciones laborales, y por lo tanto, económicas, especialmente tras la pandemia del Covid-19 que significó para muchas la pérdida de su trabajo.

Sin embargo, es importante acompañar esta iniciativa de otras para que estas mujeres puedan alcanzar la autonomía económica. Entre ellas, promover su inclusión financiera y garantizar que puedan acceder a asesoría legal.

* Equipo Grow- género y trabajo.