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Fabíán Ruggeri: "Hoy no hay un crédito que sea acorde para la agricultura"

El presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas, que representa a unos 5 mil productores de Mendoza charló con MDZ sobre las problemáticas que afronta el sector luego de una cosecha que fue considerada la "peor de los últimos 50 años". Aquí, la entrevista completa.

Zulema Usach
Zulema Usach sábado, 25 de marzo de 2023 · 17:00 hs
Fabíán Ruggeri: "Hoy no hay un crédito que sea acorde para la agricultura"
Fabián Ruggeri es el presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi). Foto: Rodrigo D'Angelo / MDZ

Para los pequeños y medianos productores vitivinícolas de Mendoza, el 2022 fue un año de extrema complejidad, con pérdidas que en algunos casos llegaron al 100%, con una temporada de Vendimia que fue considerada como la "peor de los últimos cincuenta años".

Y es que en la memoria de buena parte de ellos, no hay registros de que en épocas pasadas hayan tenido que afrontar tantas problemáticas de extrema complejidad. Hoy, cuando las zonas de viña en la provincia ya se predisponen a culminar con su etapa final de la cosecha (para comenzar a preparar las tierras hacia un nuevo ciclo) los desafíos hacia adelante son numerosos. A  los vaivenes de la economía se suman los factores asociados al cambio climático (con eventos extremos como las heladas tardías y el granizo estrepitoso) y la escasez de agua, sobre todo en las zonas de campo que se alimentan del Río Tunuyán, uno de los que este año presentó la menor cantidad de caudal como consecuencia de la merma en el volumen de nieve acumulada en la cordillera.

Fabián Ruggeri es quien desde noviembre de 2022 está el frente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi), una entidad que en Mendoza representa a unos 5 mil pequeños y medianos productores. Fue justamente en ese mes, en que el factor climático azotó con intensidad extensos territorios de viña con las heladas tardías, justo cuando los tallos de la planta de encontraban en una etapa de maduración clave. En muchos casos, las pérdidas por esta situación fueron totales. Luego, el granizo, que en las dos últimas temporadas estivales cayó con volúmenes pocas veces visto, terminó de colapsar a la producción. "Veníamos de una cosecha que aparentaba ser muy buena, incluso mayor que la del año pasado. Pero después de los fenómenos que tuvimos el  31 de octubre y el 1 de noviembre con las heladas, la verdad que empezamos a notar que los daños habían sido más importantes", dice Ruggeri, al poner el foco en la lista de dificultades de la temporada.

En diálogo con MDZ el representante de la Acovi comparte datos precisos. "Terminamos con un 76, 78% de daños en promedio en la zona sur, un poco más del 50% en la zona del Valle de Uco y en la zona Este va a estar cercano al 35 o 40% de disminución y en la zona norte con un 25 o 30%. Esto hace, en general alrededor del 35% de merma, que es un poco más que lo que tiene previsto el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). El INV tiene el 23% de daño a nivel provincial pero nosotros consideramos que hay un poco más de merma", indica Ruggeri.

Fabián Ruggeri es el presidente de la Acovi

- Se hablaba de una temporada que había sido la más compleja en 50 años…

- Sí, en cincuenta años porque es de lo que se tiene registros. En realidad, las producciones si uno toma muy hacia atrás, cuando no teníamos el boom de la plantación de uvas criollas, antes de los años ’70, teníamos cosechas que estaban ahí, entre los 12 y los 13 millones de quintales que era lo normal en el país porque teníamos variedades como Malbec, que eran poco productivas. Con la implantación en la década del ’70 empezamos a tener cosechas mucho más elevadas, llegamos a tener casi 30 millones de quintales y estábamos estabilizados alrededor de 22 o 23 millones de quintales.

Si tomamos en cuenta las últimas cosechas desde el 2016, que fue la otra peor que tuvimos (con 16 millones 800 mil quintales de uva) para acá, podemos decir que el volumen producido fue subiendo un poco, pero nunca llegaron de nuevo a los 23 millones. Este año, definitivamente que va a ser la peor de la historia, en la nueva etapa vitícola.

- ¿Cuáles son los principales desafíos que está atravesando el sector?

- También tenemos el tema del granizo. El granizo estadísticamente a nivel provincial siempre está entre un 6 y 8% de daño, lo que pasa es que cuando a uno le toca es el 80 o el 100% de daño. Esta temporada es un poco superior a eso, entre el 8 y el 9% hasta ahora. Han sido eventos climáticos extremos; se ha gastado mucha cantidad de pirotecnia, que si no hubiese sido así, hubiera sido bastante peor la situación. Si bien el sistema de defensa contra el granizo tiene sus limitaciones, es un sistema que está funcionando. Hay tormentas que se pueden combatir y tormentas que no tienen forma de ser combatidas por su propia génesis. 

En cuanto a los desafíos que tenemos hacia adelante, la verdad que son varios, empezando por aquellos productores que se han quedado sin producción. Esos productores lamentablemente no van a tener ingresos. Ahora se termina la cosecha y ellos se quedan sin ingresos, tal vez tienen algo para cobrar de la cosecha pasada pero ya en la nueva cosecha no tienen ingresos. La realidad es que ese mismo productor tiene que seguir invirtiendo en su propiedad para poder llegar a la próxima cosecha.

¿Se les hace muy complejo acceder a los créditos?

- Hoy no hay crédito que sea acorde para la agricultura, por empezar y para un sector que está en emergencia de desastre. No existen esos créditos todavía. Hay una promesa del Gobierno de la Nación de que va a hacer algo en ese sentido, sí hay algunos créditos generados por la provincia con unas tasas que son bastante convenientes pero no va a alcanzar para la cantidad de productores que están afectados. Eso si no viene de Nación va a ser muy difícil. Nosotros fuimos a Nación, estuvimos con la gente de la Subsecretaría de Agricultura y fuimos a plantearles algunas situaciones. 

- ¿Qué solicitaron en ese momento?

- Solicitábamos que función de los costos que tiene el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) para producir (que son alrededor de 750 mil pesos por hectárea y por año), que para aquellas personas que tengan el 100% de daño, el beneficio fuera de una NR de 450 mil pesos y los 300 mil pesos restantes en crédito que fuera con una tasa acorde a una economía regional que está en desastre y con un plazo de gracia que no fuera menos de doce meses. Pedimos no tener menos de 36 meses para amortizar el capital. Y dentro del plazo de gracia de los doce meses, que la tasa estuviera subsidiada y que fuera del 0%.

Porque si no, hay algunos créditos que están en cartera, en los que hay doce meses de gracia pero en la cuota 13 se debe pagar todos los meses de los doce meses de gracia más los intereses de la cuota 13 más el capital a amortizar. Entonces termina siendo una cuota que se hace muy complicada.

- En ese contexto, se genera un desafío aún más grande desde el punto de vista económico, teniendo en cuenta la pérdida en la producción más las dificultades a las que se enfrentan a la hora de acceder a un crédito más blando…

- Exactamente. Porque las tasas que hoy tenemos en el mercado no son tasas que las pueda pagar la agricultura, de ninguna forma. Ni siquiera una agricultura que esté pujante o en crecimiento o que no tenga contingencias.

- Además afrontan los problemas relacionados con la sequía, con la falta de agua…¿cómo evalúa la administración del agua en las zonas cultivadas?

- La administración del agua no es mala. Pero faltan obras y lo que nosotros reclamamos justamente es eso: obras. Obras en la distribución, obras que nos ayuden a mejorar la eficiencia de riego, especialmente en la distribución.

- ¿Qué tipo de obras, por ejemplo?

- Hay que hacer más impermeabilizaciones o ya ir pensando en entubamiento en algunos lugares donde se pueda, donde las pendientes den. Si no hay que impermeabilizar canales hay que hacer reservorios para poder hacer llegar en un futuro, con el famoso riego a la demanda.

- Y a estos costos, ¿los tendría que afrontar el sector o sería una obligación del Estado mendocino?

- A estos costos siempre los afrontó el sector, toda la vida los ha afrontado el sector. El Estado mendocino ha hecho algunas obras que son de infraestructura como puede ser algún dique, que normalmente el Estado lo que hace es solicitar el crédito. Pero si vos te fijás en la boleta que pagamos los regantes hay un ítem que es el sostenimiento de Irrigación como estructura, para parte de sueldos, etcétera. Hay un ítem que va a la inspección, que va a los sueldos y al mantenimiento de la inspección. Hay un ítem que dice obras. Ahí estamos pagando todas las obras que hace Irrigación, las pagamos nosotros. Todas. Al dique Potrerillos lo pagamos los productores, a las impermeabilizaciones las pagamos los productores, a los diques derivadores los pagamos los productores.

- ¿Ha aumentado mucho el canon?

- El canon ha aumentado un 108% en un año. La verdad que no es lo que nosotros realmente hubiéramos querido y más teniendo en cuenta que es un año extremadamente complicado, pero está dentro del parámetro de lo que es la inflación. Hemos tenido reuniones con la gente de Irrigación y estamos, más que por el aumento de la alícuota es por otros descuentos que se hacían y que ahora no se están aplicando como se hacía normalmente, que era de un 18% de descuento a todas las personas que hacían el pago anual o que hacía el pago en cuotas, pero al día.

Ese porcentaje ha quedado solo para el pago anual y para la primera cuota bimestral. Y a las otras cinco cuotas no las tiene. Entonces estaba hablando con ellos de ver la posibilidad de que se vuelva a poner a la totalidad de las cuotas.

- ¿Hay alguna estimación de las posibles pérdidas que se generan en los campos por la falta de riego?

- Eso es muy variable, no hay un valor que yo pueda decir tanto por ciento por año. Porque eso depende mucho del año, del oasis en el que estemos. Pero el oasis que ha estado más complicado, ha sido siempre el oasis sur en los últimos años porque es donde menos ha nevado y el oasis este que se riega principalmente por el dique el Carrizal. El río Tunuyán no está erogando la cantidad de agua necesaria para mantener los dos oasis y es donde más problemas están apareciendo. Allí es donde más viñedos abandonados encuentra.

- ¿Qué costo tiene aproximadamente para un pequeño productor tradicional de Mendoza, que está tratando de sostenerse, tener un sistema de riego más efectivo que el que es por manto?

- Bueno, hablando ya de riego sistematizado o riego presurizado estamos hablando de 3.500/3.800 dólares por hectárea.

- Y cambiar, por ejemplo una bomba ¿cuánto sale hoy?

- Hacer una perforación nueva, estamos hablando de alrededor de 27 millones de pesos. Si tenés que reparar lo que es cañerías, depende de la cantidad de metros que tengas que reparar pero suponiendo que tenés que reparar la zona hasta la bomba y/o reparar la bomba o cambiar la bomba, estamos hablando de entre 8 y 10 millones de pesos.

- Son valores altos en relación a la situación que atraviesa el sector…

- Sí, son valores altos. Cuando uno los cuantifica o los pondera, se da cuenta que sí son valores altos. El problema que tenemos fundamentalmente es que nuestro producto no ha tenido el valor correcto durante muchos años.

- ¿Con el tema de la electricidad? ¿qué problemas se les plantean en las fincas?

- Hay mucha gente que depende exclusivamente de la electricidad, que no tiene derecho de riego, que son electrodependientes, la verdad que tienen una situación más conflictiva que los que sí tenemos derecho de riego. Pero tanto los que tienen derecho de riego como los que no lo tienen, cuando prendemos el pozo, la verdad que el incremento que hemos tenido desde el año pasado a ahora está alrededor de 153% en lo que es el costo de electricidad. Y a eso aplicando los subsidios que tiene el Estado para el Fondo Compensador y los subsidios que vienen de Nación, nos quedan alrededor del 95% de incremento en el costo de electricidad.

- A modo de balance, ¿Cuánto hace que no se sentían es esta situación de crisis desde distintos frentes, lo climático, lo económico, el nivel de producción…?

- Lo que pasa es que son cosas recurrentes y ahora se hizo una conjunción de todas, con lo cual la crisis va a ser mucho mayor. Pero podemos decir que hemos tenido crisis de tipo económico por la macroeconomía del país o hemos tenido crisis porque tenemos dólares como el que tenemos ahora que nos dejan prácticamente fuera del negocio de la exportación desde la media gama hacia abajo en calidad, o sea, la media gama y los vinos básicos nos dejan fuera de exportación. Solamente una media gama alta y una alta gama se puede exportar, lo demás no por el tipo de cambio. Además tenés retenciones. Y después tenés todo el tema hídrico, todo el tema de los insumos que el año pasado estaban muy complicados para poder conseguirlos en un momento y después aumentaron un 100% en dólares y aparecieron todos los insumos.

- ¿Esta complejidad lleva a que muchas veces los productores tradicionales deban vender las tierras?

- Sin dudas. El proceso de concentración empezó hace unos años y sigue avanzando. Seguimos siendo el sostén de los pequeños productores. Ese productor fuera de nuestro sistema no tiene hoy posibilidades reales de hacer negocio. Por eso, dentro de nuestra asociación  tenemos algunas posibilidades para los productores. Les financiamos los insumos con una tasa de interés que es del 2%. Ese productor tiene acceso a ingenieros que están atendiendo a las 29 cooperativas con las cuales estamos trabajando. También tenemos máquinas de cosecha propia para permitir el acceso que de otra forma no tendrían. 

- ¿De cuánto son las hectáreas afectadas y qué acciones van a llevar adelante

- Aún la temporada de Vendimia no ha finalizado, quedan algunos días de trabajo intenso. Tenemos casi 70 mil hectáreas afectadas por heladas y granizo  entre un 80 y un 100%. Hemos estado en Buenos Aires, hemos estado trabajando y también con  con la provincia, con el área de Contingencias, que tienen mucha predisposición y poca plata. Si la Nación o pone plata es muy difícil salir adelante. Estamos rediseñando un banco de vinos para ayudar a los productores en esta instancia. No son pocos productores y no es fácil de implementar.

 

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