Centro Ana Frank Argentina: así es el museo de la autora del diario más famoso del mundo
El museo cuenta con una recreación de la “casa de atrás” donde la niña y su familia se escondieron de los nazis durante dos años. Por qué los guías del lugar son adolescentes y jóvenes.
La historia de Ana Frank está inmortalizada a través de su obra, ese valioso diario que sin dudas se posicionó como el más famoso del mundo, pero también a través de los numerosos museos alrededor del mundo que homenajean a la joven judía perseguida durante el Holocausto.
En el barrio porteño de Coghlan (Superí 2647) se ubica el Centro Ana Frank en Argentina, cuya misión es trabajar en la educación y la difusión de la lucha por los derechos humanos y la no discriminación. Allí se puede hacer un recorrido por la vida de la niña que se escondió de los nazis en 1942 durante la ocupación de los Países Bajos y fue descubierta y capturada dos años después. En 1945 Ana murió en el campo de concentración de Bergen-Belsen.
Preservar la memoria
El Centro Ana Frank en Argentina es una organización miembro de la Casa de Ana Frank en los Países Bajos. El museo interactivo se inauguró en 2009 y en él se suceden experiencias de construcción de la memoria a partir de información, vivencias y participación activa de sus visitantes.
El lugar, dirigido por Héctor Shalom, busca difundir el mensaje de resistencia, esperanza y fortaleza escrito por Ana Frank en su diario desde su escondite en la “casa de atrás” en Ámsterdam, con el objeto de enfrentar al prejuicio y desterrar la discriminación en nuestro días.
Sus ejes temáticos se dividen en tres: la vida de Ana Frank, la memoria de la última dictadura cívico-eclesiástica-militar en Argentina y el compromiso con el presente.
La “casa de atrás”
La Casa de Ana Frank es una organización independiente encargada de preservar la “casa de atrás”, el lugar donde Ana Frank estuvo escondida durante la Segunda Guerra Mundial y donde escribió su diario.
Desde el museo aseguraron a MDZ que “el recuerdo de Ana Frank intenta ser una fuente de inspiración para motivar a todas las personas a reflexionar sobre los peligros del antisemitismo, el racismo y la discriminación, así como la importancia de la libertad, la igualdad de derechos y la democracia”.
En ese marco, en sus visitas presenciales el lugar ofrece recorridos guiados por cuatro salas, objetos originales de la familia Frank, la única recreación de la “casa de atrás” y el castaño original al que la joven solía escribirle. Se trata de la única simulación en América Latina del escondite donde Ana estuvo oculta.
La visita incluye un recorrido por la línea de tiempo que toma como punto de partida la vida de Ana en el contexto del nazismo y del Holocausto. Luego se visita la recreación escenográfica del anexo secreto, lugar en el que la autora se escondió junto a otras siete personas, y donde se puede ver una réplica del reconocido diario.
Finalmente, se recorre la sala “De la Dictadura a la Democracia, la vigencia de los Derechos Humanos”, en la que se propone reflexionar acerca de los mecanismos y procedimientos del nazismo reflejados en la última dictadura en Argentina.
Para el mes de abril el museo planea poner en funcionamiento las visitas virtuales, para todos aquellos que quieran conocer el lugar desde cualquier parte del país.
Los jóvenes, protagonistas principales del museo
Una característica esencial de la Casa Ana Frank en Argentina es el protagonismo que allí tienen los jóvenes. La historia de una adolescente que escribió su diario es relatada por jóvenes portadores de su legado, que se capacitan año a año para convertirse en guías.
Según afirmaron desde allí, “el Museo Ana Frank valora la educación entre pares y cree en el aporte de los jóvenes transmitiendo la historia”
Camila Oliva tiene 21 años y es guía, coordinadora de guías y asistente del área de comunicación del museo. Su labor en los recorridos comenzó hace tiempo, cuando tenía 15.
“Llegué gracias a mi interés por querer saber más sobre la historia y porque notaba que no había muchos lugares en los que mi voz fuera escuchada. Siempre me pasaba de ver que cuando quería opinar o decir lo que pensaba, era callada o no se me tenía muy en cuenta”, explicó a este medio.
Según Camila, al llegar al museo vio cómo su “palabra empezaba a importar, tenía un mensaje que transmitir: que la esperanza, la tolerancia, el respeto y no ser indiferentes son fundamentales para que el mundo sea un lugar mejor.”
Para ella, “lo importante es que gracias a la Casa Ana Frank los jóvenes logran tomar un rol activo en la construcción de memoria”. “Entendemos que ellos no son el futuro, sino el presente, que no tienen que esperar a crecer para tomar la posta y empezar a luchar para que todo lo que vemos que está mal hoy en día cambie”, concluyó.
Nueva edición del Diario
Para el mes de abril el museo publicará una edición con textos seleccionados del Diario de Ana Frank adaptados para lectura fácil por la Fundación Visibilia. En el proceso de producción participaron personas con discapacidad intelectual y dificultades de lectura. El mismo estará a la venta en el museo y también a través de su web.
A 75 años de la primera edición del diario de Ana Frank, la realización de esta primera adaptación para la lectura fácil permite que las palabras de la joven encuentren una nueva forma para difundir su mensaje de resistencia.
La lectura fácil es una metodología de apoyo que abarca el texto, la imagen y el formato. Esto contribuye a una mejor lectura y comprensión del texto haciéndolo más sencillo. Esta adaptación beneficiará a un gran número de personas de todas las edades con dificultades lectoras permanentes y transitorias.