El retrato en la pintura argentina

Hoy hacemos un somero recorrido por la pinacoteca nacional para deslumbrarnos y descubrir, una vez más, que por su calidad, está en el pináculo del género en el arte universal. Nuestro primer elegido hace de puente entre el arte europeo y el nuestro que, al menos en su primera etapa es heredero directo de aquel.

Raymond August Moivoisin (1794-1870) es uno de los llamados pintores viajeros. Nacio en Burdeos, Francia y en 1842 tuvo una breve pero fecunda estada en Buenos Aires. Su retrato de Rosas, aunque inconcluso pasa por ser el más fidedigno de los varios que existen.

Su autorretrato que al igual que el anterior forma parte de la colección delMuseo Nacional de Bellas Artes perteneció a la colección de don Antonio Santamarina y seguramente sea anterior a su llegada a Buenos Aires.

Prilidiano Pueyrredòn nacìo en Buenos Aires en 1823. En 1851 pinta el retrato de Manuelita Rosas y en 1867, cuando ya soplaban otros vientos a don Eduardo Casares, un joven de la sociedad porteña.

Càndido López (1840-1902) es un caso peculiar. Tuvo poca formación “europea” (nunca viajó al viejo continente) fue soldado y como tal participó en la Guerra de la Triple Alianza, en Curupaitì pierde su mano derecha y años después, a partir de los dibujos que había tomado de las escenas de las batallas, pinta, con su mano izquierda una fenomenal serie, en un estilo particular, (si se quiere un tanto naïf)de un encanto, y valor artístico que solo, después de mucho tiempo, tuvo reconocimiento. En esto podría hacerse un paralelo con otro grande de nuestra pintura: Florencio Molina Campos.

Las dos obras de Cándido (profético su nombre) son anteriores a la guerra y por lo tanto pintadas con la mano derecha. Tanto en el “Autorretrato” como en la “Niña con Flores”, demuestra su dotes de artista.

En el “Retrato de Señora con sombrero” Eduardo Schiaffino (1858-1935) pone de manifiesto que además de ser un impulsor del arte nacional, dominaba el óleo como pocos.

Cesáreo Bernaldo de Quirós (1879-1968) ya pertenece a una generación que modernizó nuestra pintira. Formó parte del grupo Nexus y tuvo una larga estadía en Italia, España y Francia. A su vuelta pintó la fenomenal serie de gauchos, a la que pertenece “Don Juan Sandoval” y “El muchacho de los arreos” acà reproducidos.

Fernando Fader, (1882-1935), otro miembro del Nexus se formó en Alemania. Los paisajes, de Mendoza primero y luego de Córdoba le dieron renombre. Fue un magnífico animalista y en este “Retrato de Victor Torrini” demuestra que el género tampoco le es esquivo.

Miguel Carlos Victorica (1884-1965) fue un impulsor de la Escuela de la Boca. La “Cocina Bohemia” data de 1941.

Dejamos para una próxima nota a otros grandes maestros, nacidos a fines del S XIX y principios del XX que descollaron.

* Carlos María Pinasco es consultor de arte.

carlosmpinasco@gmail.com