Los detalles que desnudan el fino límite entre la vida y la muerte en el Aconcagua

El fallecimiento de tres andinistas extranjeros que formaban parte de diferentes expediciones que tenían como objetivo hacer cumbre en el coloso de América puso en jaque a un sistema que presentó fallas. Las responsabilidades compartidas entre las empresas privadas prestadoras y quienes gestionan el Parque Provincial Aconcagua salieron a la luz dejando en evidencia procedimientos que suponen un riesgo para los andinistas.

La muerte de tres andinistas buscaban hacer cumbre en el Aconcagua encendió las alertas de quienes gestionan el Parque Provincial y referentes vinculados a la montaña. Los ascensos exitosos a la cumbre requieren de la conjunción de diferentes variables, por un lado, las condiciones meteorológicas óptimas, el estado físico y mental de los andinistas y la pericia de los guías que comandan las expediciones.

Respecto a lo sucedido en otras temporadas, llamó la atención la cercanía temporal de las muertes ocurridas y se abrieron interrogantes respecto a los servicios médicos y planes de contingencia vigentes. Por esa razón, MDZ consultó a la doctora Roxana Pronce que coordina actualmente el servicio médico en el Parque Provincial Aconcagua.

La profesional explicó el funcionamiento del servicio médico en el lugar y señaló que son las empresas quienes solicitan un certificado de aptitud física a los andinistas pero que no hay un control médico previo por parte del servicio del Parque antes de ingresar e iniciar el ascenso. En ese sentido, las empresas privadas que lucran con el negocio de los ascensos al Parque Aconcagua, tienen la potestad de exigir y controlar las certificaciones médicas que presentan previamente los andinistas.

El Aconcagua, y otras célebres cumbres como el Everest, se han convertido en destinos muy turísticos e incitan a miles de deportistas a desafiarlo para tratar de llegar a la cima. "A su vez, hay cada vez una mayor cantidad de controles y filtros", aseguró la profesional y marcó que el primer chequeo realizado por el personal del lugar se realiza en Horcones. En ese lugar se realiza un estudio del andinista, se consulta por antecedentes, medicaciones y alergias, entre otras cuestiones, además medir su frecuencia cardíaca, saturación, tensión arterial y una auscultación pulmonar. 

Luego del control en Horcones, los deportistas pasan al campamento Confluencia, a más de 3.000 metros de altura. En ese lugar se realiza un nuevo chequeo y los profesionales si los andinistas pueden continuar ascendiendo o si deben bajar.

Al llegar a Plaza de Mulas, los andinistas cuentan con consultorios. Ese campamento que está ubicado a 4.200 metros de altura cuenta con 2 médicos que realizan controles médicos y atienden emergencias y más arriba en Nido de Cóndores hay un médico que participa activamente con las patrullas. "Además de los médicos que prestan atención en los campamentos siempre hay un profesional en terreno", destacó Pronce.

"Es el servicio médico quien tiene la potestad de decidir, si ellos controlan y evalúan que puede el andinista puede continuar, le permiten que siga el ascenso. Si solicitan otro control, por ejemplo, al día siguiente, debe presentarse a ese control", expresó.

El problema surge en el caso de que al andinista se le permita continuar el ascenso ya que eso no impide que puedan suceder inconvenientes a mayor altura. Allí el andinista o el grupo queda junto con el guía de montaña que los acompaña en la travesía, y es éste quien tiene la potestad para decidir frenar el ascenso o continuar. Pronce señaló que "en esos casos se comunican con el servicio médico y la patrulla de rescate".

"Los protocolos para determinar si los ascensos pueden llevarse a cabo están pero muchos clientes cuestionan las decisiones de los guías cuando se encuentran cerca de la cumbre. Hay que tener en cuenta que pagan aproximadamente 3 mil dólares por expedición y eso podría funcionar como un condicionante para los responsables de la travesía", manifestó una fuente vinculada al Parque Aconcagua que prefirió mantener en reserva su identidad.

Allí, aparece en escena el caso del andinista estadounidense fallecido este martes, según el parte oficial, los responsables habían advertido que el hombre no estaba en condiciones de seguir con la expedición, sin embargo, a pesar de las advertencias que el guía realizó, el deportista decidió continuar y perdió la vida.

"El guía le dijo que bajara pero el andinista hizo caso omiso y siguió", expresaron. Ante esta situación, Pronce destacó que siempre, entre guías, servicio médico y patrulla de rescate están en permanente comunicación radial. "El guía venía previendo la situación y advirtiendo las consecuencias, le dijo que era peligroso pero el cliente no hizo caso", contó.

Esta situación que puso en peligro la integridad no solamente del andinista en cuestión, sino también del grupo que lo acompaña, de los guías y también de aquellos que tendrán que salir a socorrer en caso de inconvenientes, como sucedió y deja al desnudo una situación anárquica que tuvo como protagonista y víctima a un deportista extranjero que perdió la vida.

"Más allá de lo trágico que es el fallecimiento de una persona, tenemos que pensar que para los rescates se pone en riesgo la vida de los profesionales que forman parte de las patrullas así como también de otros trabajadores que cumplen diversas funciones dentro del Parque", manifestó un referente en la temática.

Muertes en Aconcagua

Sobre las causas de deceso de los otros dos andinistas, la profesional a cargo del servicio médico en Aconcagua señaló : "Estamos esperando los resultados de las autopsias ya que no se sabe realmente lo que sucedió. Se debió a desvanecimientos y en todos los casos se realizaron todas las maniobras de reanimación".

Además, recalcó que esta temporada se realizaron dos rescates importantes, el caso de un andinista francés y un británico que cayeron, uno más de 70 y otro 150 metros por la canaleta a más de 6.700 metros de altura. Allí trabajaron médicos junto a la patrulla de rescate, guardaparques, porters y guías y hubo una evacuación en helicópteros en la que ambos salieron vivos e intubados.