Graves acusaciones: la Casa sobre el Arroyo quedó salpicada por el escándalo y tiene futuro incierto
Magalí Marazzo, la exdirectora que fue despedida tras registrar a su nombre la marca y el logo de la emblemática casa, aseguró en diálogo con MDZ que es víctima de persecución y hostigamiento.
Las obras de refacción en la Casa sobre el Arroyo, popularmente conocida como Casa del Puente, que se encargó de presentar Alberto Fernández en abril pasado, y cuyos resultados recibieron elogios y hasta premios internacionales, se vieron seriamente empañadas por un escándalo que culminó en el despido de su exdirectora, Magalí Marazzo, quien había registrado a su nombre la marca y el logo del emblema de la arquitectura moderna, a su juicio para facilitar procesos administrativos, y ahora asegura que es víctima de persecución y hostigamiento.
Para la exfuncionaria, estas gestiones buscaron preservan el registro de las marcas para que no lo hiciera ningún privado y posteriormente cederlo a la Municipalidad de General Pueyrredon, mientras que el Gobierno que conduce Guillermo Montenegro acusó un incumplimiento de sus funciones e impulsó su salida que se materializó el 21 de noviembre pasado.
"Los integrantes de la familia Williams, hasta uno de ellos que está muy enfermo, me llaman todos los días para preguntarme cómo estoy. Los dibujos del logo y el nombre son herencia natural de ellos y son los que mejor saben de mi trabajo desde hace 15 años para preservar y difundir la casa", manifestó Marazzo, en diálogo con MDZ, sobre la posición de los herederos de Amancio Williams y su esposa, Delfina Gálvez, quienes firmaron una carta pública para su reincorporación.
En tanto, la casa sigue cerrada y fracasaron dos licitaciones para dotarla de la infraestructura necesaria para convertirse en museo y recibir visitas del público en general. No hay ni siquiera funcionarios encargados en dar precisiones sobre el futuro cercano, transformando las declaraciones del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, quien infirió que podría existir alguna apertura parcial y administrada para la próxima temporada de verano, como si fuesen extraídas de una película de ciencia ficción.

Tal cual expuso en sucesivos descargos públicos, Marazzo registró la marca y el logo del espacio a su nombre, durante octubre, ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI), para "protegerla" ante la posibilidad de que esas gestiones las materialicen empresas privadas. "Ningún museo de la ciudad está patentado y cualquier persona que decida hacerlo a su nombre, puede", argumentó, en posteos en sus redes sociales.
La Municipalidad buscó contrarestar estas gestiones de forma inmediata -ya que desde 2011 la casa forma parte de su patrimonio- y por esto exigieron el traspaso de la titularidad de la institución y un pedido de renuncia. Lo primero se logró de forma expeditiva, mientras que el segundo requerimiento no se concretó y, después de idas y vueltas, el jefe comunal firmó un acta de cesantía.
A través del decreto 2576/23, que rubricaron el intendente Montenegro y el presidente del Ente Municipal de Turismo y Cultura, Bernardo Martín, resolvieron el cese de las funciones de la técnica en Gestión Cultural egresada de la Universidad Nacional de Mar del Plata, quien continúa en funciones en la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos.

"Cuando asumió Montenegro en 2019, lo primero que hizo fue cerrarla y hasta hoy la Municipalidad no tiene ningún proyecto vigente", aseveró la exfuncionaria que trabajó "durante 15 años en el cuidado y la restauración patrimonial de la casa" y que acusa una "maniobra política" en su contra que se aceleró tras las elecciones generales.
En su relato, recordó que "incontables veces" puso plata de su bolsillo para resguardar el inmueble que fue vandalizado en reiteradas ocasiones, donde sufrió incendios y robo de muebles, y hasta de materiales de construcción en las últimas reformas. "En los últimos años hubo por lo menos 15 robos", enumeró.
Las cuentas en redes sociales de la casa -según Marazzo- fueron hackeadas en los últimos días y se borró información como fotos y videos. "Me escribieron arquitectos y docentes de distintas facultades que publican comentarios para pedir explicaciones o pedir que me reincorporen y no solo los borran sino que también los bloquean. Hasta a mí me bloquearon", lamentó.
Por las políticas de seguridad de la red social Meta, muchas de las cuentas de la casa estaban asociadas a otras personales de Magalí y asegura que también fueron vulneradas, como por ejemplo su correo electrónico personal donde accedieron a información familiar y hasta bancaria.
"En mi teléfono me llegaron alertas con el nombre de una persona que trabaja en la comunicación de la Municipalidad queriendo entrar en una de las cuentas", advirtió, al recordar que "Montenegro recibió una carta de la familia Williams y referentes de distintos museos y universidades y nunca la respondió. Nunca me dieron explicaciones".
También recordó distintos entredichos entre los funcionarios locales y nacionales, quienes impulsaron que la Casa sobre el Arroyo sea el primer museo nacional de Mar del Plata, en una gestión que se frustró en reiteradas ocasiones por "falta de voluntad política".
Asimismo, marcó como "muy curioso" que se borren los registros de funcionarios de la administración de Alberto Fernández en el proceso de las últimas obras que llevaron a que la casa recupere su esplendor. Ya no hay fotos del jefe de Estado, ni de los ministros Katopodis ni Tristán Bauer (Cultura), cuya familia estuvo involucrada en la construcción de la casa durante la década del 40.
Montenegro, quien asumirá en pocos días su segundo mandato, fue reiteradamente contactado por este medio pero no quiso dar sus explicaciones. De igual manera, desde el flamante ente que absorvió las funciones de la Secretaría de Cultura (por una polémica gestión que dejó afuera a una delegación de estudiantes de los juegos bonaerenses) tampoco se refirieron al caso.
Consultada por cómo cree que se gestionará la casa, la exdirectora anticipó que "la casa va a tener que abrir por la presión social que hay, más allá de lo que piense el intendente; lo importante es ver cómo la abren, porque no alcanza con poner uno o dos baños químicos, debería contratar un módulo especial para montar la batería de baños y no dañar el parque, entre otras cosas".
"El plan de mantenimiento que yo diseñé deberían mantenerlo y respetarlo", indicó Marazzo, sobre la que considera "una de las veinte casas más importantes a nivel mundial".

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