Premiaron la restauración de la Casa sobre el Arroyo, aunque casi nadie la pudo ver
La emblemática casa recibió el premio Gubbio 2023 por el proyecto de reformas que presentaron en abril pasado pero que, salvo por un puñado de visitas discrecionales, sigue cerrada.
La Casa sobre el Arroyo, emblema de la arquitectura moderna, recibió el premio Gubbio 2023 por el proyecto de reformas que presentó Alberto Fernández en abril pasado pero que muy pocos pudieron apreciar. Sigue cerrada al público y quienes desean verla en Mar del Plata tienen que hacerlo a no menos de 50 metros y tras un alambrado.
El premio internacional que lleva el nombre de la ciudad italiana que lo patrocina valoró los diferentes trabajos de recuperación que se llevaron adelante en la popularmente conocida "Casa del Puente" de Amancio Williams y Delfina Gálvez, que en su historia reciente permaneció abandonada y fue blanco de innumerables robos y vandalismo.
Esta distinción se otorga desde 1960 y es promovido por la Asociación Nacional de Centros Históricos y Artísticos (ANCSA). En 2009 se lanzó la primera edición para América Latina y el Caribe del certamen que busca difundir los avances teóricos, las buenas prácticas y las modalidades de gestión en materia de protección patrimonial y recalificación urbana en la región.
Para la edición de este año, se presentaron 29 trabajos provenientes de 21 ciudades de América Latina y el Caribe, caracterizadas por su rico patrimonio cultural. También fueron reconocidas junto a la casa marplatense las obras de restauración y puesta en valor de la Basílica de San Francisco y la Capilla de San Roque, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y de la Escuela N° 1 del Centenario, en Santiago del Estero.
A través de una inversión del Estado nacional de 100 millones de pesos, la casa recuperó el brillo perdido en décadas de desidia, malas gestiones y desatención, tras un año y medio de reparaciones, y se relanzó en un acto encabezado por el presidente de la Nación, junto a los ministros de Cultura, Tristán Bauer; de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y la directora del Museo Casa, Magalí Marazzo. Pero lo que se supo después fue que la supuesta "reinauguración", que así fue promocionada por organismos oficiales, era apenas una tímida presentación formal.
Ni los vecinos del predio delimitado por las calles Matheu, Rodríguez Peña, Dorrego y San Juan, que siguieron el día a día de las obras, ni marplatenses ni turistas pudieron acercarse a la casa siquiera para sacarle una foto.
Algunos arquitectos entusiasmados con las novedades llegaron los días posteriores a la presentación de las obras pero se encontraron con un custodio en una garita que dijo que el paso estaba terminantemente prohibido. Se tuvieron que conformar con publicar sus quejas en redes sociales.
Solo conocieron el detalle de las obras un puñado de funcionarios políticos y sus allegados, tal es el caso de la portavoz presidencial Gabriela Cerruti, que concurrió un domingo de septiembre con sus amigas periodistas María O’Donnell (Urbana Play) y Lorena Maciel (TN), en una seguidilla de visitas discrecionales guiadas por la directora del la casa-museo.
Según supo MDZ, e informó anteriormente, para que la casa pueda ser visitada con normalidad restan una serie de obras -accesibilidad, oficinas y baños, entre otras disposiciones- que responden a parámetros internacionales. Para esto fueron convocadas dos licitaciones y quedaron desiertas, hubo oferentes pero sus proyectos no se adecuaron de forma conveniente al pliego de bases y condiciones.
Estas nuevas instalaciones permanecerían en el acceso a la casa para así recibir a los visitantes y no alterar el entorno natural, con la posibilidad de desmontarse fácilmente si fuera necesario.
Al tratarse de un monumento histórico, por ejemplo, no pueden ingresar camiones ni cambiar la fisonomía del jardín, donde se encuentran más de 200 árboles de más de 50 especies, entre las que predomina el roble europeo.
La historia de la casa más famosa de Mar del Plata
La "Casa del Puente" es una obra notable del matrimonio argentino de arquitectos, Amancio Williams y Delfina Gálvez Bunge, destinada al padre de Amancio: el músico Alberto Williams.
Se trata de una casa emblemática, una de las diez modernistas más famosas del mundo, que resistió los embates del tiempo y fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional.
En 1943, el compositor argentino Alberto Williams le encargó a la pareja de arquitectos conformada por su hijo y a su nuera el diseño de una casa de verano que debía erigirse sobre un terreno que además de contar con una frondosa arboleda tenía la particularidad de estar atravesada por un arroyo.
Amancio Williams y Delfina Gálvez Bunge desarrollaron entonces el proyecto de lo que sería una de las obras más emblemáticas de la arquitectura moderna de nuestro país. La Casa sobre el Arroyo está definida por un gran arco curvo que junto con las columnas en sus extremos soportan la estructura de hormigón. La casa está organizada en un sector público, con hall de acceso, estar y comedor. Un sector privado, con los dormitorios y el servicio; y uno semipúblico donde se encontraba el piano del compositor. Los arquitectos Amancio Williams y Delfina Gálvez Bunge definieron hasta los últimos detalles de la obra, incluido el diseño del equipamiento y el mobiliario de la casa.
La Casa está ubicada en un terreno que abarca dos manzanas de un área natural y está atravesado por el arroyo Las Charcas, cuenca que dio origen a la fundación de Mar del Plata. A través del puente que se ubica en su base, la construcción representa la unión entre los dos sectores del terreno que divide este curso de agua y una unidad ambiental inseparable de su entorno.
Tras la muerte del músico y compositor Alberto Williams, la casa fue vendida para convertirse en sede de la radio LU9 entre 1970 y 1977. La última dictadura cívico militar clausuró la emisora y la construcción quedó deshabitada hasta 2004. En ese lapso de tiempo, fue vandalizada, y dos incendios le generaron graves daños estructurales.
En 2005, a través de un convenio, el Municipio pasó a tutelar la propiedad y, en 2012, el Estado Nacional compró dos fracciones del edificio, la casa principal y la casa del casero y se los traspasó al gobierno municipal, con la intención de acondicionarlos y convertirlos en Museo.
Características de la obra de recuperación de la "Casa sobre el Arroyo"
Para desarrollar el proyecto de recuperación y puesta en valor se realizó una investigación sobre documentación histórica. Además de recurrir al archivo Williams y las fotografías históricas, se realizaron consultas a quienes habían trabajado en obras en la casa anteriormente. El objetivo del proyecto de recuperación fue devolver la casa a su estado original.
El proyecto implicó la intervención tanto de la vivienda principal como de la denominada casa de los caseros, que abarcan 450 metros cuadrados emplazados sobre el arroyo Las Chacras, cuenca que dio origen a la fundación de la ciudad. Los trabajos respetaron la identidad, los materiales y las tecnologías originales para no afectar su autenticidad histórica y valor testimonial.
Los trabajos consistieron en el reacondicionamiento de las cubiertas, las fachadas, mamposterías, revoques, cielorrasos, contrapisos y solados, zócalos, herrería y elementos metálicos, carpintería, tabiquería y herrajes, además de mobiliario y equipamiento para interiores, mesadas, pinturas, vidrios y espejos, señalética, instalaciones de gas, eléctricas, sanitarias y pluviales, calefacción, extintores, provisión de artefactos de iluminación, sistema de detección de humo y alarma contra incendios.
También se desmontaron elementos no originales de la construcción y se realizó el hidrolavado en el arco estructural de la casa, conocido como “El Puente”, para remover grafittis producto de los años de abandono.