Los detalles de la primera fábrica de insectos en el país y cómo podría favorecer al agro
El proyecto de cría de insectos con base en Buenos Aires podría desembarcar en Mendoza.
Julien Laurençon y François Nolet son dos jóvenes oriundos de Francia y Bélgica respectivamente. Hace unos años decidieron emigrar a Argentina para llevar a cabo proyectos vinculados al ambiente y la sustentabilidad. Durante la pandemia fundaron Procens, la primera fábrica de insectos del país en Balcarce basada en la economía circular y con proyección a nivel nacional.
El proyecto de Procens comenzó a partir de la crianza y alimentación con desperdicios de larvas provenientes de la mosca soldado negra. Los procedimientos de transformación de las larvas permiten la elaboración de harina proteica que es utilizada como abono 100% natural para los cultivos reduciendo el uso de los fertilizantes.
Los insectos (larvas de mosca soldado negra) valorizan los desperdicios alimenticios y generan proteína premium que puede ser destinada a la alimentación de animales (peces, aves, cerdos y mascotas).
MDZ dialogó con Julien Laurençon y François Nolet sobre el proyecto y el impacto positivo que tiene a nivel ambiental.
- ¿Cómo decidieron instalarse en Argentina?
JL: Tengo 45 años y estuve 15 en el mundo corporativo. Trabajé como consultor y en dirección de proyectos para más de 10 bancos entre Europa y Asia. Fui vicepresidente de un banco privado en Singapur y estuve en el equipo mundial de Fintech. Un día me hice tres preguntas que cambiaron mi vida: ¿soy feliz, mi vida tiene sentido y tengo un propósito? y todas las respuestas fueron no.
En ese momento decidí cambiar de camino, volví a Singapur fui a ver mi jefe y renuncié. Estuve viajando por 18 países diferentes en un año y vine a Argentina sin hablar una palabra de castellano. Hice un voluntariado en Capital Federal haciendo recorridos nocturnos. Pude ver realidades muy duras de adicción, violencia y niños en la calle. Empecé a trabajar en la construcción de casas de emergencia, duchas con paneles solares y materiales reciclados.
Me enamoré de este país. Mi primer emprendimiento fue la comercialización en circuitos cortos de bolsones de verdura agroecológica, estuve en el Ministerio de Ambiente de la Nación en 2017 y ahí me crucé con François.
FN: Llegué en el 2000 por primera vez de vacaciones y después volví a Bélgica para terminar mis estudios. Hice un año de pasantía y empecé a trabajar en una fundación internacional que promueve nuevos modelos disruptivos en diferentes sectores de la industria. Trabajé un año en Colombia y luego hice una primera misión durante el 2018 en el Ministerio de Ambiente de Nación para estudiar el tema de los insectos.
- ¿Cómo surge la idea de Procens?
JL: Hicimos un diagnóstico y llegamos a la conclusión de que estamos ante una situación ecológica muy crítica. Hoy en día las empresas que empiezan una nueva actividad tienen que aportar soluciones para estar a la altura de los desafíos.
FN: Con los insectos estamos tratando de atacar el gran volumen de desechos alimenticios que se generan hoy en día Un tercio de todo lo que se produce comida se desperdicia y termina contaminando el medio ambiente. Nosotros miramos los residuos como recursos, en la naturaleza no hay residuos, los microorganismos degradan las frutas y materiales orgánicos.
JL: Hay 16 millones de toneladas de residuos orgánicos por año en Argentina y la mayoría termina en alguno de los 4.000 o 5.000 rellenos sanitarios. Para darse una idea es una tonelada cada 2 segundos.
- ¿Cómo es el proceso que llevan a cabo con la cría de insectos?
FN: Los insectos tienen una función clave en el ecosistema. Los insectos transforman los residuos en recursos que se pueden transformar en alimento para los animales y también en abono para los cultivos.
La mosca que criamos coloca huevos, a los dos días tenemos un montón de larvas que comen y degradan los residuos. Los desperdicios de la larva se transforman en compost que se utiliza como abono. En 12 días las larvas multiplican su peso, tienen un crecimiento muy rápido.
Para transformarlo en harina proteica deshidratamos las larvas y extraemos los aceites.
"Cada 1.000 kilos de desperdicio con el que alimentan a las larvas, logran 150 kilos de larva fresca que se convertirán en 50 kilos de harina proteica y unos 16 kilos de aceite y generan 140 kilos de enmienda orgánica"
- ¿Para qué se utiliza la harina y el aceite que extraen?
JL: La harina proteica es utilizada como alimento para los animales y mascotas mientras que los aceites pueden utilizarse para la industria agroalimentaria.
En esta primera etapa, los productos están dirigidos a alimentos de mascotas y peces, pero, a futuro, se encontrarán también para cerdos y pollos (en etapas tempranas de crianza).
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