Un año de la victoria de Argentina en Qatar: qué fue de la vida de la "Abuela la la la", uno de los personajes más queridos
La fiebre mundialista hizo que, por al menos un mes, los festejos tuvieran como protagonista a una señora del barrio porteño de Liniers, quien jamás imaginó el alcance que tendría.
Cuando Argentina ganó por primera vez un partido en el Mundial de Qatar 2022, un grupo de jóvenes salió a festejar por Liniers con entusiasmo y esperanza. Sin saberlo, en ese momento se toparon con una mujer adulta y crearon una de las cábalas más famosas al cantarle: "¡Abuela, la la la la la!". A un año de la victoria de La Scaloneta, aún se recuerda esta locura futbolera que volvió protagonista a una señora.
Cristina, de 77 años, nunca se imaginó que un país entero la adoptaría como su abuela, sobre todo porque no tiene nietos de sangre. En cada partido que el equipo albiceleste salía victorioso, ella iba a la calle con su bandera a festejar, y en cada encuentro, más gente se sumaba.
Un 18 de diciembre pero del año pasado, el barrio colapsó de gente. Esta mujer era el centro de atención de una eufórica multitud que acudió a ella casi en forma de agradecimiento, como si hubiese ayudado de alguna manera al equipo. Es hincha de Boca, amante de Lionel Messi y un personaje que quedó para la historia, justo como esta fecha.
¿Quién es la Abuela la la la?
Nacida en la Ciudad de Buenos Aires en el año 1946, es la mayor de tres hermanas. Tuvo, asimismo, dos abuelas a las que quiso muchísimo, y quienes le enseñaron el valor del trabajo. Ni bien terminó el secundario, consiguió empleo: le tomaron una prueba de escritura a máquina y la contrataron.
Llegó al mundo en la casa de la partera y se crió en el barrio de Almagro, aunque con los años se mudó a Liniers. Si bien tenía sus cábalas, ella fue una en sí. Su sueño, por lejos, era que Messi levantara esa copa. Para Cristina, su ídolo la merecía más que nadie y finalmente el capitán lo logró.
Video: Cómo nació Abuela la la la
Tras el primer partido de La Scaloneta y ese doloroso fracaso contra Arabia Saudita, la frustración invadió a la porteña. Sin embargo, el sábado 26 de noviembre, cuando se llevó adelante el siguiente juego y la Selección venció a México 2 a 0, ahí volvió la fe, aunque esta cábala nació antes de que termine el segundo tiempo.
La euforia que trajo en Liniers el primer gol del equipo hizo que Cristina agarrara sus llaves, tomara una bandera y saliera a la calle. Es ahí donde se cruzó con unos jóvenes que se hacían llamar 'Los Pibes de Villa Luro', y quienes estaban llevando adelante una especie de batucada desde las 9 de la mañana.
Rápidamente se nombraron sus nietos y comenzaron a filmarla: la Abuela la la la, como se podía escuchar en un canto improvisado del grupo, bailaba y daba vueltas de la felicidad junto a ellos, sin saber que se volvería viral en cuestión de minutos. Sí, minutos. Cuando terminó el partido, una de sus hermanas la llamó para contarle que estaba saliendo en la televisión: las imágenes llegaron a los noticieros. Cristina se había vuelto un famoso personaje en medio de la fiebre mundialista.
A medida que fueron pasando los partidos, la locura fue creciendo: su casa era punto de encuentro de los fanáticos, lo describió como "un manicomio" en el que era la estrella. Incluso, la contactaron miembros de la AFA ofreciéndoles pasajes para viajar a Qatar pero rechazó todas las ofertas y la final la vivió con una multitud de fanáticos que bailaron y cantaron con ella durante horas.
Cada mujer adulta que se asomó a los balcones aquel 18 de diciembre, recibió estos famosos cantos donde la llamaban "Abuela la la la". Todas las señoras mayores de Argentina se convirtieron en el centro de los festejos y ganaron millones de nietos.
Video de cómo evolucionó la locura con la Abuela la la la
Su presente
A Cristina le gustaría recuperar la rutina que tenía antes de saltar a la fama de las redes y los medios. Los periodistas la avasallan y la gente la reconoce en la carnicería, el supermercado o el colectivo. Intentó que le digan "tía", pero no lo logró y hasta el día de hoy cuando alguien la reconoce le grita "abuela". Su deseo más profundo en el presente es que de a poco se acuerden menos de ella porque se define como algo miedosa y prefiere el perfil bajo.