El Cura Brochero, patrono de la provincia de Córdoba
Hace pocos días la Legislatura de la Provincia de Córdoba designó a San José Gabriel del Rosario Brochero como Patrono de toda la provincia mediterránea.
Elegir al cura Brochero para tan significativo nombramiento, nos trae a la memoria la figura de este gran hombre. En los considerandos se hizo una breve descripción de su vida y de su obra. Sin lugar a duda podemos destacar al Padre José
Gabriel como un ciudadano de nuestro país que “supo y quiso ponerse la Patria al hombro”. Las palabras de su madre- doña Petrona- que le dijera en su adolescencia “querido hijo, Dios y la Patria, cuentan contigo, nos los defraudes”; fueron honradas-
siempre- en el ser y hacer del padre Brochero. Supo amalgamar en su labor pastoral la dimensión material y espiritual de la persona.
Tenía en claro que la persona es una “unidad”, con sus rasgos sociales y espirituales que deben ser tenidos en cuenta, que no se pueden negar ni desatender si se quiere una promoción plena de cada una de ellas. Es por ello que Brochero procuró atender a las necesidades materiales y espirituales de los hombres y mujeres de su tiempo. Con la misma prontitud para atender a un enfermo, asistir a la reconciliación de sus feligreses o la celebración de la misa; la tuvo también para diagramar caminos, acueductos, escuelas.
Conocía la realidad del hombre, con sus fortalezas y flaquezas, tenía una ciencia del corazón de hombre, ciencia que le indicaba cómo obrar según la realidad de cada uno. Es conocido el consejo que le daba a los sacerdotes que colaboraban con él “con los más reos, mayor misericordia”. Me llena de gozo que la Provincia de Córdoba haya rendido este homenaje a San José Gabriel Brochero. Realmente trabajó para el progreso. En este mismo sentido, fue como un adelantado también en lo que refiere a los Derechos Humanos, derechos que eran para todos, también para los transerranos, ya que fueron postergados por muchos
años.
También manifestó su preocupación por los presos, bregó para que tengan condiciones dignas y la súplica del indulto en favor de ellos son algunos de los ejemplos concretos que revelan su preocupación por todo el hombre y por todos los hombres. Brochero, plasmó, sin lugar a duda, la cultura del encuentro. Una nota de esto es que a todos llamaba “amigos”, no como una formalidad sino como una convicción en la relación con los demás. “Amigo” incluía al que retribuía esa amistad como aquellos que no.
Brochero es actual hoy, porque tiene la vigencia de los santos porque ellos han vivido el evangelio y, el evangelio, siempre tiene vigencia. En la vida de los santos “leemos” páginas del Evangelio por eso es tan actual la predicación y la vida del Santo Cura. Lo admiramos y debemos renovar el deseo de seguir sus huellas, también hoy tenemos mucho para reconstruir nuestra Patria y nuestras relaciones humanas, tan heridas.
* Monseñor Santiago Olivera es obispo castrense.