Una guía para encarar las vacaciones con los chicos
Terminan las clases y nos preguntamos cómo organizar los días de vacaciones con las rutinas cambiadas, para que no caigan en un uso abusivo de los dispositivos y proponerles actividades entretenidas.
Las vacaciones son para descansar. Seguramente a muchos nos pase que vemos que nuestras hijas o hijos llegan agotados a diciembre. Les cuesta levantarse para ir a la escuela, les cuesta prestar atención, se muestran más resistentes a realizar las tareas escolares. A veces perdemos de vista que tienen sobre sus cuerpos y mentes casi diez meses de incorporar nuevos conocimientos, de seguir rutinas, de hacer esfuerzos para adaptarse a las propuestas de la escuela.
Como nosotros, ellos también están cansados
Sin embargo, junto con la ilusión por el próximo descanso viene la ansiedad por el cambio que implica el fin de la rutina escolar. A veces resulta difícil compatibilizar las exigencias laborables con la atención a los hijos, pero de acuerdo a las posibilidades de cada familia, se puede aprovechar estos meses para compartir experiencias distintas.
El tiempo de vacaciones tiene que ser un momento de tranquilidad para los chicos, un tiempo en el que no tengan que correr porque “llegan tarde”, en el que los horarios se vuelven un poco más flexibles y pueden despertarse más tarde o quedarse un rato más jugando en la plaza.
Todos los especialistas en educación y crianza coinciden que los niños y niñas necesitan descansar, darle a su cabeza un respiro para que pueda volver a empezar un nuevo periodo de aprendizaje escolar. Pero esto no significa que permitamos que hagan lo que quieran, o que los dejemos pasar largas horas frente a las pantallas. Durante el tiempo de vacaciones podemos proponerles actividades para que experimenten y descubran cosas nuevas, para que trabajen habilidades distintas a las que requiere la escuela.
Aburrirse no está mal
Hoy el aburrimiento está mal valorado, pero los especialistas en crianza y educación coinciden en que es necesario. Es bueno que los chicos se enfrenten al aburrimiento, al no saber qué hacer, porque es ahí cuando emerge la creatividad. Es bueno también porque los enfrenta con la frustración de no tener todo resuelto. A veces los padres y madres caemos en la falsa idea de que tenemos que mantenerlos entretenidos todo el día. Esto, por más bien intencionado que sea, es un error porque es una forma de sobreprotegerlos. De alguna manera no los estamos dejando trabajar para que encuentren sus propias herramientas para divertirse, y eso a largo plazo puede ser malo.
Pautar los tiempos de pantalla
Es casi seguro que los niños, si los dejamos elegir, van a preferir mirar la televisión o jugar con un dispositivo que hacer otra actividad. Por eso tenemos que pautar los tiempos en los que van a poder hacerlos, porque seguramente si fuera por ellos podrían pasar varias horas seguidas absortos en la pantalla. Explicarles que durante los días de vacaciones se va a establecer una cantidad de tiempo determinada (eso lo definirá cada familia, pero se recomienda que el tiempo no sea de más de una o dos horas diarias). Si se quiere también se puede establecer un horario, por ejemplo después de las ocho de la noche, o antes de cenar, teniendo en cuenta evitar las pantallas antes de dormir. Una opción que suele funcionar bien es diagramar un sistema de “créditos”, dibujar monedas o tickets que equivalgan a una medida de tiempo: tendrán cuatro créditos de 15 minutos para usar. Cada vez que usen uno nos tienen que entregar un ticket, y cuando se acaba ellos saben que se acabó el tiempo de pantallas. De este modo esquivamos un poco las peleas a la hora de terminar con las pantallas.
Ayudar en tareas cotidianas puede ser divertido
Hacerlos participar de tareas que durante el año, por el apuro que implica el ritmo de la semana, hacemos directamente los adultos. Desde hacer la cama hasta ayudar a cocinar o regar las plantas o poner la mesa: cualquier actividad es válida para que ellos descubran que también pueden ayudar y hacerlo bien. De esta manera también estamos fomentando su autonomía, la planificación y la resolución de conflictos bien distintos a los que se encuentran en la escuela.
Aire libre y más aire libre
En la medida que se pueda, los padres y las madres tenemos que proponer actividades al aire libre. Pensemos y hagamos una lista de todas las actividades que hay disponibles en la ciudad o lugar donde vivimos. Muchas veces en verano hay ofertas divertidas para los chicos y chicas en plazas o parques. O si no, simplemente salir al parque con una pelota, o con una manta para estar a la sombra jugando un rato.
La tecnología a nuestro favor
Así como podemos delimitar el tiempo que están frente a las pantallas, también podemos incentivarlos a usar la tecnología para aprender o practicar habilidades mientras se divierten. Nuestra plataforma tiene un gran número de actividades muy divertidas que los niños pueden usar para entrenar la memoria, la planificación, el control inhibitorio, todas esas funciones ejecutivas que sirven después a la hora de encarar las tareas escolares.
Por ejemplo, con “Colores en altura” los niños y niñas tienen que entrenar el control y solo marcar los pájaros que coincidan con el que aparece arriba.
Con “Frutas locas” entrenan memoria de trabajo al tener que marcar las frutas que se mencionan en la lista y después desaparecen.
Con “Cosecha eficaz” practican resolución de problemas.
Hay muchos juegos más que se pueden usar de manera gratuita con un acceso limitado. En estas vacaciones ¡te invitamos a explorar la plataforma de Wumbox! Para eso podés registrarte gratuitamente y empezar a descubrir los juegos haciendo click aqui.