La misteriosa relación entre Javier Milei y la religión ante un posible viaje del Papa
Javier Milei, un presidente con poco pasado público y una relación con la religión que despierta interrogantes en medio de viajes a "La tumba del rebe" y una posible llegada del Papa al país en 2024.
La figura de Javier Milei sigue despertando dudas y curiosidad. Siendo un técnico de la economía, llegó a la vida pública con un rol de columnista en televisión, desembocando rápidamente en la vida política, alcanzando un escaño como diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires y ahora, presidente electo de la Nación.
Entre tantas dudas, se suma su relación con la religión. Mientras hace unos años se declaraba como católico que se arrodillaba "cada mañana ante un judío", luego declaró a la prensa que se convertiría en el primer presidente judío de la historia argentina. De esta forma, sería el segundo jefe de Estado perteneciente a otra religión.
Carlos Menem, de origen musulmán, fue bautizado en la fe católica solo porque la postulación a la Presidencia lo exigía hasta la reforma de 1994 que él mismo impulsó. Situación similar le ocurrió al rey francés Enrique IV de Borbón, a quien se le adjudica la frase "París bien vale una misa", que habría acuñado tras vencer en la Guerra de Religión en Francia (en el contexto de la Contrarreforma), cuando se lo obligó a abjurar (retractarse de una herejía) como parte del acuerdo al que llegó con la Iglesia para terminar con la guerra y él asumir como rey.
El caso de Javier Milei es, a priori, distinto. Nacido en el seno de una familia católica, el electo presidente argentino ha dado señales de estar encarando un proceso de conversión al judaísmo, proceso lo lleva a cabo de la mano de su guía espiritual, el rabino Shimon Axel Wahnish, de la Asociación Civil Israelita Latina de Buenos Aires, de la colectividad judeomarroquí en Argentina. Esta colectividad, de hecho, se forma dentro del judaísmo jasídico, propio de la ortodoxia judía.
Tanto el caso de Menem como el de Milei parecen responder a un movimiento sincrético, lejos de la conveniencia política elegida por aquel lejano rey francés. Este fenómeno es mucho más común de lo que se imagina y hasta, en muchos casos, es también una herramienta del cristianismo para acercarse a determinadas comunidades. Esto consta de una especie de "mezcla" de creencias sin traicionar dogmas, pero que igualmente tiene mucha resistencia en sectores más conservadores del cristianismo. Al mismo tiempo, es muy común la fe sincrética en nuestro país, con elementos de creencias populares o indígenas que conviven con el cristianismo en la fe de una sola persona.
Otra fe que aparece en el historial de Milei es el noajismo junto a la cabalá, corrientes del judaísmo que apelan no solo a la Ley de Moisés (los Mandamientos), sino también a la Ley de Noé (noajismo, proveniente de "Noahide" o "Bnei Noaj"), "promulgada" tras la alianza entre Dios y los hombres relatada en el libro del Génesis. Esta ley establece siete preceptos: "No adorar ídolos, no blasfemar, no cometer pecados de índole sexual, no robar, no asesinar, no comer la carne de un animal vivo y establecer cortes de justicia para implementar el cumplimiento de dichas leyes".
La fe y la ideología económica de Javier Milei
Vale la pena, también, entender que la posición de Javier Milei frente al judaísmo va de la mano con una posición ideológica, siendo que la doctrina liberal acompaña en muchos aspectos los preceptos de la judaica. Ejemplo de ello son la propiedad privada, defendida en la Ley de Moisés ("No robarás" y "No codiciarás los bienes ajenos. No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo"), la caridad, a la que Maimónides (rabino medieval) catalogó en su punto más alto como el conseguirle empleo al necesitado, el Estado limitado, entendiendo que el gobernante debe someterse a la ley como todo individuo, o la acumulación de capital vista como una bendición divina, algo que puede contraponerse con visiones propias de la Doctrina Social de la Iglesia.
Además, en pleno auge del liberalismo del siglo XIX, la Iglesia tachó al liberalismo como herejía, lo que dio pie a la creación de la encíclica "Rerum novarum" por parte del papa León XIII en 1891. Allí, ante el crecimiento del movimiento inspirado en pensadores como Thomas Hobbes, John Lock y Adam Smith, el Sumo Pontífice valora al capitalismo como un movimiento válido, pero que requiere de cierta intervención estatal, planteando un capitalismo distributista que permita evitar los monopolios y dé lugar a la defensa de los derechos laborales.
Otro documento que alimentó a la Doctrina Social de la Iglesia fue la ecíclica "Quadragesimo anno" de Pío XI, que agregó el "principio de solidaridad", en el mismo sentido que la caridad propuesta por Maimónides pero con un enfoque distinto del asistencialismo: "Como no se puede quitar a los individuos y dar a la comunidad lo que ellos pueden realizar con su propio esfuerzo e industria, así tampoco es justo, constituyendo un grave perjuicio y perturbación del recto orden, quitar a las comunidades menores e inferiores lo que ellas pueden hacer y proporcionar y dárselo a una sociedad mayor y más elevada, ya que toda acción de la sociedad, por su propia fuerza y naturaleza, debe prestar ayuda a los miembros del cuerpo social, pero no destruirlos y absorberlos".
Al mismo tiempo, la encíclica de san Juan Pablo II "Centesimus annus", con motivo de los cien años de la publicación de la "Rerum novarum", revisa ciertos aspectos para su actualización a los tiempos que corren. En ella, el pontífice que fue pieza fundamental en la lucha contra el Pacto de Varsovia, expresa que su carta "trata de poner en evidencia la fecundidad de los principios expresados por León XIII, los cuales pertenecen al patrimonio doctrinal de la Iglesia y, por ello, implican la autoridad del Magisterio. Pero la solicitud pastoral me ha movido además a proponer el análisis de algunos acontecimientos de la historia reciente. Es superfluo subrayar que la consideración atenta del curso de los acontecimientos, para discernir las nuevas exigencias de la evangelización, forma parte del deber de los pastores".
El vínculo entre Javier Milei y la Iglesia Católica
Más allá de la religión que profese un jefe de Estado, la relación con el papado y, en consecuencia, con la Ciudad del Vaticano es uno de los puntos más importantes de la diplomacia. Tanto así que la Santa Sede cuenta con misiones diplomáticas en países confesionales de otras creencias, como el caso de Irán, Israel, Tailandia o el propio Reino Unido, donde se profesa de forma oficial el islamismo, el judaísmo, el budismo y el anglicanismo respectivamente.
En ese contexto de las relaciones diplomáticas, hubo una gran polémica en torno a la relación entre el papa Francisco y Javier Milei. Tal fue la preponderancia que tomó este tema, que el propio Sergio Massa lo hizo parte de su infructuosa campaña por la presidencia, manteniéndose vigente la expectativa por una posible visita del Sumo Pontífice a nuestro país. De ser así, Francisco realizaría la tercera visita papal a la Argentina -la primera de su papado-, luego de los viajes apostólicos de Juan Pablo II en 1982 y 1987.
Años atrás, el propio Javier Milei declaró en 2020 a la prensa argentina que el Papa era un "imbécil" y la "representación de maligno en la Tierra", algo que profundizó este año en una entrevista con Fox News, expresando que Francisco "tiene afinidad por los comunistas asesinos".
Estas declaraciones no fueron solo factores que ofendieron a Jorge Bergoglio, sino también a la Iglesia Católica, una de las principales instituciones del mundo, con millones de fieles en la Argentina. A esos dichos, se le sumaron los comentarios del economista cercano a Milei, Alberto Benegas Lynch (h.) que declaró: “Por consideración y respeto a mi religión católica, creo que habría que imitar lo que hizo el presidente Roca y suspender las relaciones diplomáticas con el Vaticano mientras allí prime el espíritu totalitario”.
A su vez, el papa Francisco también fue muy crítico de Javier Milei en declaraciones a la prensa en las que manifestó su esperanza de que el libertario no termine convirtiéndose en un "Adolfito", en relación con el dictador alemán entre 1933 y 1945 que llevó adelante el holocausto judío en todo territorio que fue conquistando durante la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de ello, horas después del triunfo en el balotaje, Javier Milei recibió el llamado del papa Francisco para felicitarlo, a lo que el libertario respondió con una invitación para visitar el país, un compromiso que el Santo Padre proyecta materializar hacia finales de abril, tiempo en que la colectividad judía se encontrará celebrando Pésaj, según información a la que accedió MDZ del entorno cercano al obispo de Roma.
El hecho será de gran importancia para el país, como lo fueron las visitas de Juan Pablo II en son de pacificar durante la Guerra de Malvinas y para la Jornada Mundial de la Juventud de 1987. Al mismo tiempo, quedará la tensión en torno al encuentro entre Javier Milei y Francisco, al que el presidente electo prometió recibir con todos los honores de jefe de Estado y líder religioso.