"Es asombroso": investigadores analizarán uno de los objetos más misteriosos de la galaxia
Se trata de los restos de Bennu, un asteroide que tiene una ligera posibilidad de colisionar con la Tierra.
Un equipo de científicos en el Reino Unido manifestó su entusiasmo tras recibir una muestra diminuta pero significativa de un asteroide distante. La muestra, compuesta por una pequeña cantidad de polvo y gránulos oscuros, proviene de un asteroide situado a 200 millones de kilómetros de la Tierra.
En el marco de un proyecto liderado por la NASA, los expertos del museo británico obtuvieron 100 miligramos de este material antiguo, datado en 4.600 millones de años y originario de los tiempos iniciales del sistema solar. Esta hazaña fue posible gracias a la misión Osiris-Rex, que en 2020 visitó el asteroide Bennu y, en septiembre, logró traer las muestras de regreso a la Tierra.
La nave Osiris-Rex logró posarse brevemente sobre Bennu, un asteroide que tiene una ligera posibilidad de colisionar con la Tierra en un futuro lejano, y recolectó más de 60 gramos de material en perfecto estado. Esta cantidad es la más significativa obtenida del espacio desde las misiones del programa Apolo.
Ashley King, una reconocida científica planetaria, expresó su fascinación: "Es asombroso. Es como un pequeño tesoro escondido que nos lleva al comienzo del sistema solar. No puedo esperar a tenerlos en mis manos y ver qué podemos aprender sobre el sistema solar primitivo".
Los análisis iniciales realizados por el equipo de la NASA revelaron que los fragmentos del asteroide contienen altas concentraciones de carbono y agua. Parte de este carbono se encuentra en forma de compuestos orgánicos. Los investigadores planean dedicar las próximas décadas al estudio de estas muestras, buscando comprender mejor la formación del sistema solar y evaluar si los asteroides pudieron haber sido vehículos de agua hacia la Tierra y otros planetas.
Un aspecto crucial de esta investigación será el análisis de los isótopos de hidrógeno en el agua de Bennu, para determinar si coinciden con los encontrados en los océanos terrestres.
Durante los primeros 24 meses de estudio en el Museo de Historia Natural, los investigadores se enfocarán en técnicas analíticas que no alterarán la muestra, como la difracción de rayos X y el uso de microscopios electrónicos. Estos métodos permitirán a los científicos descubrir la composición y la estructura mineral del asteroide Bennu de forma detallada. En cuanto al tamaño de la muestra, los fragmentos más notables alcanzan dimensiones de milímetros, mientras que los más diminutos son apenas visibles, similares a partículas de polvo.
"No parece mucho material, pero hay mucho con qué trabajar", dijo King. "Este material, que no vale más que una cucharadita, nos mantendrá ocupados durante años mientras estudiamos cada grano minúsculo para comprender su composición y estructura y ver qué secretos podemos descubrir", dijo la profesora Sara Russell.