Por qué la libertad religiosa en la Argentina fue puesta "bajo observación"
Argentina se encuentra bajo la lupa de una fundación que analiza el derecho a la libertad religiosa en los distintos países del mundo.
La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) presentó un alarmante informe sobre libertad religiosa que señala que 573 millones de cristianos sufren opresión en el mundo. En el detalle de la Argentina, genera preocupación la calificación "bajo observación" del país, justificado por atentados y falta de reconocimiento a organizaciones ligadas a la religiosidad.
La religiosidad es una parte sustancial de la construcción de las personalidades que componen una sociedad. Y la diversidad, tanto de culto como de interpretación y práctica, se vuelve central. Atento a ello, la Constitución Nacional garantiza la libertad religiosa desde 1853, primera redacción de la carta magna argentina.
En nuestro país, como característica que atraviesa plenamente a la sociedad, la diversidad también se hace presente en la vida de fe de sus ciudadanos. Aunque con una clara superioridad estadística de los credos cristianos (católicos y protestantes) que forman el 88,78% de la población, por herencia cultural europea, también el Islam, el judaísmo y las filosofía orientales tienen su rol importante en la Argentina, principalmente en las grandes urbes.
El informe de AIN, que comienza a datar desde 2021, destacó que hubo opresión a la libertad religiosa de los ciudadanos durante la pandemia de Coronavirus, ya que se prohibió toda celebración de esta índole. Aunque llamó más la atención el cierre de las iglesias católicas, por su gran número, fueron todos los credos los que se vieron afectados, quedando impedidos de acudir a sus lugares de culto comunitario, pulmón de muchas creencias.
Ante dicha situación, el Consejo Argentino para la Libertad Religiosa criticó las distintas situaciones derivadas de las restricciones impuestas frente a la pandemia. Dicha crítica fue fundamentada según los postulados de la Corte y la Comisión Interamericanas de Derechos Humanos, que marcó que, las medidas sanitarias nunca pueden conducir a la suspensión de derechos fundamentales.
Al mismo tiempo, el informe llamó la atención por agresiones contra iglesias cristianas e imágenes católicas por parte de manifestantes feministas y opositoras a postulados religiosos pregonados desde estos espacios, como la postura frente al aborto. Además llamaron la atención las profanaciones de templos católicos, presuntos robos de metales, que pudieron haber tenido también otras motivaciones. El informe también resaltó el lugar que brinda la política a los distintos credos en foros y debates sobre los pasos a seguir en relación al desarrollo social y la lucha contra la pobreza.
En cuanto al judaísmo, el informe remarcó la posición pasiva del Gobierno nacional ante los actos de conmemoración por los atentados a la Embajada de Israel y la Asociación Mutual Israelita Argentina, sucedidos en la década del 90. Igualmente, reconoció el recibimiento por parte de Alberto Fernández a una delegación judía con motivo de ambas fechas. También rescató el recuerdo de los espacios parlamentarios a las víctimas de ambos actos terroristas contra la comunidad judía.