Por un conflicto gremial, peligran millones de dólares para Argentina
Una denuncia por amenazas y extorsión en el sector pesquero tiene parada la actividad en un rubro importante como la explotación del langostino. Hay US$500 millones en juego y peligran miles de empleos.
El largo proceso electoral llega a la etapa final con el balotaje de noviembre, con un sistema político que tiene todos los ojos puestos en la campaña para elegir presidente. Mientras tanto, la Argentina sigue funcionando a los tumbos con muchas complicaciones y situaciones insólitas para un país con altos niveles de pobreza y necesidad de crecimiento. Por ejemplo, hace pocos días, un conflicto gremial en la industria láctea puso en riesgo a casi 3 millones de litros de leche en producción y el derrame de otros 100 mil litros.
Un problema similar se está viviendo en el sector pesquero que podría afectar la fuente de ingreso de más de 15 mil familias e impedir a la Argentina el cumplimiento de compromisos comerciales por unos 500 millones de dólares. La Justicia está investigando a varios dirigentes del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA), denunciados por ejercer acciones extorsivas y amenazas, que impiden el inicio de la zafra pesquera en el sur del país.
Días atrás, un conjunto de industrias dedicadas a la pesca de langostinos radicó una denuncia en los tribunales penales de la ciudad de Rawson, en la provincia de Chubut, sobre tres dirigentes sindicales que habrían exigido el pago de coimas, seguido de intimidaciones personales y laborales que impiden el normal desarrollo de la pesca en los principales puertos del país.
Los cinco involucrados se identifican como Alexis Gutiérrez (Secretario General), Igor Vera (Secretario Gremial), Claudio Villarroel (Tesorero) y de José Zambrano y Juan Carlos Inalef, todos miembros de la cúpula dirigencial del SUPA, quienes ya fueron notificados de una resolución de la Jueza Penal de Rawson, Ana Karina Breckle, a partir de la cual deben cumplir inmediatamente “la prohibición de acercamiento y de contacto por cualquier medio (sea telefónico y/o por mensajes por cualquier vía) sobre los denunciantes”.
La sentencia, devenida de la rápida acción de la fiscal General Florencia Gómez y el procurador Fiscal, Juan Leonardo Cheuqueman, determinó que la medida debe cumplirse inicialmente por el plazo de 60 días, y que sea extendida al lugar de actividades habitual y/o laboral y/o cualquier lugar en la vía pública en que se encuentren las víctimas.
Lo más grave del caso es que la situación ha bloqueado la actividad portuaria y ha detenido, hasta el momento, todos los trámites administrativos que se llevan a cabo antes de la apertura de la temporada de pesca, poniendo en riesgo directo la apertura de la zafra del langostino salvaje, que supone cada año el 60 % del total de las exportaciones pesqueras nacionales.
La Cámara de Flota Amarilla de Chubut (Cafach) ha decidido no solicitar la prospección (investigación comercial previa y obligatoria a la apertura de la zafra), hasta que no esté garantizada la paz social y la fuente de ingreso de todos los trabajadores, por lo cual la actividad se encuentra totalmente paralizada.
Gustavo González, presidente de la entidad explicó que el conflicto va mucho más allá, porque “tiene graves consecuencias para la economía nacional, dado que al momento están quedando sin sustento laboral más de 15 mil familias”. Además, detalló que “Argentina pierde el ingreso de unos US$500 millones en concepto de exportaciones”, porque “solo la provincia de Chubut pesca el 40% de la totalidad de la captura del langostino del país, impidiendo el cumplimiento de los compromisos comerciales de venta y entrega de esos productos a países como España, Italia, Estados Unidos, Rusia, China y Japón, entre otros”.
“Todo lo que no se pueda pescar y procesar hasta el 15 de noviembre le impide al país la oportunidad de cumplimentar las entregas antes de las fiestas de fin de año, echando por tierra las exportaciones más importantes del año”, agregó.
González adelantó que las industrias consideran que muchos de los dirigentes sindicales “atentan contra los derechos de sus propios representados” y solicitó también “la intervención de las autoridades nacionales para proveer al sector las garantías de trabajo necesarias que permitan reiniciar las actividades operativas y comerciales que tanto aportan al Producto Bruto Interno Nacional”.