El video viral que circula en los grupos de argentinos que emigraron y refleja una dura realidad

Aun quienes emigraron hace décadas y están muy cómodos en sus nuevos lugares, reconocen que irse del país no es tan simple como muchos creen. Incluso en este mundo globalizado en el que las migraciones -para escapar de situaciones bélicas o de pobreza extrema, en busca de mejores condiciones de vida o, simplemente, porque el nomadismo puede ser una elección- se han vuelto moneda cotidiana.

Repetirse una y otra vez que emigrar fue una elección, no minimiza las dificultades con el idioma, las costumbres y hasta el tipo de alimentación. Y a esas se suman otras que tienen que ver con lo emotivo: los kilómetros suelen pesar, dicen. Especialmente en los primeros meses, o esos días en los que todo parece estar atravesado, o en los momentos clave como cuando se casan amigos y uno está lejos o cuando toca despedir a un familiar a la distancia.

Garantizarse un futuro mejor parece ser el móvil para muchos de los argentinos que hoy piensan en emigrar con o sin nacionalidad. Cada vez con más los que deciden cortar con la ola de inseguridad e incertidumbre que -al menos por momentos- pone un manto gris sobre la rutina. 

Europa es uno de los destinos predilectos. Tal vez por eso que dijo alguna vez Octavio Paz y que Alberto Fernández parafraseó con poco tino. "Nosotros los argentinos llegamos de los barcos. Eran barcos que venían de Europa", expresó citando conerrores al mexicano y haciendo referencia a que muchos en el país tienen ascendencia europea, especialmente italiana o española, dos de los destinos predilectos por los argentinos que emigran.

No todos llegan con los trámites de la nacionalidad en orden y eso dificulta aun más el proceso de emigración. Los que saben, recomiendan a quienes buscan establecerse en el extranjero evitar a toda cosa permanecer en el país de destino de forma ilegal. Sin embargo, todavía hay quienes optan por ese camino, asumiendo el riesgo que pueda tener a la hora de tramitar la ciudadanía.

También aparecen, a la hora de emigrar, otros problemas. Uno muy común -y con un horizonte bastante oscuro- tiene que ver con el alojamiento. Las propiedades tienen a subir de precio en todo el mundo. El acceso a la vivienda es un problema creciente. Hay ciudades, como Oporto en Portugal, donde un 15% de las viviendas se encuentra vacías y donde el precio de los alquileres se ha disparado al punto de empujar a los locales a vivir en ciudades vecinas. El mismo inconveniente se repite en España, a donde los alquileres han llegado a duplicarse en apenas un par de años. En ciudades como Madrid, Barcelona o Bilbao, una habitación en un piso compartido puede costar -tranquilamente- unos 400 euros al mes. 

Igualmente, hay oportunidades que resultan convenientes. Sólo que la mayoría de los dueños prefiere inquilinos que tengan todos sus papeles al día y garantías para el pago del alquiler. El esquema y las dificultades son similares a las que hay en Argentina, con la diferencia de que en el extranjero quienes emigran son, justamente, extranjeros. Juegan de visitantes, por apelar al lenguaje futbolístico tan familiar para los argentinos. 

No se puede dejar de lado otro tema clave: el trabajo. Las normas para contratar personal se han vuelto más estrictas y es cada vez más difícil conseguir un trabajo sin tener la documentación en regla. Buscar empleo es una ocupación en sí misma en Argentina y en el resto del mundo. Pareciera difícil conseguir un buen sitio a donde desarrollarse profesionalmente aun para quienes tienen experiencia. 

A todos esos aspectos hace referencia el video viral que se replica en los grupos de argentinos en el extranjero. El clip que grabaron en Madrid Dario Orsi y Joaquín Castellano grafica muy bien la distancia entre lo que uno o la sociedad imagina que es emigrar y lo que esta decisión realmente implica.

Video viral: cómo piensa la gente que es emigrar