Servicio Penitenciario Bonaerense: tras las fugas, cómo trabaja el comando de refuerzo que se sumará a los traslados
Un violento episodio ocurrido la semana pasada cambió la forma en que se harán los movimientos de internos de un penal a una diligencia. Se encargará de la tarea personal especializado en alto riesgo.
Lo que tenía que ser el traslado de un preso por una diligencia habitual en el Servicio Penitenciario Bonaerense terminó en una feroz balacera con agentes heridos, una fuga, allanamientos y una decisión de las autoridades que cambia en adelante la manera de movilizar internos de un penal a otro cuando sea necesario. Ahora se hará con el grupo DOE (División de Operaciones Especiales), ya no con auxiliares de la Justicia.
La semana pasada, la puerta del Juzgado de Menores 3 de la ciudad bonaerense de La Plata, ubicado en la calle 7, entre 524 y 525, una zona muy transitada, fue escenario de un violento tiroteo salido de una secuencia cinematográfica. Ismael Bahiano Bobadilla Romero, de 25 años, fue junto a otros presos a comparecer por una causa penal de cuando era menor de edad. Luego del trámite, mientras era desplazado desde el interior del edificio hacia el móvil del SPB, los guardias que lo custodiaban fueron abordados por cinco delincuentes armados, con sus rostros cubiertos, que se movilizaban en un auto de color rojo.
No estaba claro qué sucedía. Si era un robo u otro ataque. Lo cierto es que fueron lanzados al aire más de 30 disparos mientras los agentes recibieron fuertes golpes y culatazos que los dejaron con heridas. En el medio de este caos, Bobadilla huyó con la ayuda de los cómplices, que lo subieron a un auto y lo sacaron del lugar. En ese momento no hubo dudas: el despliegue era una fuga organizada.
Por el episodio hubo búsquedas, se secuestraron un auto y otras pruebas importantes para la causa. Además fue detenido como cómplice Hernán Octavio Orellana, de 31 años, en una vivienda de la localidad bonaerense de San Francisco Solano. Se llegó a esa dirección y a esa persona por información obtenida de celulares secuestrados dentro del penal donde estaba alojado Bobadilla.
En este contexto, desde el Servicio Penitenciario Bonaerense, se resolvió que en adelante los traslados se harán con un grupo de elite, especializado en operativos de alta violencia. Son personas capacitadas en negociación, liberación de rehenes, mediación y aspectos claves de seguridad.
Cuándo se traslada a un interno
Cada juzgado puede ordenar el traslado de un detenido, que puede estar preso con condena o con prisión preventiva. Puede hacerlo porque la defensa, el fiscal o el juez los haya citado a comparendo para notificarlos de algo o, por ejemplo, para que participen de un juicio.
Hasta ahora era una dirección ocupada específicamente de traslados la que llevaba adelante el movimiento. Está descentralizada en los 12 complejos de la provincia de Buenos Aires. Al momento de organizar el desplazamiento se hace un listado en el que se agrupan varios internos que deben salir el mismo día.
Alrededor de las 5 de la mañana se los pasa a buscar en un colectivo y se lleva a cada uno, esposado, al destino en el que hayan sido solicitados. Quedan ahí con custodia mientras el vehículo continúa el recorrido con otros internos. Luego vuelve a buscar uno por uno. Episodios como el de la semana pasada dejaron al desnudo la vulnerabilidad de este sistema que se agudiza con el uso de celulares dentro del penal, lo que le permite a los privados de su libertad articular planes con el afuera.
Otra fuga, pero en CABA
Cuatro presos se fugaron el martes de la alcaidía de la Comisaría 3B, situada en el barrio porteño de San Cristóbal, tras reducir a un celador que ingresó a los calabozos para entregarles la comida. El hecho ocurrió cerca de las 21.45 y, según los voceros, un grupo de nueve presos redujo a uno de los celadores cuando entregaba los alimentos en las celdas y pudo así huir del sector de calabozos.
Cinco de ellos fueron atrapados por la policía antes de lograr salir a la calle, mientras que los cuatro restantes escaparon. Las autoridades policiales identificaron a los fugados como Leonel Sacha (32), detenido por "robo"; Lautaro José Quinteros (22), preso por "robo agravado por el uso de arma; Iván Marcos Gómez (44), alojado en el lugar por "hurto", y Axel Ezequiel Torres (24), detenido también en una causa por "robo".
Actualmente las comisarías y alcaidías porteñas cuentan con un 216% más de detenidos de lo que permite su capacidad, esto enardece este tipo de conflictos y vulnera la seguridad de los centros de encierro.
Anteriormente, el 6 de julio, en otra alcaidía del ámbito de la ciudad de Buenos Aires, otros tres presos se fugaron luego de violentar la cerradura de una celda, ganar la calles y escapar por techos de viviendas linderas. El hecho se produjo en el anexo de la sede policial situada en Tucumán al 1500, vecina a la Comisaría Vecinal 1 A de la fuerza porteña, a pocas cuadras del Palacio de Tribunales.