Los animales, esos amigos para compartir la aventura de vivir

Son compañeros de tiempo completo, enriquecen nuestras vidas y se constituyen testigos y “colegas” del tiempo que nos toca recorrer. Los animales domésticos son amigos entrañables, capaces de expresar amor y lealtad en su máxima expresión, desafían la indiferencia, los abusos y los maltratos constantes de algunos humanos.

Los animales nos estimulan social y emocionalmente desde la temprana infancia hasta la vejez. En la niñez nos acompañan en la aventura de crecer y son cómplices de travesuras y juegos. Estimulan nuestro comportamiento más altruista. Maestros sin títulos, nos enseñan el autocontrol y la auto-tolerancia.

Cuando la soledad y el dolor nos golpean y dejan al descubierto nuestra vulnerabilidad, el contacto con los animales proporciona compañía, apoyo afectivo y estimula la resiliencia.

En las personas con capacidades diferentes tienen una importancia superlativa; tanto es así que una rama de la Medicina Veterinaria se dedica exclusivamente a esto: la zooterapia. Por ejemplo, la equinoterapia es una rama de la zooterapia focalizada en la interacción de los equinos con el ser humano para estimular positivamente las aptitudes psicomotrices de las personas, lo que disminuye significativamente el deterioro físico y psíquico y reconecta con el mundo exterior y el medio ambiente.

La amistad y la sabiduría de los animales son la terapia más efectiva y afectiva que podemos encontrar. Son verdaderos terapeutas que nos ayudan a integrarnos socialmente, porque generan reglas de vida con la puesta en valor del amor en contrario de la violencia.

Además, interactúan con los ancianos para que aprendan y enfoquen la vida en el presente y no caigan en la desidia y la nostalgia que la vida puede provocar. Generalmente, los adultos mayores son víctimas de la exclusión social y afectiva. La compañía de los animales los ayuda a mantener una rutina diaria, lo que contribuye a sostener una buena actividad física y psicológica porque les brinda la satisfacción de por qué vivir y para quién vivir. La falta de estos afectos fundamentales y maravillosos genera aspectos devastadores en la salud del humano.

Los animales nos sorprenden con su amor que traspasa las fronteras de la vida hasta la misma muerte. 

Debemos aprender de ellos, reconocer su amistad y el amor que acumulan en sus corazones. Seres espléndidos dignos de admiración y respeto. Amigos permanentes del humano desde tiempos ancestrales. Los animales y el hombre han compartido sus vidas durante toda la historia de la humanidad pero solo ellos pueden expresar su amor y lealtad sin pedir nada a cambio.

Por Juan Martín Molinari, médico veterinario, 2615183703.  

Video: IniciaSport, Youtube.