Es monja, youtuber e instagramer, la argentina que lleva ayuda humanitaria a Kiev

La ayuda humanitaria llegó al hospital militar de Kiev de la mano de un grupo de misioneros solidarios de España encabezados por una monja dominica tucumana, bien nuestra, Sor Lucia Caram. Se quedarán hasta el fin de semana, llegaron con bolsones llenos de ropa nueva de abrigo como también generadores de electricidad para poder combatir el frio muy cruel en una ciudad devastada por la guerra.

También llevaron de regreso a la capital de Ucrania a diez heridos que se pudieron recuperar en los hospitales de Barcelona y de Madrid, en un corredor humanitario que fue abierto en abril del año pasado que continúa funcionando y a donde seguramente se vuelvan a llevar algunos heridos y enfermos oncológicos para ser tratados en España.

"Hay mucha gente que está mutilada, mucha gente que está sufriendo el estrés post traumático de la guerra, y algunos también que ya no podrán volver a caminar y/o movilizar sus propios brazos sencillamente porque no los tienen, son las heridas sangrantes de esta tierra", contó a MDZ desde Kiev la religiosa.

Sor Lucia contó, además, que les han pedido más ayuda, sobre todo generadores. "La gente literalmente se muere de frío por la realidad que se está viviendo en esta zona, y van a tratar de conseguir recursos para montar dos hospitales cerca de la frontera, porque la lucha cuerpo a cuerpo es brutal y el número de víctimas es muchísimo", cerró.

Los soldados rusos tienen armamento muy viejo, pero son muchos más y están bien armados. Es muy cruel ver a los heridos y a los muertos por las ametralladoras, la gente se desangra y termina muriendo en esta martirizada Ucrania, como dice el Papa Francisco.

En estos días visitaran también territorios que han sido liberados como Bucha e Irpin y seguirán intentando que la voz y el sufrimiento de la gente llegue al mundo para intentar parar esta locura de la guerra en la que no podemos ser neutrales, por qué Ucrania está siendo asediado, torturado, martirizado y masacrado, y no podemos mirar para otro lado.