Nuestros grandes maestros

Leopoldo Presas, el príncipe de los pintores

Leopoldo Presas fue un artista fundamental de la segunda mitad del siglo XX. Nacido en un hogar humilde en el barrio de Constitución en Buenos Aires en febrero de 1915, vivió y expuso durante una década en París, volvió y hasta su muerte en junio de 2009 fue querido por todos.

Carlos María Pinasco
Carlos María Pinasco domingo, 4 de septiembre de 2022 · 15:02 hs
Leopoldo Presas, el príncipe de los pintores
Puerto N 6

Desde la década del noventa, en el siglo pasado tuve la enorme fortuna de frecuentar a menudo al entrañable Leopoldo Presas,“Toto”. Por aquel entonces hacía ya unos años que había vuelto de París. Vivía y trabajaba en el primer piso de un señorial edificio de la avenida Almirante Brown en La Boca.

Leopoldo Presas y Carlos María Pinasco

La cita, sin embargo era a la vuelta, en una cantina de buena comida italiana llamada “Il Matterello” donde el maestro llegaba siempre un poco antes y esperaba la hora del almuerzo acompañado de una botella de vino tinto de calidad. Su conversación era amable, sin altisonancias pero siempre aguda. Desplegaba humor con derivaciones de fina ironía.

Después del baño 1992

En una oportunidad, un tercer comensal, acotó ceremoniosamente “Maestro, Usted es ambidiestro” a lo que Toto contestó: “yo diría, más bien, ambizurdo”. Solo después de los postres encarábamos la empinada escalera de su taller y seleccionábamos las obras para su siguiente muestra en colección Alvear de Zurbarán, la galería que por entonces yo dirigía.

Con variaciones gastronómicas la historia se repitió más tarde, incontables veces, cuando el Maestro se mudó primero a avenida de Mayo y luego a Núñez. En el invierno de 1994, nos deslumbró con una excepcional retrospectiva en el Palais de Glace, de más de cien obras datadas a lo largo de seis décadas. Presenté sus obras en Colonia (ROU), viajamos juntos a Mar del Plata dónde expuso en el Museo Castagnino y fue nominado

Serena, pastel

Ciudadano Ilustre, y a La Plata en cuyo Museo de Bellas Artes también deslumbró. Cuando nos dejó, en distintas oportunidades seguimos presentando sus obras en muestras retrospectivas o temáticas. En su historia remota, fue miembro fundador del grupo Orión con el que expuso en una muestra fundacional en la sociedad argentina de artistas plásticos del Pasaje Barolo.

En 1939, hizo su primera exposición individual en la desaparecida Galería Callao; a principios de la década del cincuenta tuvo una primera estada en París, recibió luego sucesivos premios hasta el consagratorio Gran Premio de Honor con Medalla de Oro de Salón Nacional (1959). En 1963 la Academia Nacional de Bellas Artes le otorga el Premio Palanza. En 1965 instala un taller en
la Vuelta de Rocha, donde pinta sus primeros puertos y realiza grabados. En el 67 cuelga una gran retrospectiva en The Huntington Hartford Collection de New York presentada por Rafael Squirru. Luego expone en la Organización de Estados Americanos (OEA) de Washington.

Composición 1960

Fue presidente de la Sociedad de Artistas Plásticos, miembro de número de la academia y a fines de la década del setenta se radicó en París donde vivió y expuso durante 9 años. A partir de sus femeninos tempranos, de la década del treinta, de una figuración poética que adquieren luego un tinte onírico, sus puertos, su temática religiosa y el erotismo femenino hasta sus series de alto contenido irónico con las que denuncia desviaciones aberrantes de la condición humana, la obra de Presas mantiene una coherencia encomiable.

Fantasías sobre los puentes de París, 1984

Trátese de sus vistas del Sena, de los paisajes de Colonia o de la Vuelta de Rocha, de los retratos de Elsa, su musa permanente, ya sean pasteles, carbones u óleos, sus obras presentan siempre una profundidad que se descubre de a poco y que se enriquece cuanto más se las contemple.

Elsa, 1960

Hombre bueno, si los hay, Leopoldo Presas, como artista no tuvo jamás claudicaciones. Podrá gustarse más o menos su pintura, pero nadie podrá negar que ha transitado el camino con una visión propia, honestamente personal que le deparó el aprecio y admiración de todos y mantiene inalterable su vigencia.

Hoy lo recordamos con una serie de obras de su dilatada trayectoria como homenaje a quien, con justicia, ha sido llamado “el príncipe de los pintores”.

Carlos María Pinasco y Leopoldo Presas

* Carlos María Pinasco es consultor de arte.

carlosmpinasco@gmail.com

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