Crisis hídrica

Sin agua: qué espera Mendoza para gestionar otro año de escasez

La falta de responsabilidad colectiva sumado a la ineficiencia en la distribución de un recurso escaso genera un diagnóstico desalentador de cara a los próximos años. Cada habitante consume 3 veces más agua potable de lo que debería. El efecto de las roturas de cañerías y la poca inversión.

Andrea Ginestar
Andrea Ginestar domingo, 18 de septiembre de 2022 · 14:25 hs
Sin agua: qué espera Mendoza para gestionar otro año de escasez
El consumo diario por habitante es de 750 litros Foto: SHUTERSTOCK

El abastecimiento de agua para uso domiciliario y riego se ha transformado en un punto clave para la gestión de los organismos encargados de administrar este recurso cada vez más escaso. La sequía que azota a la provincia de Mendoza lleva más de una década pero más allá de los factores climáticos que impactan en la disponibilidad del recurso hay variables humanas y de gestión que deben modificarse si queremos tener un acceso pleno al agua en los hogares y en el agro.

Los organismos encargados de la gestión del agua en Mendoza coinciden en que deben generarse modificaciones en la administración del recurso y la cultura en torno al cuidado el agua por parte de la población para que las actividades agrícolas que dependen del agua para riego así como el agua para consumo domiciliario alcance.

"En el mundo lo que manda es la multa. En el caso del consumo del agua potable mientras no exista un control concreto, pasa mucho por la responsabilidad de las personas", dijo Marinelli.

La realidad es que cada vez hay menos disponibilidad de agua en Mendoza y la gestión de este recurso será la clave para que el abstecimiento en los hogares sea adecuado a las necesidades de los mendocinos. Durante la temporada estival el aumento del consumo de agua potable es sostenido, Mendoza hoy tiene 1.200.000 mil habitantes cuyo consumo diario por habitante es de 750 litros, según los cálculos que hacen desde el Departamento General de Irrigación. Dicho consumo supone el triple de lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) plantea como número óptimo ya que según ese organismo deberían ser 250 litros diarios por persona.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que el consumo diario por persona son 250 litros diarios

Falta de cifras

Los motivos del exceso en el consumo son diversos pero no hay cifras exactas que permitan conocer en profundidad el estado de situación. La rotura de cañerías que distribuyen el agua potable para el consumo domiciliario es uno de los factores más importantes y que requieren de una gran inversión en obras. Hoy no hay datos precisos sobre cuánto es el derroche que se hace en los hogares y cuánta agua se pierde por las roturas de los caños.

La aplicación de micromedición en los hogares aún no está vigente razón por la cual, en algunas zonas, los usuarios del servicio abonan una tarifa según la amplitud del terreno donde viven, la zona y los metros cubiertos. El arancel que pagan mensualmente no tiene en cuenta el consumo y por lo tanto, es muy difícil generar un cambio cultural en base a datos poco precisos sobre el uso que hacen del recurso.

No hay datos precisos sobre cuánto es el derroche que se hace en los hogares y cuánto se pierde por roturas de cañerías

"La tarifa que tiene Aysam es un impuesto encubierto porque funciona como un subsidio cruzado, tiene que ver dónde, en qué zona está la casa...hay un problema serio que involucra a los municipios operadores. En el caso de Luján la ha diferenciado y la cobra barata pero en el caso de Maipú ni siquiera la cobra porque está mezclada con el barrido, alumbrado y limpieza. El agua vale nada... entonces hasta que no se empiece realmente a cobrar lo que vale un insumo tan escaso, tampoco la gente lo valora y lo termina derrochando", argumentó Sergio Marinelli quien lleva casi una década al frente del Departamento General de Irrigación de Mendoza.

Gran parte del agua potable que se distribuye desde las plantas potabilizadoras a los hogares se pierde por las roturas y el exceso de consumo que se incrementa en verano por el aumento de temperatura, riego de jardines y llenado de piletas. "La micromedición nos permitiría tener números fehacientes de controlar, se está por licitar en un sector que está más estudiado en Guaymallén donde está una de las áreas operativas que abarca el cuadrante desde el Acceso sur, el Pescara, el carril Rodriguez Peña y la ruta 60", destacó.

Mendoza ya supera la década de sequía extrema y no hay nada que indique que la situación vaya a mejorar

Por otro lado, el funcionario explicó que para implementar la micromedición casa por casa tienen pensado comenzar a aplicar macromedición en grandes sectores que abarcan 100 manzanas ya que son redes por cañerías. "Vamos a saber por zonas cuánto está gastando cada sector pero no vamos a saber cuánto gasta cada casa", dijo y agregó que "de igual forma el dato que obtengamos de esa medición sirve para implementar medidas tendientes a un uso responsable".

"Nosotros les damos el agua mayorista, cómo distribuyen ellos internamente y cómo van a mejorar la gestión es un tema de Aysam", agregó Marinelli.

Un convenio condicionado por la eficiencia

En diálogo con MDZ el titular de Aguas Mendocinas (Aysam), Alejandro Gallego, contó que firmó un convenio con Irrigación quienes pondrán a disposición para este verano una mayor cantidad de agua cruda en los establecimientos potabilizadores. De esa manera, ante situaciones climáticas normales y de estructura (cañerías) el servicio debería mantenerse en situaciones de normalidad.

"Tienen que ir reduciendo la cantidad de agua que utilizan... ese agua de más que les damos la tienen que devolver en un tiempo determinado", destacó Marinelli.

Dicho acuerdo consta de un compromiso asumido por parte de Aysam de generar una baja en el consumo de agua potable en el largo plazo. "En un plazo razonable tienen que ir reduciendo la cantidad de agua que utilizan, si bien le vamos a dar un poco más a las plantas nuevas, a la larga la tienen que resignar ese agua. Es un convenio cualitativo porque al no haber micromedición y buena macromedición no le podemos poner números, pero vamos a escribir actas adicionales donde ese agua de más, la tienen que devolver en un tiempo determinado", destacó Marinelli.

Según las proyecciones, para el 2050 la población de Gran Mendoza va a rondar más o menos 1.800.000 habitantes. "Si logramos que para el 2050 consuman un tercio de lo que consumen hoy, por más que tengamos menos recursos, la incidencia poblacional va a ser menor que la que hoy es en el contexto de la cuenca", expresó Marinelli.

"No es que vamos a ajustar a los que no se pueden ajustar porque vamos a sacar el agua a la gente...le damos la cantidad de agua que tiene que ver con las pérdidas. Si le bajo la cantidad de agua a un tercio como mayorista, el agua se va a ir por las cañerías rotas y la gente se queda sin agua. Entonces tampoco le voy a dar todo lo que me piden manteniendo la ineficiencia", dijo el titular de Irrigación.

"Tengo la obligación de respetar en la ley como prioridad el uso poblacional pero te lo condiciono a que a lo largo de estos próximos años hagas acciones reales y concretas para ajustar el consumo. Dichas acciones están centradas en dos ejes, una es bajar la pérdida por cañería mediante inversiones y la otra es que baje el consumo de la gente mediante la micromedición, mediante las campañas y mediante una tarifa razonable", agregó.

Des-ordenamiento territorial y cambio cultural

La población gasta más agua potable de la que le hace falta, según cifras oficiales, cada habitante consume tres veces más de lo que tendría que gastar pero también la falta de agua se debe a un crecimiento desmedido de la población en algunas zonas que requieren de abastecimiento del recurso.

El crecimiento que ha tenido Mendoza en diversas zonas y sin una política de ordenamiento territorial provocó que las redes existentes y el servicio de agua sea insuficiente para la demanda actual. Por esa razón, las zonas que presentan mayores problemas por la escasez de agua potable durante la temporada estival son aquellas que se encuentran al final de la línea de distribución, tal es el caso de los barrios del Oeste de Godoy Cruz, Las Heras y Luján, 5ta y 6ta sección (Capital) y Dorrego (Guaymallén).

En el Río Mendoza es donde hay una mayor concentración de uso recreativo cuyas parcelas pagan y tienen derecho a riego, sobre todo en Chacras de Coria, Coquimbito y Acceso Sur. En esas zonas el riego se da por turnos pero son pocas las personas que respetan esa normativa y utilizan el agua potable para el riego de amplias parcelas. "Son hábitos urbanos los que tienen y no están acostumbrados, puede tocarte un turno de noche y nadie va a regar a las 4 de la mañana. Riegan con agua potable...como les sale caro algo que no usan terminan renunciando al derecho a riego", contó el titular de Irrigación.

Muchos mendocinos renuncian al derecho a riego y utilizan agua potable para regar sus jardines

"Tenemos muchas renuncias, le comunicamos al EPAS y les exigimos que un caudalímetro, comunicamos al operador de servicio para que sepa que esa persona ya no tiene derecho riego, por lo tanto si tiene un jardín grande es muy factible que empiece a regar con agua potable. Teniendo el medidor uno puede saber cuánto cuánto realmente es lo que consume y también lo que se va en riesgo en llenado de piletas", manifestó.

"En el mundo lo que manda es la multa. El agua es escasa, es como una frazada muy corta... nos podemos tapar todos solamente si somos muy eficientes, en el caso del consumo poblacional del agua potable mientras no exista un control concreto pasa mucho por la responsabilidad de las personas", finalizó.

 

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