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Lluvia de balas narcos en un cementerio en el corazón del conurbano

Este domingo puede volver a producirse una situación de crisis en el cementerio de General San Martín. Un sicario asesinó a plena luz del día y en medio de toda su gente a un joven vinculado con las bandas delictivas que circulan en la zona. Hace una semana, detuvieron a 6 personas en ese lugar.
Crece la preocupación en el conurbano bonaerense por la guerra entre bandas narcos, que ejecutan rivales a plena luz del día.
Crece la preocupación en el conurbano bonaerense por la guerra entre bandas narcos, que ejecutan rivales a plena luz del día.

"Preparate, mañana puede haber de nuevo un buen lío", describió un antiguo empleado del cementerio municipal de San Martín que se enteró que a las 09.30 del domingo 30 de julio iban a tener que recibir el servicio para el entierro de otro soldado narco abatido en el último mes.

Hace una semana, más de treinta patrulleros rodearon el predio ubicado en Coronel Mom, Mitre, Eva Perón y Presidente Juan Domingo Perón a unas diez cuadras del centro administrativo y político de General San Martín, cuando se enteraron de las detonaciones de arma de fuego y la presencia de familiares de una de las víctimas de un nuevo cruce de bandas narcos en la localidad. 

Ahí fueron detenidas seis personas, la mayoría de ellas menores que portaban armas largas, de guerra y 9 milímetros. Un verdadero arsenal. En la oportunidad fueron evacuados todos los empleados y trabajadores del cementerio, que quedó a merced de los delincuentes y la policía. 

Así se empezó a vivir en San Martín de manera pausada pero constante. La comunidad empezó a adaptarse a esta "nueva realidad" que se había expuesto a la opinión pública hace más de seis años cuando apareció muerta la niñita Candela Rodríguez, hija de una familia con vinculación con el narcotráfico sanmartinense. En ese momento, la mamá de la nena asesinada, Carola Labrador, le hablaba a cámara y le pedía a quien ella conocía que la liberara sana y salva, cuestión que no sucedió. Todos imaginaron que la referencia era para Miguel Ángel "Mameluco" Villalba, quien caería preso tiempo después. 

Carola Labrador era hermana de un exconcejal de San Martín en la época de los '80 y los '90, Alberto "Beto" Labrador, de Villa Ballester. Es decir, la conexión política y lo que entonces era cierta marginalidad, siempre estuvo presente. De hecho Villalba terminó preso cuando intentó meterse por la fuerza en un acto de Eduardo Duhalde en la localidad y la organizadora del evento, Graciela Camaño, lo terminó denunciando. Al día siguiente, la Justicia Federal lo detuvo y nunca más recuperó la libertad.

Hace cuarenta días, MDZ denunció que ya habían aparecido una decena de muertes productos del ajuste de cuentas posterior a la aparición a la cocaína mal mezclada que terminó con la muerte de 24 personas oficialmente, pero que se presume fueron algunas más que ni siquiera se reportaron por cuestiones vinculadas con la delincuencia. 

"Lo veníamos advirtiendo y lo dije cuando consultaste hace un mes por el mismo tema. Sí. Ya estamos en una situación similar a la de Rosario, donde los soldaditos se transforman en sicarios sin ningún problema", sostuvo un fiscal que ha tenido que lidiar con estos casos durante el transcurso del año. En un extenso informe, Gustavo Carbajal describe hoy en La Nación esta situación. 

Un último episodio se conoció ayer, el asesinato de un joven que había participado en otro enfrentamiento hacía una semana atrás. Quizás sea el mismo que reciba su sepulcro mañana y por eso haya nuevamente mucha preocupación en el cementerio de San Martín. Su asesinato sucedió en frente de la Villa 18, donde vivía Villalba y donde creció su imperio narco, que chocaba contra las actividades similares que realizaba "El Rengo" Pacheco en la villa 9 de Julio, ubicada a diez cuadras de allí. Nacidos como socios, hoy compiten por el mismo territorio. Ese predio comprende a una extensión del Barrio Militar que se levantó hace cinco décadas. 

Las cocherías ubicadas en las cercanías de Billinghurst, Villa Libertad y Ballester Oeste, todas en las cercanías de los barrios dominados por los narcos, están casi "obligados" a recibir el servicio. Inclusive cuando saben que sus instalaciones pueden quedar seriamente dañadas, como le sucedió a uno de ellos hace ocho días. 

En los últimos meses la presencia policial se ha intensificado en las villas 18, 9 de Julio y Loyola, epicentros del trabajo narco de las bandas que dominaban "Mameluco" Villalba, "El Rengo" Pacheco" y "Los Peruanos". Allí se instalaron puestos fijos, drones y comandos que supervisan diariamente la actividad. "Es producto que se están pasando las facturas unos a otros que suceden estas muertes. Los estamos obligando a salir de sus cuevas", declara uno de los que trabajan en estos lugares. Sin embargo, las muertes parecen no parar y, los menores, ya manejan armas y matan con total impunidad.