Cultura

Van Gogh, una experiencia inmersiva que se podrá seguir disfrutando

Un espectáculo escenográfico dinámico compuesto a partir de las imágenes de las obras, desplegado sobre inmensas paredes y el piso, en la que el espectador queda inmerso. La luminosidad, el movimiento, los detalles y la música generan un efecto atrapante de alto impacto.

Carlos María Pinasco domingo, 5 de junio de 2022 · 16:43 hs
Van Gogh, una experiencia inmersiva que se podrá seguir disfrutando
Foto: Van Gogh - Autorretrato

Se acaba de anunciar que la muestra “Imagine Van Gogh” que se lleva a cabo desde febrero pasado en el Pabellón Frers de la Sociedad Rural en Buenos Aires, será prorrogada hasta después de las vacaciones de invierno. Ya la vieron más de 300.000 personas. Paralelamente, se comunicó que a partir del 20 de julio se presentará una muestra similar (no la misma) en el Centro de Convenciones de la ciudad de Córdoba.

Desde 2008 a partir de un desarrollo tecnológico revolucionario y la cesión de imágenes de altísima resolución por parte de los museos que poseen los originales de las obras han proliferado este tipo de espectáculo desarrollado por distintas empresas. Ahora mismo, en los Estados Unidos, se presenta “Beyond Van Gogh”, programada para 50 ciudades distintas más otras siete de Canadá. El show incluyó a San Pablo en Brasil, Lima en Perú, Santiago de Chile y Puerto Rico.

No todas las realizaciones son de la misma calidad. La de Estados Unidos se promociona resaltando que, desplegada en más de 3000 metros cuadrados, con imágenes de 300 originales del artista proyectados en más de 4 billones (millones de millones) de pixeles de altísima resolución, es la mayor jamás presentada. Tampoco, obviamente, son iguales los costos. El ticket para adultos en Buenos Aires cuesta algo más de 3000 pesos (el mismo valor que tendrá en Córdoba). En Estados Unidos cuesta tres veces más (cincuenta dólares).

“El dormitorio de Arlés” 1888

Muestras inmersivas, ¿por qué?

Para empezar hay que decir lo obvio: no son exposiciones de obras de Vincent van Gogh. Es prácticamente imposible reunir bajo un mismo techo varios centenares de cuadros que están dispersos en los principales museos del mundo y valen una inmensa fortuna. Los costos de seguro harían inviable una exposición de tal magnitud.

Se trata de algo distinto: un espectáculo escenográfico dinámico compuesto a partir de las imágenes de las obras, desplegado sobre inmensas paredes y el piso en la que el espectador queda inmerso. En una sala totalmente oscura la luminosidad, el movimiento, los detalles y la música generan un efecto atrapante de alto impacto. Aparecen imágenes de los sitios en que fueron pintadas las obras, de los personajes en fotos de época y en algunos casos, las propias obras se dinamizan… el tren avanza, el humo fluye o el color y detalles se van incorporando hasta llegar a la pintura definitiva.

"Imagine Van Gogh" en Buenos Aires.

Como show, visto por primera vez, difícilmente decepcione a nadie. La obra de van Gogh se presta especialmente a este tipo de despliegue dónde el color y la pincelada de grueso empaste (que en el close-up se manifiesta claramente) agregan para la conmoción y el asombro. El conocimiento de las obras famosas del artista (los girasoles, los lirios, su cuarto, la catedral de Arlés) reconocidas ahora en detalles o dimensiones monumentales provocan un motivo de adhesión adicional.

Además la historia del propio artista tiene todos los ingredientes para entronarlo entre los grandes mitos de la historia reciente. La leyenda de van Gogh, que se suicida (o es asesinado) pobre a temprana edad es alimentada en forma continua de mil maneras. Por caso The Art Newspaper (un medio indiscutiblemente top) mantiene en forma continua “Adventures with Van Gogh" en donde vuelca continuamente novedades. No por casualidad otro proyecto del mismo formato está en marcha sobre Frida Kahlo.

“Lirios” 1889

Pero, ¿es Van Gogh el que atrapa en este tipo de muestras? De seguro, no es el arte del genial holandés. No al menos el arte cómo él lo concibió y ejecutó. Seguramente también, este tipo de shows perderán efecto con el correr del tiempo. Sucedió con los “son et lumières”, con el cinemascope, con las proyecciones 360º o incluso antes con las reproducciones en estampas coloradas primero a mano y luego en formas cada vez más sofisticadas.

"Imagine Van Gogh" en Buenos Aires.

Puede también intuirse que muchos de los espectadores que salen maravillados de la muestra inmersiva, hubieran quedado indiferentes ante un óleo original y quedarán decepcionados cuando, eventualmente, lo vean en el futuro. Seguramente serán los menos. Para la mayoría, en cambio, este será un paso para ambicionar el descubrimiento del verdadero arte de van Gogh, que está en sus telas. En este sentido creo que se trata de una experiencia valiosa que se ha de disfrutar, recomendable para todos, especialmente para los niños.

*Carlos María Pinasco es consultor de arte.

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