Conmovedor testimonio

La lucha contra las drogas desde la trinchera del Hogar de Cristo

Muchos son los que lidian contra el flagelo de las drogas, pero en las villas y barrios populares se establecieron puntos de combate directo con la organización del Hogar de Cristo.

Gonzalo Barrera domingo, 26 de junio de 2022 · 19:20 hs
La lucha contra las drogas desde la trinchera del Hogar de Cristo
Hombres y mujeres luchan cada día para conseguir un cambio en su vida y abandonar el consumo de drogas Foto: Instagram/Hogar Centro Barrial

La lucha contra las drogas es una guerra sin cuartel que requiere de acciones concretas, tanto desde la política como de las personas que formamos parte de la sociedad.

En este segundo aspecto, la Iglesia Católica creó un espacio que enfrenta las adicciones en distintas villas y barrios populares mediante el contacto directo con las personas que sufren de esta enfermedad.

El seminarista Francisco Muzlera, que da sus primeros pasos en la preparación para el sacerdocio, sirvió en el Hogar de Cristo del Barrio Carlos Mugica y contó a MDZ cómo fue su experiencia. "Mi tarea consistía en compartir la tarde con personas que están en recuperación o buscando salir del consumo de drogas", explicó.

Hogar de Cristo
El Hogar de Cristo tiene presencia en gran cantidad de barrios y villas del país, buscando dar pelea a las drogas desde la cercanía y el acompañamiento al adicto.

Mas allá de la lucha contra el narcotráfico que ejerce el Estado, desde la Iglesia Católica se ofrece un espacio de acompañamiento a las personas que sufren de esta enfermedad que tantos problemas ocasiona en la vida de las personas.

"La tarde empezaba con un rato de deporte en la canchita de la parroquia Cristo Obrero. Era en ese tiempo que se aprovechaba para compartir desde el juego y con los que, por distintos motivos, no podían hacer deporte", cuenta Francisco, que trabajó en el Hogar de Cristo durante 2021.

Además del juego para iniciar, luego continuaban con un taller que consiste en la charla y el encuentro para comentar las luchas que combatieron en la semana contra sus adicciones.

Curas villeros
Los curas villeros encaran una lucha esencial en la formación de estos espacios.

"El grupo está mediado por una psicóloga, pero al mismo tiempo se fortalece en el espíritu del mismo para acompañarse unos a otros", explica Muzlera. "Para los fines de semana, momento de mayores recaídas, se proponían entre los mismos integrantes la oportunidad de 'planes sanos' que los alejaran de la vulnerabilidad ante el consumo", agrega.

Cada encuentro del Hogar de Cristo, hace mucho énfasis en la conformación de una gran familia entre los que buscan recuperarse de las adicciones. "Siempre cerrábamos con un momento de oración, pidiendo a Dios la fuerza para encarar la lucha".

El acompañamiento como parte de la lucha

Con el punto de vista de la experiencia de acompañar a quienes enfrentan el consumo de drogas, Francisco explica que él entiende las adicciones como una pandemia que vivimos como sociedad. "Es una enfermedad que no solo mata a los que caen en el consumo, sino que arrastra a todo el entorno del adicto", aseguró.

"Cuando una persona está en situación de consumo, se aliena totalmente, hasta de sí mismo, y pueden emprender acciones que en su sano juicio no lo harían, pero sí con el objetivo de volver a consumir", comenta Francisco sobre los que luchan día a día contra un flagelo que parece interminable.

Hogar de Cristo
Las actividades recreativas y la búsqueda de ambientes "sanos" es una de las estrategias para enfrentar el consumo de drogas.

También explica que los momentos de abstinencia son los más difíciles para los adictos, tanto así que se manifiesta en aspectos físicos. "Me gustaría resaltar que la droga destruye tanto el aspecto humano como espiritual de la persona", agregó Muzlera.

Los que llegan al Hogar de Cristo muchas veces lo hacen desde la experiencia de "tocar fondo", un contacto con la humanidad que aún conserva el adicto y lo llama a abandonar el consuma de drogas para volver a ser.

"Esto lo interpreto más como un reconectarse con su humanidad o el de un ser querido, que suele ser el encuentro con sus padres o hijos", explica Francisco sobre los que llegan a buscar nuevas oportunidades en la recuperación de sus adicciones.

"La drogadicción es una enfermedad para la que no hay vacuna, sino que es una lucha del día a día junto a otras personas que ayudan a salir adelante. Desde mi cosmovisión es parte de una reconciliación con Dios, un ser superior, que permite dar un paso para la reinserción en la sociedad y una vuelta a ser uno mismo", concluyó Francisco Muzlera.

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