Desesperado pedido para colaborar con un comedor comunitario que perdió todo a causa de un incendio

Hace tres años, el comedor comunitario y merendero Niños Felices comenzó a funcionar gracias al esfuerzo y la sensibilidad de al menos 14 voluntarios que vieron la necesidad de dar una respuesta inmediata, nada menos, que al hambre que estaban pasando  las familias del asentamiento denominado La Lonja, ubicado en las orillas de uno de los brazos del dique Maure (Godoy Cruz). Con los recursos que tenían, algunos ladrillos y palos lograron levantar los muros del lugar que poco a poco se transformó en el sitio donde cada vez más personas acudían a buscar comida con su taper en mano, leche o un té caliente para esperar a sus hijos con el almuerzo en la mesa antes de ingresar a la escuela o al salir de ella.

Lo cierto que con el paso del tiempo y la profundización de la pobreza, la demanda creció y hasta ayer, el comedor brindaba asistencia alimentaria a más de 200 familias. Hasta ayer, porque pasadas las 21, un incendio que comenzó en el techo del comedor calcinó todo lo que había en pie. La heladera, la cocina que con esfuerzo se habían logrado conseguir se perdieron entre las llamas. Lo mismo sucedió con las ollas, los utensilios descartables e inclusive, la mercadería que las fundadoras del comedor pensaban utilizar en estos días para preparar las viandas. Las donaciones habían sido conseguidas a través del Banco de Alimentos y por eso la idea era justamente, ampliar el servicio para que el comedor ya no solo estuviese abierto los martes y jueves, sino tres días a la semana. 

Hoy, ese sueño quedó por ahora suspendido, hasta tanto el lugar vuelva a ser construido. "Cuando las llamas comenzaron fuimos muy rápido, los vecinos vieron todo; había mucha desesperación porque en minutos todo quedó carbonizado. Se perdió el 100% de lo que habíamos logrado recaudar", explica Hugo Carrizo, papá de las jóvenes que impulsaron la idea del merendero justo cuando la necesidad clamaba por acciones urgentes en la comunidad. Hugo toma la palabra por sus hijas mientras ellas realizan los trámites en el área de Desarrollo Social de la Municipalidad de Godoy Cruz para ver la posibilidad de conseguir apoyo para la reconstrucción del comedor. Ocurrió que cuando los Bomberos Voluntarios llegaron al lugar, las llamas ya lo habían consumido todo.

"La gente acá está muy dolida por todo esto; ellos querían apagar el incendio pero no pudieron. Hasta la cocina industrial se perdió, no hay manera de recuperar nada", comenta con pesar el hombre. De acuerdo a los testimonios de los vecinos, las llamas habías comenzado después de las 21.15 de anoche y se produjo como consecuencia de un problema eléctrico. "Los chispazos comenzaron en el techo y en segundos tomaron todo", relata Hugo. 

Solución urgente para el hambre y el frío extremo

Hugo siente dolor. Cuenta que desde que el comedor comenzó a funcionar, las historias de pobreza extrema comenzaron a ser cada vez más y con situaciones cada vez más complejas. Explica por ejemplo, que las familias de puestos ubicados en lo más alto de la cerrillada, al oeste de Godoy Cruz, contaban con la vianda que sus hijas preparaban a las 12.30 en el comedor. Asegura que no solo los niños dependían de esas raciones, sino los adultos y adultos mayores.

"La gente viene desde lejos, caminando. Llegan desabrigados, con mucho hambre y pasan demasiadas necesidades. Los niños están pasando mucho frío; a veces vienen  en ojotas o en remera con este frío porque no tienen ni siquiera un abrigo. Es muy doloroso ahora no poder darles una respuesta a sus necesidades- Ahora, ¿qué les vamos a decir?", lamenta Hugo, que ha decidido hacer público el hecho para sumar voluntades y empezar de cero. Justamente, en el comedor también funcionaba un ropero comunitario que daba solución inmediata a la necesidad de abrigo. 

A las prendas provenientes de las donaciones que servían las voluntarias las lavaban y las dejaban en condiciones para entregarlas, en tanto que las que no servían para donar, ellas utilizaban las telas para fabricar material para tejer colchas de abrigo que luego donaban. Hoy, todas esas acciones para brindar ayuda desde lo concreto, han quedado truncas. Al menos hasta que se unan más esfuerzos y el comedor vuelva a funcionar. Este llamado a la solidaridad puede ser un nuevo paso.

En ese sentido, todas aquellas personas, áreas y organizaciones dispuestas a colaborar con el comedor y merendero Niños Felices de Godoy Cruz, deben comunicarse al 2615365831 (Hugo o Vanesa).