Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas

Fue derribado por un misil británico, se salvó de milagro y al volver estuvo preso "por haber perdido la guerra"

En el Cenotafio a los Caídos en Malvinas, MDZ entrevistó a Pedro Obregon, ex combatiente, teniente coronel y piloto de helicópteros durante la Guerra de Malvinas.

Nicolás Hornos
Nicolás Hornos sábado, 2 de abril de 2022 · 17:56 hs
Fue derribado por un misil británico, se salvó de milagro y al volver estuvo preso "por haber perdido la guerra"
Helicóptero AE410

Un 2 de abril de 1982 las tropas argentinas desembarcaron en las Islas Malvinas y comenzaba el conflicto armado contra Inglaterra, país que ocupó las islas en 1833. La guerra de Malvinas terminó el 14 de junio de 1982 dejando un saldo de 649 soldados argentinos, 255 británicos y 3 isleños muertos.

Para conmemorar este Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, MDZ se reunió en el Cenotafio a los Caídos en Malvinas, ubicado en Pilar, provincia de Buenos Aires, con Pedro Obregon, veterano de la Guerra de Malvinas que recordó aquella época a 40 años del conflicto.

Pedro Ángel Obregon es teniente coronel y en el año 1982, con el grado de capitán, participó en el conflicto con Inglaterra. Entonces, tenía 30 años. Fue oficial de logística del batallón de aviación de combate 601, la cual era su unidad. También volaba en la compañía de helicópteros de asalto A, piloteando helicópteros Chinook y helicópteros Puma.

-¿Cómo te enteraste de que tenías que viajar a Malvinas?

-Más o menos el día 25 de marzo aparecieron en mi casa Guschiasso y Fiorito y me pidieron si podía realizar un vuelo a Calafate. Me dijeron que ya tenía todo el helicóptero listo, el copiloto había hecho plan vuelo, etc. y que debíamos pasar por Bahía Blanca. Cuando llegamos a Bahía Blanca, en la orden de vuelo decía ‘verlo al comandante del quinto cuerpo’. Lo fui a ver y el General García me dijo: ‘Lo felicito porque usted va a ser el primero en aterrizar en las Islas Malvinas’. En ese momento me enteré de la noticia y partí hacia las Islas Malvinas. Debe haber sido 26 de marzo, más o menos. Luego, el 31 se rompió el helicóptero a causa de una tormenta y el 2 de abril desembarqué en las islas con un helicóptero de la armada. El General Daer que estaba ahí me mandó a Buenos Aires en un avión de la fuerza aérea para tratar de rescatar los restos que habían quedado en en hangar de ese helicóptero Puma. A la semana de estar en Buenos Aires, me ordenaron cruzar con un Chinook, entonces nos fuimos a Río Gallegos y ahí esperamos a un segundo Chinook y a un Puma. El 18 de abril cruzamos a las Islas Malvinas. O sea que fui en dos oportunidades.

Pedro Obregon en las Islas Malvinas

-¿Cómo recuerda esa época?

-Pese a que nosotros veníamos haciendo todo tipo de vuelos, no me sorprendió hacer un vuelo a Calafate. Lo que sí me sorprendió fue el vuelo que terminó en las Islas Malvinas. Pero fue un lindo recuerdo. Después se puso más bravo. A partir del primero de mayo fue cuando empezó realmente la guerra y los vuelos se pusieron mucho más restringidos.

-¿Cómo cambió su vida antes y después de la guerra de Malvinas?

-Más o menos siguió siendo igual. Lo único, por ejemplo, es que en el batallón de aviación donde yo estaba destinado toda la plataforma estaba llena de aviones y helicópteros. O sea que cuando volvimos nos enteramos que nos faltaba la mitad del batallón. Entonces los vuelos eran menos. Pero el periodo de los primeros 10 años de la desmalvinización fue lo que más duro se sintió. En esa época éramos "los que perdieron la guerra". Para darte una idea, cuando volví de las islas Malvinas, el 20 de junio, estaba ya en Río Gallegos y un compañero mío me dio una ficha de teléfono, llamé a mi mujer y le dije "Mirá, a las 9 de la noche voy a estar en Palomar". Cuando aterrizamos en Palomar yo pensaba que me iba a ir a mi casa y apareció un capitán y le dice a mi jefe que estaba ahí con nosotros que nos tenían que llevar detenidos a las escuela de suboficiales. Estuvimos tres días presos por haber perdido la guerra. Fue bravo, éramos los perdedores.

ex combatientes dentro del helicóptero Chinook

-¿Alguna anécdota que quiera compartir?

-Yo era piloto de dos tipos de helicópteros. Casi al final del conflicto, el 30 de mayo pasé a volar el Puma de un piloto que se había salvado de ser derribado. En un vuelo con ese Puma tenía que llevar a un grupo de comandos de la gendarmería a Monte Kent. Una vez que se preparó todo el vuelo, se hizo la carga, despegué a eso de las 9 de la mañana y en la zona del Monte Kent cuando ya estaba próximo al aterrizaje me tiraron con un misil Stinger que pegó en el motor. No alcanzó a explotar pero sí me dañó el motor y eso hizo que el helicóptero pierda potencia. Pegó en el piso, se dio vuelta y se prendió fuego. Fue un hecho muy traumático el golpe que tuvimos: hubo 6 muertos y 6 que nos salvamos. Al principio yo no sabía realmente qué me había pasado porque fue algo muy rápido pero años después los británicos confirmaron que ellos habían derribado el Puma con ese misil Stinger y ya antes el sargento primero guerrero que iba en la puerta derecha me había dicho que había visto el misil pero me parecía muy rara la situación. Al final se confirmó que era un misil Stinger de los británicos.

-¿Regresó a las Islas Malvinas?

-Sí, hace 3 años. Estuve en los mismos lugares que había estado y fui al lugar donde estaban los restos del helicóptero que habían derribado. Volví caminando desde ese lugar hasta Puerto Argentino, como lo había hecho en el 82' porque una vez que nos derribaron tuvimos que volver caminando. Recordé los 8 kilómetros caminando ahí en la turba, que se pone pesado hasta Puerto Argentino. Ahí sí tuve muchos sentimientos encontrados.

El Chinook y el A109 volando en formación.
Foto: @historia_militar_argentina

-¿Cómo conmemora el 2 de abril?

-Nos vamos a San Andrés de Giles con unos amigos donde hay un acto el primero hasta las 12 de la noche, se canta el himno, se prende una antorcha por cada uno de los muertos. Es un acto muy emotivo. Conmemoramos ahí el primero y después el 2 hay otros eventos también que participamos.

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