La misteriosa Sábana Santa que cautiva a cristianos y científicos protagoniza una exhibición en Buenos Aires
Una muestra sobre la Sábana Santa en la Catedral de Buenos Aires invita a reflexionar acerca de la crucifixión y muerte de Jesús. Además, menciona los datos científicos extraídos de las múltiples investigaciones. Cómo es la exposición itinerante que fascina y conmueve.
La muestra "¿Quién es el Hombre de la Sábana? Una búsqueda de rastros" es una iniciativa de la Soberana Orden de Malta, a partir de la Sábana Santa de Turín. “Es de lino, de 4,41 m por 1,13 m, y está tejida en un diseño llamado de ‘espiga’ o ‘espina de pez’”, cuenta sobre la Sábana Santa Mercedes Studer, asistente del Embajador de la Orden de Malta en Argentina, Georg Khevenhueller. Dice, además, que “tiene unos agujeros, provocados por las quemaduras de un incendio en 1532. Eso también nos permite saber cómo estuvo doblada la tela, de la misma manera durante siglos y con extremo cuidado”.
En la Sábana Santa se puede ver la figura de “un hombre acostado, con las manos cruzadas sobre el vientre. Se ve la parte frontal y la de la espalda, ya que se lo cubrió con la otra mitad hasta los pies, de manera tal que frente y dorso están unidos por la cabeza”, explica Mercedes y agrega que es “muy pálida, transparente, de colores ocre”.
Documentada en 1389 y vendida a la Casa de Saboya, actualmente se encuentra en la catedral de Turín, en una “capilla construida especialmente, dentro de una cámara con condiciones especiales de frío y humedad para que no se deteriore”, cuenta Mercedes sobre la Sábana Santa, que solo es exhibida en ocasiones especiales. La que se puede observar hasta el 2 de mayo en la Catedral Metropolitana es una réplica, como explica Studer: “Es una fotografía impresa en una tela, copia fiel del original, con las mismas dimensiones”.
Esta imagen ha sido objeto de cientos de investigaciones, en las que han participado científicos y teólogos de todo el mundo, y aún no hay una opinión unificada. “No hay registro cierto histórico. Muchos autores dicen que está relacionada con Edessa, que, según distintos escritos, es una pintura sobre una tela que no estaba hecha por la mano del hombre, del siglo IV”, según Mercedes.
A lo largo de las investigaciones se han reconocido rastros de ADN y de sangre humana, de tipo AB, de la persona que estuvo en la Sábana Santa. Además, “todo lo científicamente demostrado coincide con las descripciones de los Evangelios: las distintas heridas y el Vía Crucis” afirma Studer y agrega: “En esa época, un crucificado era un delincuente y por eso lo dejaban colgado hasta que se lo comieran los gusanos. A este lo bajaron, lo ungieron con aceite (como el encontrado en la tela) y lo envolvieron en la tela que era carísima. Nadie envuelve en un sudario así a un delincuente”.
Esta exposición itinerante que comenzó hace unos años en Alemania surgió a partir de una peregrinación que hizo a Jerusalén un grupo de directivos de la Soberana Orden de Malta. Allí había una muestra de la Sábana Santa y quienes la visitaron “terminaron en la contemplación del corpus, la escultura que hizo un italiano, Luigi Mattei, en base a las medidas exactas del hombre que estuvo en la sábana, con todos los rastros que hay en la tela. Se quedaron rezando ahí y eso los conmovió”. Planearon, entonces, esta exposición itinerante durante muchos años, diseñando paneles y vitrinas, decidiendo qué mostrar y qué parte de las investigaciones científicas mencionar.
“La idea es que recorra el país, en donde quieran recibirla”, dice Mercedes y explica que “la entrada es libre y gratuita porque queremos que la mayor cantidad de gente la visite y conozca el mensaje de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Es una especie de catequesis moderna y práctica que para niños, adolescentes y jóvenes es como una clase de religión”. En este sentido, la muestra cuenta con paneles explicativos con datos científicos y religiosos (como las descripciones de los Evangelios). Además, se pueden ver objetos relacionados a la crucifixión, como clavos, monedas para usar los ojos de los difuntos, una punta de lanza como la que atravesó el costado de Jesús, sogas que ataban a la persona a la cruz y la corona de espina, más grande y “distinta de la que conocemos, por lo cual las heridas del hombre de la Sábana Santa están en toda la cabeza”, afirma Mercedes.
La muestra tiene 16 códigos QR, a través de los cuales se puede escuchar información extra de la que está escrita en los paneles, donde se explica todo lo que sufrió quien estuvo en esa sábana. “Hay gente que pasa rápido, otra se detiene a leer cada panel. Mucha gente se emociona frente al Cristo. Hay personas que se ponen de rodillas frente al cuerpo”, dice Mercedes acerca de lo que causa la exposición en quienes la visitan.
Lo más valioso para Studer es que “no es una muestra solo para católicos. Para los no creyentes también está la parte científica, que es muy interesante. Es uno de los objetos más estudiados de la historia y hasta hoy, no se pusieron de acuerdo en cómo se grabó la imagen en la tela”. La exposición termina con una palabra escrita: asombro. En esta misma línea, Mercedes sentencia: “Podés creer que fue Jesús o no, pero los rastros y las huellas están”.
Se puede visitar la muestra en la Catedral Metropolitana (av. Rivadavia y San Martín), hasta el 2 de mayo, de 8 a 19 horas (horario en que el templo está abierto).