Iglesia inclusiva

El movimiento católico que apuesta por la inclusión de las personas LGBT+

Un grupo de jóvenes católicos y LGBT+ busca abrir puertas hacia personas que históricamente se sintieron repelidas por la Iglesia.

Gonzalo Barrera sábado, 5 de noviembre de 2022 · 09:02 hs
El movimiento católico que apuesta por la inclusión de las personas LGBT+
El grupo Centu, que acoge a jóvenes LGBT+ en la Iglesia Católica

La Iglesia Católica tiene varias aristas que merecen ser mostradas y analizadas en profundidad para poder entenderlas. Las mismas se refieren a la universalidad de la institución y los distintos carismas que posee para albergar a las distintas personas, sin confrontar entre ellas ni alterar los dogmas que la rigen. Allí podemos encontrar movimientos tradicionalistas, otros más liberales, misioneros, dedicado a las artes, al deporte y tantos como uno pueda imaginarse.

Dentro de estos distintos carismas y grupos que existen en la Iglesia, aparece uno en particular que podría sorprender a muchos pero que sigue la línea y la convicción de cobijar a personas que sientan cierto apartamiento social. "Centu es una comunidad espiritual formada por personas de diversidad sexual, que busca encontrarse y acompañarse en un camino de autodescubrimiento, especialmente entre quienes sienten tensión entre estas dos dimensiones", comenzó explicando Santi Mugica, integrante del grupo El Centurión, en diálogo con MDZ. En esa línea, señala que el grupo "cree que el encuentro en las diferencias es signo para toda la sociedad, y es por eso que invita activamente a la Iglesia Católica y al Colectivo LGBTQ+ a tender puentes tanto de manera personal como institucional".

Ya desde un carácter más personal, contó que reciben a "muchos jóvenes católicos que no se han sentido bienvenidos en la Iglesia, que han sido heridos no solo por cuestiones dogmáticas sino también de trato humano". Además agregó que lo interesante de Centu "es que los miembros de la Iglesia que se suman a nuestros espacios pueden mostrar otra cara mucho más humana, empática, y eso resulta muy sanador".

Santi Mugica y otros integrantes del grupo en una actividad del Gobierno de la Ciudad.

"En la compartida comunitaria hay expectativas alrededor de un cambio de paradigma en la Iglesia, pero sabemos que eso no depende solamente de la institución sino de la Iglesia como pueblo, y es por eso que creemos que nuestro signo puede ser inspirador y transformador desde las bases", señaló Mugica.

Sobre su experiencia, señala que siempre fue una persona de fe, desde chico: "mis padres son católicos, aunque no siempre han sido practicantes. Lo que más me ha marcado vocacionalmente desde mi fe es la imagen de mi tío abuelo, el Padre Mugica. En su testimonio aprendí lo que es vivir el evangelio radicalmente, saliendo de la zona de confort y pudiendo ponerse al servicio de los demás". También agregó lo que fue su vida con respecto a su fe y su sexualidad: "durante mi adolescencia sufrí muchísimo, pero creo que haber vivido ese dolor es lo que me permite hoy empatizar con tantos otros que atraviesan lo mismo".

El formar parte de un movimiento de este tipo, lo mantiene atento también a la existencia de otras organizaciones y movimientos LGBT+ que no solo no comulgan con Centu y su afiliación a la Iglesia Católica, sino que entiende que no representan la lucha que deberían encarnar. "Soy consciente de que hay organizaciones que usan la imagen del colectivo LGBT+ para llevar adelante cuestiones políticas que no tienen que ver con nosotros, y me resulta tremendamente injusto", explicó Santi y agregó que también entiende que "dentro de la militancia LGBT+ hay muchas personas de buena voluntad que realmente tienen una entrega genuina y que tienen un prejuicio entendible con la Iglesia y eso lo terminamos pagando los jóvenes católicos".

Igualmente apela a una convicción clara de acercamiento entre posiciones tan distantes: "yo creo que gradualmente esto se destraba cuando hay encuentro y diálogo, y sobre todo más respeto por la fe del otro". Además entiende que es importante llevar un mensaje distinto a los que se sintieron desplazados por la Iglesia, aconsejando que den una segunda oportunidad y "deje de proyectar a la Iglesia como una institución estática o un conjunto de normas. La Iglesia somos personas de fe en busca del bien común, que estamos en camino, solo necesitamos empatía y paciencia".

Además, lejos del rencor o la confrontación violenta, entiende el tradicionalismo de la Iglesia y a esas personas elige pedirles que sepan empatizar porque "detrás de formas o consignas políticas agresivas también hay personas heridas, que fueron discriminadas muchas veces hasta por sus familias y amigos". Luego, concluyó diciendo que "se puede encontrar el diálogo con respeto, y que sin necesariamente cambiar de posturas ambas partes pueden salir transformadas de ese intercambio".

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