Reclamo histórico

Perdió la política: médicos levantaron el paro y vuelven a trabajar

Fernán Quirós dio por terminado el conflicto más duro de la historia moderna en la Ciudad. Los residentes festejaron y lograron 200.000 pesos en mano para los iniciales. Vuelven a trabajar y los concurrentes aguardan la conformación de una mesa técnica para mejorar su situación.

Pedro Paulin
Pedro Paulin miércoles, 16 de noviembre de 2022 · 11:36 hs
Perdió la política: médicos levantaron el paro y vuelven a trabajar

19 días de paros indeterminados, un hecho histórico que marcó para siempre la historia de la política con los médicos. Siguen focos de conflicto en muchos lugares del país, pero la Ciudad tiene ahora una situación pacífica y los residentes y concurrentes volvieron a trabajar.

Nunca pensó Fernán Quirós, el ministro de Salud porteño y uno de los hombres con mejor imagen del país, que una discusión salarial podía afectar tanto a Horacio Rodríguez Larreta y a su propia figura, siendo él uno de los que aspiran a sucederlo en jefatura de Gobierno. Nunca evaluó la política que la sociedad iba a apoyar tanto a los trabajadores de la salud, que las marchas iban a ser tan masivas, que un médico iba a terminar abrazado a Eduardo Belliboni, líder del Polo Obrero, la soga nunca se tensó tanto como ahora; y a pesar de los focus, se cortó.

200.000 pesos en mano por mes va a cobrar un médico recibido, es el equivalente a ser apenas clase media en CABA, donde la cifra a partir de octubre es de 198.210 pesos. Son médicos recibidos que en el primer año de residencia cobraban 121.459 pesos y que los jefes no llegaban a 200.000. Así entonces, las primeras dos semanas el apoyo entre los médicos de planta y los jóvenes residentes fue total, a pesar de los problemas que empezaron a generarse en las guardias, donde no había personal para atender y los médicos de planta quedaban obligados a hacer tareas extras para cubrir los enormes baches que quedaban por la falta de residentes. 

El gobierno Porteño tuvo una posición más rígida al comienzo producto de una situación sabida: los porteños entre prepagas y obras sociales, tienen cobertura y usan poco los hospitales públicos, menos del 30% de las consultas son de porteños y el 45% de las internaciones son domicilios bonaerenses. Esto explica parte del endurecimiento que tuvo inicialmente el gobierno Porteño, aumentar gastos cuando los beneficiarios no son porteños implica más recursos y ningún beneficio en términos políticos. 

A medida que aumentaron los días, Rodríguez Larreta pidió en privado que el tema se resuelva rápido, que las esquirlas no se acerquen a su figura, dado que han habido días más alegres en la vida política del jefe de Gobierno porteño que aspira a ser presidente en nueve meses y que es uno de los tres mejores dirigentes posicionados para las elecciones. No se puede ser presidente con un conflicto abierto, y menos que menos ser jefe de Gobierno siendo el ministro de Salud que sostiene abierto el problema durante diez semanas.

Eso lo tuvo en claro los últimos días Fernán Quirós, mientras negociaba con el enemigo íntimo que tiene el PRO hoy, que es el sindicato alineado con Emiliano Yacobitti, hombre todo terreno de Martín Lousteau. No son buenos días para Yacobitti, que sabe que puede llegar una denuncia por haber golpeado al radical Marcelo "Tano" Gentile, en un acto político tras las críticas que recibió. En diez segundos Gentile apoyó su hijo y recibió golpes de Yacobitti, que tiene la mano prohibida por su actividad en artes marciales. La visceralidad y la violencia, rasgos anómalos de una nueva política.

Lección para todos, empezando por el sindicalismo que tuvo que reabrir paritarias que habían cerrado por debajo de la inflación y soportar estoicos los avances de médicos logrando mejoras que ellos en treinta años no lograron. Quizás sea el momento de que la política entienda que las estructuras antiguas del sindicalismo tienden a languidecer y que los trabajadores no se sienten representados. Síntomas de una época que terminó.

La quinta semana fue sustancial, pasó el mínimo a 160.000 pesos, pero no se había logrado lo que finalmente se anunció ayer, la formación de una mesa técnica para analizar la realidad de los concurrentes, aquellos médicos que no cobran porque eligen formarse a pesar de haber quedado afuera del examen de residentes por puntaje. En esto Quirós tiene las de ganar, los que se anotaron lo hicieron sabiendo que no cobran sueldo, pero ahora sí lo piden.

No está en sus planes entregar esa bandera y la razón lo asiste. Los 200.000 llegaron después de arduas negociaciones, donde Quirós ya había tomado la decisión de descomprimir y avanzar: "Acá nadie se caga en nadie, no se resuelve con más cortes este conflicto", le dijo a un colaborador estrecho ayer, antes de dar por terminado el asunto migrañoso para la política oficial porteña. 

 

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