Opinión

El gobierno nacional y un paralelismo con una búsqueda laboral

Estimado lector, imagínese que lo llaman para una entrevista laboral. Hace varios meses que está sin trabajo y realmente necesita el dinero.

Luis Molouny sábado, 18 de septiembre de 2021 · 17:24 hs
El gobierno nacional y un paralelismo con una búsqueda laboral

Antes de la entrevista googlea a la empresa. Aparece un video de Alberto, el gerente general, en un café, pateando a una persona que está tirada en el piso. En otra nota, lee que los gerentes se aumentaron el sueldo mientras habían suspendido a la mitad de los trabajadores, y también una denuncia por ruidos molestos a altas horas de la noche (¿Fiestas clandestinas en la oficina?).

Poco tentador, ¿no? De todas maneras, acepta ir a la entrevista ya que desde que empezó la pandemia está sin trabajo y casi no les quedan más ahorros.

Lo recibe Claudia, del área de Personal, que le explica muy amablemente que el trabajo es en el área contable, cargando las facturas. Cuando consulta quién será su jefe, y le contestan que si bien formalmente será Pedro, el jefe de contabilidad, en realidad deberá informar todo a Cristina, la gerente de ventas. Con toda naturalidad, le explica que, entre los tres principales gerentes, Sergio, Alberto y Cristina, se dividieron las posiciones de la compañía, aunque la última semana Cristina es la que define la mayoría de las nuevas incorporaciones porque es la dueña de las "ventas".

Desconcertado, pregunta sobre los próximos pasos. Claudia, le cuenta que le debe pasar el informe de la entrevista a Norberto, para que haga el examen preocupacional y una vez que salga ok lo llamarían. Aún confundido pero esperanzado por conseguir trabajo, le pregunta: “¿Entonces, ya estaría definido?” “En realidad no”, le contesta Claudia, sin perder la sonrisa. “Yo dependo de Sergio, el gerente de finanzas, pero Norberto de Alberto, el gerente general, aunque el OK final lo da Cristina, la gerente de ventas”. “¿Entonces? - Entonces lo llamamos cuando se pongan de acuerdo.”

Esta semana los argentinos atravesamos la crisis institucional más grave de los veinte últimos años, producida por luchas facciosas dentro de la coalición gobernante luego del fracaso en las PASO del último domingo.

Según los audios de la diputada Fernanda Vallejos, y la carta pública de la vicepresidenta Cristina Kirchner, los principales cuestionamientos eran “los funcionarios que no funcionan” y el “rumbo económico” además de develar la completa falta de liderazgo y legitimidad del presidente, al menos para los representantes de su propia coalición.

El Presidente se allano al mandato de la vicepresidenta. Cambiaron algunos nombres, pero nada cambió.

No hay conducción. El presidente no es capaz de decidir ni siquiera quiénes serán sus colaboradores más estrechos ni defender “a los propios” de los embates de su propia coalición.

Tampoco cambio el diseño. El gobierno continúa paralizado, no sólo por los "funcionarios que no funcionan" sino también porque se repartieron cargos como si el gobierno fue un terreno a lotear y no un espacio para servir al resto de los argentinos.

El resultado es segundas y terceras líneas del gobierno que responden a referentes diferentes, que no se hablan entre ellos ni con sus jefes directos, y hace imposible avanzar en casi cualquier dirección. 

Consejo de amigo, querido lector: no acepte el trabajo; siga buscando que va a encontrar una mejor alternativa.

 

Luis Molouny es economista, exsubsecretario en el Ministerio de Transporte de la Nación y miembro de iPe21

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