Propuestas

De qué manera Argentina puede generar trabajo y volver a ser potencia

Con la premisa de que la mejor vacuna contra la pobreza es la cultura del trabajo, expertos alineados con el Movimiento por los valores de Argentina propusieron ideas que ayudarán a sacar al país adelante. Gonzalo Santamarina habló con MDZ del fundamento de las mismas.

Bautista Otamendi viernes, 27 de agosto de 2021 · 17:26 hs
De qué manera Argentina puede generar trabajo y volver a ser potencia
El fin del movimiento es generar un gran plan de capacitación laboral fundado en la demanda que tienen la producción y economía argentinas denominado “La cuarta revolución industrial”.

En el país, uno de los mayores problemas al que nos enfrentamos es la ausencia de trabajo. Las faltas de medidas económicas y políticas no proporcionan un clima favorable para las pymes y grandes empresas para contratar empleados y comenzar a ser el motor de la economía nacional. Cada vez más son los jóvenes que no tienen la posibilidad de acceder a su primer empleo por la falta de demanda que existe. Al mismo tiempo, el porcentaje de pobreza sigue en aumento, viendo reflejada a una sociedad a la deriva, que a medida que pase el tiempo dependerá aún más del estado. 

Para combatir estas políticas económicas y sociales, el Movimiento por los Valores de la Argentina plantea una propuesta llamada “La mejor vacuna contra la pobreza es la cultura del trabajo”. En este proyecto participó Gonzalo Santamarina, que fue Director Regional de Empleo en la Provincia de Buenos Aires, y ahora se presentará en la localidad de Tandil como candidato a concejal de un nuevo partido político vecinal llamado Acción Tandilense. En un diálogo con MDZ, menciona los puntos claves para que en la Argentina pueda salir de la pobreza con el aumento de trabajo y pueda prosperar a futuro.

El partido vecinal de Acción Tandilense, se presentará el las próximas elecciones de la localidad.

-¿Cómo definirías a la cultura del trabajo?
-La cultura del trabajo está asociada al valor del esfuerzo, el sacrificio, el mérito, de la movilidad social ascendente, de todo aquello que hace que una persona con sus capacidades y compromiso y esfuerzo pueda salir adelante y promoverse en la sociedad. Eso en definitiva es la cultura del trabajo, cuyo resultado es la dignidad de la persona y quien trabaja tiene dignidad, y por eso es tan importante porque en definitiva es un ordenador social. Junto a la familia y escuela son los tres grandes ordenadores sociales. Por eso es tan importante en estos tiempos donde comienza a reinar la cultura del asistencialismo, que volvamos a las bases de la cultura del trabajo, el asistencialismo genera dependencia, esclavitud y no promoción a la  persona.

-¿Qué se perdió en los últimos años?
-Gracias a Dios, todavía Argentina sostiene una base de la cultura del trabajo que compite mucho hoy contra una cultura del asistencialismo. Esto en vez de enseñar a pescar, da el pescado y le va quitando a la gente la capacidad de valorar el dinero que gana y de ser parte de esta cultura del trabajo. También esto tiene un desafío, que es traer una verdadera dignidad a la gente,  porque en esta dinámica donde los planes van creciendo y la gente encuentra en los planes la “solución”. A veces la cultura del trabajo tampoco otorga lo que supo dar, que es la dignidad. Esto se debe a los empleos precarios, jornadas laborales extensas y salarios bajos que actualmente son poco atractivos. El tema es ver cómo generamos que la dinámica del empleo realmente saque a uno de la pobreza, y de las condiciones para una vida digna, como sucedió en una Argentina del pasado.

-¿Cuáles que son las formas de generar trabajo después de la crisis que causó la pandemia?
-Hay una cuestión estructural en la Argentina, que es el gran fracaso económico, y la dirigencia que parece no valorar al trabajo como el verdadero como ordenador y movilizador social. Me parece que lo que hay que hacer es un cambio en las reglas de juego para las pymes, que son una de las grandes empleadoras de la Argentina. Ellas son el segmento más dinámico de la economía que pueden generar una respuesta de empleo muy veloz. Cada vez que yo hablo con un empresario tienen en mente la intención de sumar a una o más personas. Hace unos días hablé con uno y me decía que si la situación es favorable, espera sumar a quince personas. Pero las reglas y los marcos regulatorios que existen de ninguna manera lo harán. Estamos con leyes anti despido pero se comportan como leyes anti empleo. En el fondo no cumplen con su función, porque yo veo que el desempleo crece, la doble indemnización no está evitando que la gente pierda el trabajo.

Qué medidas debe tomar el gobierno para mejorar la oferta de trabajo

"La política debe discutir de manera urgente un cambio de reglas de juego para estas pequeñas, medianas, y grandes empresas, basándose en estos ejes", dice Santamarina y detalla: "El primero es el desendeudamiento. Es urgente desendeudar a las pymes. No porque les queremos regalar algo, sino porque hace tres años que pagan créditos a tasas de más del 90% y después de tres años de pagar el crédito todavía adeudan el capital. Ellos tuvieron que endeudarse a tasas leoninas. La deuda pyme/fiscal, y financiera representa un porcentaje muy bajo del PBI, que es menos del 2%. Eso es altamente solucionable. Una vez que les saquemos esa mochila, les tenemos que pedir que incrementen su dotación del personal, pero que ese nuevo personal tenga beneficios fiscales en las cargas laborales". 

El segundo aspecto que señala es bajar el costo impositivo y ejemplifica con una anécdota personal. "Ayer hablaba con un emprendedor que apostó fuertemente, y se quejaba porque más del 70% de sus ganancias se las lleva el estado. 'La verdad que no tuve ganancias, mi emprendimiento hecho con mucho esfuerzo y con calidad en este contexto está muy mal y no se si tendré que cerrar', me decía". 

"Por último se debe ganar mucha previsibilidad, terminando con la industria del juicio. Es un gran negocio de los abogados donde pierde la Argentina en su conjunto, las empresas, y en definitiva el trabajador porque le quita dinamismo al mercado del trabajo.
Si estos cambios en las reglas de juego existieran, podemos afirmar que Argentina podría crear rápido alrededor de dos millones de empleos nuevos, y el país podría arrancar a forzarse de las manos de las pymes", explica. 

- ¿Qué instituciones deben estar alineadas para que se genere el empleo?
-Esto requiere una gran política de estado. Se trata de juntar al sector educativo, al sector productivo, al gremial, al científico y a la sociedad civil. Se deben sentar en una mesa y pensar qué necesitamos para que los argentinos den ese salto de calidad en el empleo. Que estén preparados, formados, y  ponerlos a trabajar en conjunto con una gran política pública que los tenga a estos sectores participando activamente y marcando el camino a seguir. Esto es una política de estado que urge tener, y que si lo logramos vamos a ponernos de pie nuevamente.

Los jóvenes no quieren irse del país...

La falta de empleabilidad en la Argentina, llena de deseo a la juventud de desarrollar su ámbito laboral en el exterior. Ellos no desean irse pero la realidad es que hay poco incentivo para que ellos puedan emprender, o conseguir su primer trabajo digno. En la gran mayoría de las encuestas, es una de las temáticas que más tienen en cuenta, y es la de asegurarse un futuro. Actualmente en el país, el desempleo joven es uno de los grandes desafíos que tienen los políticos, que se profundizó en este último tiempo de pandemia. Estos temas se ven reflejados en las agendas de las campañas políticas, quienes saben que el país debe superar este problema estructural, debido a que la pobreza actual abarca mayoritariamente a los niños, adolescentes y jóvenes, hipotecando al futuro argentino.

Actualmente seis de cada diez jóvenes trabajan en la informalidad.

- ¿Cuáles son las demandas para que los jóvenes puedan meterse en el ámbito laboral?
- Los jóvenes no ven un horizonte. No encuentran su lugar en esta sociedad, en esta economía argentina. Son muchos los que están estudiando para cosas, y que no van a tener trabajo en nuestro país por cómo están las cosas. Ellos piensan que la salida es Ezeiza, irse al exterior. No te hablo de la clase social acomodada, sino de todos los que puedan pensar, sin importar su procedencia social. Esto es preocupante, en la Argentina no se generan proyectos ni trabajo para su gente con estas reglas de juego. Con estos incentivos que existen, terminan siendo desincentivos al empleo en definitiva. Así que tenemos un deber y una responsabilidad inmensa de tomar decisiones serias y urgentes para que nuestros jóvenes no se vayan del país. Ellos no deben vivir una vida de esclavitud en el mundo de los planes, ellos pretenden realizar sus sueños en la Argentina con trabajo y por qué no, con el empleo que siempre soñaron. Ese es el desafío enorme que debe tener la dirigencia política, pero que lamentablemente, uno ve cómo discuten otras cuestiones y temas que realmente no son prioritarios, como sí lo es el tema del empleo. Porque cuando vos tenés trabajo empezás a ver la vida de otra manera. Tenés previsibilidad, ganás en salud, podés pensar en practicar un deporte, dormís bien, te llevás mejor con tu pareja, hijos, están más relajados podes soñar proyectos. Ahí podés vivir con dignidad. Eso es lo que está faltando y le tenemos que dar a todos los argentinos que no son sólo el futuro, sino el presente. 

 ¿Debe haber algún cambio en la educación con la llegada del mundo digital?
- Sin lugar a dudas tenemos que pensar que el mundo está cambiando a pasos agigantados y la pandemia aceleró todos los procesos. Nuestra escuela está muy retrasada con respecto a las nuevas demandas del mundo, y del mundo del trabajo. Tenemos otro desafío muy grande que es una formación laboral, una formación educativa que nos prepare para los empleos del futuro. Ahí hay que trabajar desde el sector inicial vinculado a la incorporación de tecnologías, para que los chicos terminen su ciclo primario y secundario manejando este mundo de la tecnología. Con el fin de insertarse de la mejor manera en este mundo del siglo XXI, el 4.0, el de la robótica y todo lo que se viene. Con el fin de hacer reemplazo de algunos empleos que van a ir desapareciendo y que estén preparados para los nuevos empleos que salgan.

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