Tragedia

Monóxido de carbono: un asesino serial

Tres jóvenes de Mar del Plata murieron por inhalación de monóxido de carbono.

José Luis Jacobo
José Luis Jacobo viernes, 13 de agosto de 2021 · 21:11 hs
Monóxido de carbono: un asesino serial

Tres jóvenes misioneras residentes en Mar del Plata murieron por inhalación de monóxido de carbono. Se suman tristemente a las más de 300 personas que, estadísticamente, pierden la vida por este tipo de accidentes anualmente. Increíblemente, existe desde 2007 la tecnología para impedirlo.

La utilización masiva en Argentina de sistemas de calefacción basados en gas natural es un beneficio, en términos de calidad de vida, del que no muchas naciones gozan. Sería ideal, si no fuera por el peligro que implica la falta de atención a los sistemas de ventilación, o el mantenimiento de los calefactores.

Tres jóvenes de 19, 23 y 26 años fueron halladas sin vida el 2 de agosto en el departamento del 4º piso del edificio ubicado en 25 Mayo 3133. Eran oriundas de Misiones, específicamente del pueblo de San Francisco de Asís. Su muerte conmocionó a dicha pequeña localidad yerbatera y, una vez más, eleva la alarma al respecto de este llamado “asesino silencioso”. Sin embargo, se trata sólo de una atención circunstancial: es un tema del que la sociedad en su conjunto se olvidará hasta la próxima o próximas muertes.

El investigador Miguel Ponce, doctor en ciencia de materiales y miembro del Instituto de Investigación de Ciencia de Materiales dependiente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata reveló que, desde 2012, está disponible un disyuntor de corte que evitaría este tipo de accidentes.

Miguel Ponce, investigador

Según señala Ponce: «Creamos un  sistema disyuntor que actúa ante la presencia de gases tóxicos y explosivos, no solamente monóxido de carbono, sino también ante metano, que es el que producen explosiones o incendios. Hay que tener en cuenta que existen dos tipos de accidentes: por intoxicación con monóxido de carbono, producto de una mala combustión o un déficit de oxígeno, o por pérdidas del gas de línea, que puede producir la explosión o incendio». Este logro del desarrollo aplicado argentino está en bemoles tras 11 años desde su creación.

300 muertes por año, cuando menos tres mil en una década, y la burocracia del ENARGAS sin resolver. Ponce es muy claro en señalar la situación: «el desarrollo que comenzamos a trabajar el año 2003 y tiene la patente desde el 2012, simplemente corta la combustión cuando hay monóxido de carbono de los artefactos que funcionan mal y posteriormente te avisa como una alarma convencional. Está disponible para la gente desde el año 2012, pero no está siendo comercializado porque tiene que pasar todas las etapas normativas del ENARGAS».

Un largo camino de burocracia indiferente al dolor de familias trasegadas por un dolor de por vida.

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