Alarmante

Cambio climático: advierten sobre una mega sequía por la falta de nieve en la cordillera

"Seamos inteligentes, este año el agua no va a sobrar", expresó el investigador principal del IANIGLA. La escasez de nevada dejará cifras históricas.

Felicitas Oyhenart
Felicitas Oyhenart miércoles, 11 de agosto de 2021 · 07:02 hs
Cambio climático: advierten sobre una mega sequía por la falta de nieve en la cordillera
Las Leñas, Malargüe, 26 de julio de 2021. Foto: Gentileza Hugo Muñoz

La cordillera de los Andes este año se enfrenta a nevadas históricamente bajas; una sequía que, según los investigadores, es consecuencia del calentamiento global y tiene alcances pocas veces vistas. La poca nieve precipitada y acumulada influirá en las comunidades que dependen del agua que proviene de la montaña.

En los últimos días se difundieron sorprendentes imágenes satelitales en las cuales se observa a la cordillera prácticamente sin nieve en sus picos más altos y en pleno invierno, lo que lleva a un importante retroceso de la capa de nieve. Dichas imágenes fueron tomadas por el satélite Copernicus Sentinel-3 de la Agencia Espacial Europea (ESA) el 27 de julio de 2020 y el 29 de julio de 2021. 

nieve agua cordillera de Los Andes
Imágenes de Copernicus Sentinel-3, procesadas por la DG DEFIS / Folleto a través de REUTERS.

A partir de dichas tomas, Ricardo Villalba, investigador principal del Instituto Argentino de Estudios de Ciencias de la Nieve, los Glaciares y el Medio Ambiente (IANIGLIA), explica que a medida que las precipitaciones disminuyen y los glaciares se retiran en la región, es probable que aquellas comunidades que dependen de las montañas para el suministro de agua sufran escasez de este recurso. "Aquí estamos viendo un proceso de disminución a largo plazo de las precipitaciones, una mega-sequía", dijo Villalba a Reuters y agregó: "Si miras los niveles de precipitación en este momento para toda la cordillera, muestran que o no ha nevado en absoluto o ha nevado muy poco".

Esto se refleja en las mediciones del nivel del agua de los ríos. En el caso de Mendoza, “desde 2010 en adelante, casi todos los años las nevadas en la cordillera mendocina han sido menores al promedio histórico, con excepción de los inviernos 2015 y 2016 en las cuencas de algunos ríos. Como resultado, los ríos Tunuyán, Diamante, Atuel y Grande llevan ya 11 años consecutivos de caudales inferiores a las respectivas medias, y los del río Mendoza sólo en 2015 y 2016 superaron muy ligeramente su promedio”, cuenta el geógrafo mendocino Marcelo Guiraud al ser consultado por MDZ.

En el informe diario que emite el Departamento General de Irrigación se nota esa tendencia: todas las estaciones que revelan la cantidad de nieve acumulada y su equivalente en agua están en cero. Las líneas planas de los gráficos hacen presagiar lo que puede pasar en el año hidrológico 2021 - 2022, que se mide entre octubre y septiembre de cada año: otro período pobre o seco, sumándose a la década que ya hay acumulada. 

El geógrafo añade que esta disminución de la precipitación nívea en la cordillera es inédita, “no sólo porque hubo años como 2010 y 2019 que están entre los menos nevadores desde que hay registros, sino por su duración”. La mega-sequía se ha extendido por más de 10 años.

Esta sequía histórica deja sus rastros, los cuales pueden verse en la situación actual de los glaciares de toda la cordillera que están “en un proceso de retroceso muy dramático que es mucho más acelerado de lo que hemos visto antes", afirma el investigador principal del IANIGLA y asegura que está directamente vinculado con el proceso de calentamiento global que está afectando a todo el planeta.

Desde el Servicio Meteorológico Nacional también advirtieron sobre la escasez de nevadas en la cordillera de Los Andes este año. "Esta es una comparación de la superficie con nieve en el trimestre mayo-junio-julio del año 2020 (izq) y del 2021 (der). Aunque el invierno es la época más lluviosa en la cordillera, las lluvias y nevadas fueron muy escasas este año y se notó en la cobertura de nieve", expresaron.

nieve nevadas Cordillera de Los Andes

"El déficit de precipitaciones sobre el oeste y sur de Patagonia se intensificó este invierno y se extendió a la zona cordillerana del centro del país. Hubo lluvias acumuladas con valores inferiores a 200 mm por debajo del promedio climatológico del trimestre (1981-2010)", agregaron.

nieve mendoza cordillera de Los Andes
Las lluvias acumuladas están por debajo de los 200 mm. Foto: Twitter SMN.

¿Cuál es el pronóstico para los próximos meses?

Ricardo Villalba adelanta a MDZ que, según información proporcionada por las bases de la  Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) y las bases de la Universidad de Columbia, el pronóstico de largo plazo indica que no habrá altas precipitaciones en lo que queda del invierno. “En los meses de agosto, septiembre y octubre la situación va a continuar crítica como hasta el momento”.

¿Cuáles son las consecuencias?

La provincia de Mendoza está en emergencia hídrica desde el año 2010; esta mega-sequía que se presenta en gran parte de la región es la más extensa que se ha registrado. Por supuesto, que la escasez de precipitaciones traerá disminución de caudales e implicancias en el medio ambiente y en la sociedad.

A simple viste se pueden observar los picos de la Cordillera con manchones de tierra seca y muy poca nieve, o nada. Esta situación repercutió duramente en el turismo de aquellos destinos que cuentan con centros de esquí, alguno de ellos no pudieron dar inicio a la temporada 2021, otros tuvieron que fabricar nieve con cañones y en el caso de aquellos que presentaron temperaturas elevadas, los mismos trabajadores tuvieron que trasladar nieve hacia las pistas y la base para continuar con las actividades. 

En el caso de los ríos de Mendoza, la poca nieve que se ha acumulado este invierno se ve reflejado directamente en su caudal. Cuando hay pocas precipitaciones, el caudal es bajo y en ese momento cumplen un rol fundamental los glaciares. “Cuando no tenemos nieve la contribución de los glaciares es mayor al escurrimiento, pero no pueden cubrir la falta de agua que queda por el déficit de nieve”, aclara Villalba.

“Debemos ser mucho más exigentes en los cuidados del uso del agua. Seamos inteligentes, este año el agua no va a sobrar”, advierte el investigador y agrega que esta situación alarmante precisa que quienes tienen el poder para el manejo del recurso hídrico tomen todas las precauciones para poder reservar tanta agua como sea posible.

En este último punto, Villalba resalta la importancia de tener en cuenta que la próxima primavera y el próximo verano podrán ser relativamente húmedos, como ha sucedido en los últimos años. “Lo cual implica que hay momentos en los que tenemos agua suficiente en el viñedo y en los frutales y no necesitamos del agua que baja de la cordillera”. Considerar esto permitirá tener un manejo inteligente del agua en días de lluvia para mitigar los efectos de la sequía.

Guiraud por su parte expresó: “Si en lo que queda del invierno las nevadas siguieran tan escasas como hasta ahora, los agricultores que dependen del turno de riego, y los mendocinos en general, tendremos una temporada bien difícil. Y en los ríos Grande y Colorado se podría observar un récord: el ciclo hidrológico con menor derrame desde las primeras mediciones de caudales en la cuenca, en 1919”.

La situación en la cordillera de Los Andes realmente es inquietante, contar con esta información permite adelantarse a lo que sucederá en la época estival y comenzar a concientizar sobre el cuidado del recurso hídrico desde ahora. “Los mendocinos hemos aprendido a convivir con esta situación pero sigue siendo una situación preocupante, tenemos que ser muy cuidadosos del uso del agua. Debemos reservar el agua en los diques, ser más exigentes en los sistemas de riego y en el uso industrial del agua, como así también en el uso diario en las casas”, previene Villalba.

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