Hábitos

Cambio de vida: eligieron Mendoza para escapar de la inseguridad y el encierro

La extensa cuarentena puso en jaque a Leonela y Gabriel que decidieron dar un giro de 180º. Mudarse fue un importante cambio de vida para la pareja que eligió Mendoza para echar raíces.

Florencia Rodríguez Petersen
Florencia Rodríguez Petersen jueves, 29 de julio de 2021 · 12:55 hs

Leonela (31) es ingeniera informática. Hace 4 años abandonó Venezuela buscando un futuro mejor. Trabajó cuidando niños, como empleada en una lavandería, en una clínica privada y, finamente, consiguió un trabajo ligado a su carrera. Desempeñarse como Tester QA (tester de calidad de soft) le permitió independizarse y dejar el departamento que compartía con compatriotas suyos.  Gabriel (39), su pareja, también trabaja en el sector informático, más precisamente en el área del sistema SUBE del Banco Nación.

Se conocieron por Tinder justo antes de la pandemia y decidieron convivir durante la cuarentena estricta. "Compartimos 24 horas diarias y eso nos ayudó a conocernos mejor", cuenta Gabriel. Ambos comenzaron a hacer trabajo 100% remoto cuando se declaró la pandemia y sus consecuentes cuarentenas. Un año después decidieron hacer un cambio de vida

Mudanza a Mendoza

"Vinimos a Mendoza en abril. Yo había estado varias veces y estaba enamorado de esta provincia. Me impactaba tanto su geografía como la limpieza de la ciudad, especialmente comparándola con Buenos Aires", dicen y agregan un motivo más que impulsó ese cambio: "Vinimos escapando de la inseguridad.  En busca de actividades al aire libre y, sobre todo, de una vida mas sana. En mi trabajo había hablado de mi deseo de irme de Buenos Aires y radicarme en Mendoza luego de un viaje que hice por trabajo a la ciudad de Mendoza. Este pedido fue tenido en cuenta por mi jefe, ya en pandemia, y tras algunas idas y vueltas en febrero ya tenia el ok para irme".

Leonela y Gabriel se mudaron a Mendoza.

Leonela no conocía el lugar, pero igual estaba entusiasmada con la idea de mudarse a una ciudad cerca de las montañas. "Teníamos expectativas altas que no fueron opacadas al llegar. Antes de venir hablábamos de cómo iba a ser nuestra vida acá. Nos imaginábamos paseando, sentíamos que era un lugar donde echar raíces y progresar", relata Leonela.

Pusieron en venta su casa en Lomas del Mirador con la certeza de que se instalarán en Mendoza. "Fuimos vendiendo muchos muebles para intentar mudar lo menos posible. Llegada la fecha, conseguimos un camión en el que cargamos lo que teníamos. Lo más importante eran nuestras motos: dos de Leonela y dos mías", comenta Gabriel. Con el camión cargado comenzó la travesía. 

"Recuerdo el momento preciso. Fue el 27 de abril, eran las 20:30. Viajamos toda la noche sin dormir. Estábamos agotados pero también excitados con este cambio de vida. El viaje fue impecable, los tres contábamos con permisos para movernos de provincia pero, por suerte, sólo tuvimos un solo control en toda la ruta", dice Gabriel y sigue: "Aquí en Mendoza nos esperaba mi tío Paco que nos alquiló un departamento hasta que pudiéramos vender la casa y comprar algo acá. No podíamos pedir más", remata. 

Gabriel y Leonela eligieron Mendoza porque aman sus paisajes. Se sorprendieron con la calidad de los mendocinos. 

Inseguridad: un motivo para no volver

"No volveríamos a Buenos Aires por ninguna razón", comentan y siguen: "No podemos entender como hacíamos para viajar en moto 45 minutos de ida y otros tantos de vuelta, entre el tráfico colapsado, las bocinas, la gente molesta y apurada. Además, la inseguridad que se vive allá te vuelve paranoico, es difícil de describir". 

Les gustaría compartir con otros las ventajas de salir de la Gran Ciudad para establecerse en otros puntos del país, aprovechando las oportunidades que brinda el homeoffice, tan extendido en esta época. "Empezaría por decir que es más seguro, se vive en un clima muy familiar y que hay un sinfín de atractivos geográficos -Buenos Aires es una gran llanura con algún río contaminado-. Aparte no hay congestión de tráfico y se respira aire más puro", enumera Gabriel. Al tiempo que Leonela destaca las cualidades particulares de Mendoza: "Tiene una geografía especial, nos gusta mucho la montaña. La gente tiene empuje, es trabajadora, está orgullosa de su provincia. Todos, sin excepción, nos recibieron de maravilla".

Enfatizan justamente eso: el buen trato de los mendocinos. "Hay frases que no se escuchan en Buenos Aires: 'qué te vaya lindo' o 'qué tengas un buen día'. Acá hay buen clima y eso nos gusta a los amantes de las motos nos preferimos el sol a la lluvia. Y los lugares para visitar son muchos... Muchísimos". 

Un cambio de vida definitivo

"Nos imaginamos construyendo nuestro futuro acá. Proyectamos un gran progreso debido a que el costo de vida aquí es menor que en Buenos Aires y las propiedades valen casi la mitad. Por poner un ejemplo, las verduras valen 3 veces menos que en el barrio donde vivíamos. Hay muchas oportunidades y mucho crecimiento, esto se refleja a simple vista en la construcción", explica Gabriel. 

"Siempre supimos que estábamos tomando la decisión correcta. Pasa el tiempo y sólo nos preguntamos cómo hacíamos para vivir en medio de tanta locura. Nuestros amigos nos preguntan si nos adaptamos bien y a cada uno le contestamos la verdad: es muy fácil adaptarse a una vida mejor, todo es mejor en Mendoza", concluyen. 

Llegaron a Mendoza en la búsqueda de un cambio de vida. Ya no toleraban la inseguridad y el tráfico. 
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