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#MejorSolaQueConMaluma: otra vez Maluma es víctima de la cancelación

Maluma publicó un compilado de besos en su cuenta de Instagram y se convirtió en blanco de críticas.

Florencia Rodríguez Petersen
Florencia Rodríguez Petersen miércoles, 28 de julio de 2021 · 19:39 hs
#MejorSolaQueConMaluma: otra vez Maluma es víctima de la cancelación

"Can I have a kiss..???", preguntaba de forma retórica Maluma en el video que compartió en sus redes sociales y que ya tuvo cerca de 10 millones de visualizaciones. El clip muestra al cantante besándose con sus seguidoras en distintos shows de la gira Papi Juancho.

Y, aparte de despertar la envidia de muchos de sus fans, desató una serie de críticas y enseguida se viralizó, casi a la velocidad del video, el hashtag cancelando al artista. #MejorSolaQueConMaluma ya había sido tendencia en otras ocasiones, por ejemplo para repudiar las letras sexistas del colombiano y, hace sólo dos meses, por sus declaraciones en relación a las protestas sociales en Colombia. 

La (nueva) cancelación a Maluma dio la vuelta al mundo. Las voces en contra del artista no tardaron en escucharse. Y todo hace pensar que esta no será la última vez que se escuchen voces intentando silenciar al artista colombiano. Pero, cada vez más frecuentes, las "cancelaciones" encienden la señal de alerta. 

La cultura de la cancelación es una cultura autoritaria e intolerante, que anula la diversidad y no admite las diferencias, afirma Sergio Sinay

No necesariamente por el target al que apuntan sino por lo que encierra esta idea. Según Wikipedia "cultura de la cancelación" es un neologismo "que designa a un cierto fenómeno extendido de retirar el apoyo, ya sea moral, como financiero, digital e incluso social, a aquellas personas u organizaciones que se consideran inadmisibles, ello como consecuencia de determinados comentarios o acciones o por transgredir ciertas expectativas". 

La socióloga Marou Rivero habla de la importancia de que sea una acción en masa. "Creo que la cultura de la cancelación tiene algo de exponer socialmente. Está demostrado que (la cancelación) es un acto en conjunto, una respuesta social, grupal, en masa, sobre un comportamiento u opinión con la que no se está de acuerdo. En masa hacemos muchas cosas que solos no nos animaríamos a hacer. Creo que eso es lo más sarpado de la cultura de la cancelación: te incentiva a pertenecer a un grupo que cuestiona, bardea, cancela y ubica a alguien por sus valores. Quizás si lo hicieras solo quedarías como un hater. Es decir, hay una cosa grupal que incentiva a que más gente lo haga y a que más personas se sientan cómodas haciéndolo aun en contextos donde normalmente no lo harían". 

Respecto a esta forma de actuar en masa y desde el anonimato que facilitan las redes, el ensayista Sergio Sinay  acota: "Lo que hoy la hace más visible y extendida son las redes sociales, porque en ellas se puede actuar con cobardía, anonimato e irresponsabilidad.

Cancelar a un youtuber porque habla desde un lugar sexista impacta fuertemente en su economía, cancelar a una marca porque hace greenwashing impacta en su imagen, explica Marou Rivero

Rivero sostiene que, con diversos nombres, la tendencia a cancelar existió desde siempre. Como si fuera inherente al ser humano en tanto ser social. Sinay coincide con ella en este punto al señalar que "la tendencia a cancelar siempre existió, porque la intolerancia está incluida en las posibilidades de la conducta humana, sobre todo en las personas emocional, psíquica e intelectualmente inmaduras, además de inseguras e incapaces de pensar por cuenta propia y de sostener sus ideas con argumentos". 

El lado B de la cancelación

Sin embargo, hay todavía algo más. Como advirtió J. K. Rowling, la autora de Harry Potter, cuando quedó en el radar de los canceladores, la idea de cancelar encierra "el peligro del pensamiento único". En este punto, Rivero asegura que "no se cancela lo que es no normal. Se cancela a quienes son demasiado conservadores o cerrados, a quienes no permiten la inclusión o la visibilidad de otras maneras". Pone como ejemplo, justamente, a la autora de Harry Potter, "fue cancelada por ser transfóbica y no por ser trans". 

En la misma línea, pero con otra mirada, Sinay expresa que "la cultura de la cancelación es una de las formas más perversas del 'pensamiento correcto', según el cual un grupo de personas que se consideran a sí mismas poseedoras y guardianas de la verdad, la justicia, la moral, etcétera, se arrogan el derecho de descalificar y 'prohibir' a quienes no piensan como ellas".

 

Especializado en vínculos humanos y filosofía, justifica su idea: "Por más que se digan progresistas, estas personas son reaccionarias, retardatarias, sus conductas nos regresan a la Edad Media y a la Inquisición, que funcionaba sobre estas mismas bases. La cultura de la cancelación es una cultura autoritaria e intolerante, que anula la diversidad y no admite las diferencias".

Al respecto, Rivero reconoce que "hay cancelaciones muy voraces y poco fundamentadas. nacen de algo medio fanático, muy polarizadas como el mundo en el que vivimos hoy". Quizás en este punto esté el quid de la cuestión. 

El impacto de la cancelación

Aunque se manifiesta a favor de generar más debates que cancelaciones, promoviendo una toma de conciencia más auténtica y cambios de raíz más que modificaciones superficiales o incluso un silencio por miedo a no agradar, Rivero reconoce que la cancelación es una tendencia que "crece porque tiene fuerza e impacto real en la persona que esta siendo cancelada por emitir ciertas opiniones o realizar determinadas acciones. Cancelar a un youtuber porque habla desde un lugar sexista impacta fuertemente en su economía, cancelar a una marca porque hace greenwashing impacta en su imagen. La cancelación crece porque es medible y eso incentiva a que más gente lo use". 

Nuevamente, Sinay se para en otro lugar. Señala que "la gran mayoría de los canceladores (que son perros guardianes del sectarismo y la intolerancia) no se atreverían a cancelar a otra persona si la tuvieran frente a sí de cuerpo presente y tampoco se atreverían a un debate serio y respetuoso con ella. Es una cultura en la que se emboscan los ignorantes", remata. 

 

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