Bérgamo, la ciudad italiana más golpeada por el Covid, hoy le pone fin a la pandemia

Hace poco más de un año, la ciudad de Bérgamo, en el norte de Italia, se convertía en el epicentro de la tragedia. Si bien el coronavirus se originó en China unos meses antes, recién con el estallido de contagios en la capital de la Lombardía el mundo tomó conciencia de la gravedad de la situación. Lo que allí sucedía adelantaba lo que se vería en otros países.

Camiones militares cargados de ataúdes, hospitales desbordados y médicos que debían decidir qué pacientes estaban condenados a morir por la falta de respiradores, fueron algunas de las dramáticas noticias que llegaban desde esa región.

El tiempo pasó. Miles de víctimas quedaron como saldo de esta enfermedad inesperada y la angustia parecía no tener fin, pero hoy no será un domingo más para la ciudad. Es el que marcará el último día de la pandemia. Desde mañana, como casi todo el país, se terminará el toque de queda, se levantarán las mayorías de las restricciones y se volverá a vivir la nueva normalidad.

Así lo dispuso el gobierno italiano ante la caída de los casos, la reducción del número de fallecidos y el avance del plan de vacunación.

“En la ciudad hay mucha ansiedad. Fuimos los más golpeados por el Covid. Tal vez, por eso, en muchos lugares se adelantó el levantamiento de las medidas que estuvieron vigentes en los últimos meses y hoy (por ayer, sábado) ya está todo abierto. Se siente el clima de alegría. Es el primer fin de semana en que nos sentimos libres otra vez” dijo a MDZ, Fernando Gorra, un argentino que vive desde hace casi 30 años en Bérgamo.

Con la apertura de discotecas, cines y shoppings se termina de liberar toda la actividad comercial. Los restaurantes y bares podrán estar abiertos sin límite horario y no tendrán cupos de ocupación para los salones internos.

El calor que se adueño de  la ciudad hace algunas semanas, anticipando el inicio del verano, hizo que la gente se volcara a las calles, después de meses de confinamiento.

Un hecho importante de estos días es el retorno de los turistas. La ciudad, pintoresca y con un gran atractivo cultural y arquitectónico, vive en buena medida de esta actividad.

A pocos minutos del casco histórico, se encuentra el aeropuerto low cost más importante deI norte de Italia. En tiempos normales, decenas de vuelos llegaban y salían del lugar. Desde comienzos del 2020 permaneció cerrado.

“Es extraño y emocionante volver a escuchar el ruido de los aviones. Uno no se imagina los detalles que puede valorar cuando no los tiene. El regreso de los vuelos es una muestra de que estamos vivos” comentó Claudia Giménez, una ingeniera argentina que dejó el barrio de Floresta, hace dos décadas, para radicarse en la ciudad.

Desde el viernes, con la implementación del “Pase verde”, todas las personas de la Unión Europea, Estados Unidos, Japón y Canadá, que estén vacunadas o con test negativo, pueden circular por el país. Se mantiene, por ahora, la restricción de quienes provienen de Gran Bretaña por el avance de la variante Delta. Cualquier viajero de esa zona deberá realizar una cuarentena de cinco días.

“Lo último que falta para sentir que la pandemia se terminó es que se levante la prohibición del uso de barbijos para salir a la calle” agregó Fernando Gorra.

Se estima que esa medida se dispondrá a comienzos de julio si se mantiene la baja de casos.

En Italia, los contagios se ubican apenas por arriba de los 1.000 casos diarios y las muertes por debajo de los 50. En la provincia bergamasca se registraron sólo dos muertos en viernes último.

La vacunación en el país llega 52% con una dosis y más de 25% con el esquema completo de las vacunas de Pfizer o AstraZeneca.

El daño económico para la ciudad y el impacto psicológico para la población serán temas que deberán evaluarse en los próximos meses, pero lo que sucede este fin de semana en Bérgamo es una señal para el mundo. Hay un día después.