Historias de vida

Confesiones de adictos al sexo revelan cuál es su verdadero padecimiento

Carlos y Lucía son adictos al sexo que se encuentran en plena recuperación. Las dificultades para relacionarse y vivir en una sociedad hipersexualizada que, en ocasiones, no entiende y juzga a quienes padecen ese trastorno.

Andrea Ginestar
Andrea Ginestar lunes, 15 de noviembre de 2021 · 10:56 hs
Confesiones de adictos al sexo revelan cuál es su verdadero padecimiento
El adicto siente impotencia ante una conducta compulsiva, lo que hace que su vida se torne ingobernable. Foto: Archivo

La adicción al sexo es una condición que se asocia a la existencia de impulsos incontrolables y pensamientos que interfieren en la vida personal y laboral de quienes padecen este trastorno. Los testimonios en primera persona dan cuenta de un problema que afecta a cientos de hombres y mujeres que buscan ayuda al detectar que su comportamiento sexual se torna compulsivo. 

Las adicciones referidas a los comportamientos no son químicas, sino que suponen una dependencia que pueden implicar una variedad amplia de conductas que afectan considerablemente la vida de quienes las padecen. La clave está en identificar el problema y buscar ayuda profesional antes de que la adicción tome el control de la situación. Un gran número de adictos sexuales explican que la condición de dependencia ha sido un proceso progresivo.

Carlos es adicto al sexo en tratamiento. Es ingeniero, está casado desde hace 7 años y desde hace 5 asiste a las reuniones virtuales o presenciales que organiza la Asociación Sexo Adictos Anónimos (ASA), gracias al consejo de su esposa que encontró esta alternativa luego de tomar conocimiento del problema que lo afectaba.  "Mi mujer muchas veces con firmeza, otras no tanto, me ayuda para que no entre en mis conductas adictivas que, en mi caso, son el consumo de pornografía, masturbación compulsiva con y sin material XXX, entre otras conductas", contó. 

"Te dicen degenerado,  violador o algo semejante, y no... no somos eso... somos personas enfermas que lo pasamos muy mal".

"Esta adicción es demasiado cruel, si sos alcohólico a lo sumo te dicen que sos un borracho, si sos adicto al juego, te tildan de timbero, pero con esta adicción, te dicen que sos un degenerado, un violador o algo semejante, y no... no somos eso... somos personas enfermas que lo pasamos muy mal", destacó Carlos.

El tratamiento de esta adicción conlleva cambios y cuidados a tener en cuenta relacionados a la vida cotidiana ya que existen innumerables situaciones que pueden ser disparadores. Tal es el caso de las publicidades sexualizadas en la vía pública. "Hemos dejado de ir a comprar ropa interior pues las fotos de las modelos me pueden hacer volver a esas conductas, no vemos series o películas que tengan escenas sexualizadas o eróticas, no usamos lenguaje sexualizado. Para vender una aspirina aparece una modelo en bikini caminando sensualmente...gente con muy poca ropa y en poses sugerentes. Todo eso es un caldo de cultivo muy importante, para mí al menos...", explicó.

El consumo indiscriminado de pornografía es un trastorno que debe ser tratado por profesionales

"Me di cuenta que tenía un problema cuando una Navidad que estábamos bailando con mi esposa, sonó la alarma de mi computadora indicando que había finalizado una descarga de película -obvio que no era navideña precisamente-, y tuve la necesidad imperiosa de ir a verla", agregó Carlos. 

En ese momento su vida era un caos, no podía contener la necesidad de consumir pornografía en distintos momentos del día. Perdió muchos trabajos a causa de su adicción y su mujer tomó la iniciativa de buscar ayuda para salvar el matrimonio. Participa desde hace 5 años en el grupo de Sexo Adictos Anónimos asistiendo a reuniones ya sean presenciales o virtuales, haciendo distintos servicios que van desde servir un café a coordinar una reunión.

"En ocasiones debo representar a mi grupo en una reunión con otros grupos de Argentina e incluso en reuniones internacionales pero el servicio más importante es que yo asista a la reunión", y agregó: "En el grupo somos todos enfermos que buscamos la recuperación. Allí se nos escucha sin juzgarnos".

Carlos explicó que parte del tratamiento consiste en encontrar las herramientas para abordar el problema y tener una sexualidad sana. "Nos abstenemos de nuestras conductas nocivas, vamos contando los días. Al día de hoy, 19 de octubre tengo 3 años, 4 meses y 18 días de la última vez que tuve una conducta nociva", contó.

La adicción no conoce de géneros

Lucía es docente y tiene una relación estable de pareja desde hace unos meses. Si bien piensa que su compañero será comprensivo ante la situación, aún no habló del tema. Su familia también desconoce la adicción que padece, solo sus amigas más cercanas, que si bien no lo entienden del todo, la acompañan en la recuperación.

"Mi problema es el consumo de pornografía, lo hacía en mi casa encerrada en la habitación. Me he quedado hasta la madrugada despierta mirando videos y películas, sin poder parar"

Desde hace poco más de 5 años concurre al programa de ASA, desde ese momento está en abstinencia. "Nunca tuve complicaciones laborales por esta adicción ya que mi problema es con el consumo de pornografía. Lo hacía en mi casa encerrada en mi habitación, en ocasiones me quedaba hasta la madrugada despierta consumiendo pornografía, sin poder parar".

Las publicidades que contienen material sexualizado presentan un problema para quienes padecen una adicción al sexo 

Lucía cuenta que la adicción dificultó el tema de estar en pareja, ya que por momentos se aislaba o estaba en un estado de "anorexia" sexual, porque le costaba mucho conectarse con otra persona, desde la intimidad y desde lo emocional.

"Supe que tenía un problema cuando me enteré que una persona que quería mucho era adicto y que había sufrido mucho, ahí entendí que tenía un problema y debía pedir ayuda", explicó y agregó: "Pienso que hay mucha gente que está sufriendo esta adicción en soledad, que no sabe pedir ayuda, que les da vergüenza, pudor, angustia. Ojalá más personas puedan animarse y acercarse a los grupos. A mí me cambió la vida poder entender lo que me pasaba y podía hacer para sentirme bien conmigo misma, teniendo una vida sexual sana, estando o no en pareja". 

Cómo funciona el grupo de ayuda

En Argentina existen grupos de ayuda que se reúnen periódicamente con el fin de recuperarse de su comportamiento sexual compulsivo. Las reuniones son basadas en la confidencialidad y el objetivo central es la recuperación del paciente que posee una adicción sexual.

El grupo de ayuda toma una forma similar a alcohólicos anónimos con adaptaciones referidas a la especificidad de la problemática. realizan reuniones virtuales y presenciales donde comparten sus experiencias y se contienen unos a otros. "Las reuniones, el poder compartir con compañeros y compañeras de confianza, poder hablar con sinceridad, sin sentirme juzgada, usar las herramientas de recuperación (oración, meditación, llamar a algún compañero/a cuando me siento en peligro de recaer, escribir) es lo que me lleva a estar abstinente un día a la vez", contó Lucía.

"Nos quita un peso enorme saber que no estamos solos, nos acompañamos, nos entendemos y nos ayudamos unos a otros. Hay miles de disparadores culturales, en publicidades, películas, series, vestimentas de moda, chistes sexualizados, los mandatos sociales y nuevas formas de relacionarse dificultan nuestro proceso", agregó.

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