El año en que la economía del conocimiento también se viralizó
El reconocido emprendedor mendocino Rafael Kemelmajer suma su mirada al balance del 2020 pandémico donde la tecnología marcó la cancha y sentó las bases para los tiempos pospandémicos. La clave, asegura, es que surjan líderes que coloquen el bien común global por encima de los intereses nacionales.
Rafael Kemelmajer es un economista mendocino que a través de sus reconocidos emprendimientos, en especial Pizarra Blanca y Quinto Impacto, hace realidad conceptos que para muchos aún son teoría, como Economía +B, Movimiento B, Economía naranja, Sistema B o Economía del conocimiento. Y en todos los casos, tomando a Mendoza como base de lanzamiento hacia el cada vez más globalizado mundo de las ideas y los negocios.
Con un 2020 ya agonizando, año que por los siglos de los siglos será sinónimo de pandemia y distopía, la hora de los balances se impone. El también docente y alma páter de proyectos variopintos comparte aquí una suerte de debe y haber de este singular período para toda la humanidad pero que, evidentemente, también supo gestar su lado positivo.
-Sin duda la tecnología jugó un rol clave en el periplo de la pandemia. En esa línea, ¿qué pros y contras podrías destacar en relación a Mendoza y el país?
-La principal desventaja que deja al desnudo la pandemia son los problemas de conectividad. Observamos la enorme cantidad de chicos que no lograron conectarse para ir a clases o las empresas que siguen fuera del mundo digital. Este problema está profundizado en Mendoza, donde cae la conectividad per cápita con respecto al promedio del país, según datos de Enacom. No sé si fue una ventaja, pero sí la que más me emocionó, fue ver la movilización del ecosistema emprendedor tecnológico proponiendo soluciones, desde estudiantes imprimiendo máscaras en impresoras 3D las 24 horas hasta plataformas para apoyar comercios. La creatividad estuvo muy activa en todos los sectores.
-En lo personal, ¿qué aprendizaje te dejó este año tan particular, siendo vos un emprendedor incansable?
-Son infinitas las reflexiones y aprendizajes. Comparto algunos.
1) Si no innovamos, desaparecemos. No hace falta explicar mucho este punto, quedó a la vista la necesidad de innovar en vacunas, tecnologías, políticas públicas, etcétera
2) Necesitamos liderazgos globales. Vimos presidentes de todo el mundo ocupados en bajar las muertes y sostener la economía, aunque eso signifique que otro país vecino tenga más problemas. Pero no vimos grandes liderazgos ocupados en el ganar-ganar de todos. Bajo el lema de "mi país primero" recibirán vacunas personas con bajo riesgo, mientras que personas con alto riesgo de otros países morirán. Si tenemos liderazgos que coloquen el bien común global por encima de los intereses nacionales realmente podremos dar una oportunidad para un mundo más justo, democrático y sostenible.
3) Tenemos que generar fuertes ecosistemas y alianzas globales porque solos no vamos a lograr nada. Ante tantos desafíos vimos cómo las empresas más grandes realizaban acciones conjuntas o cómo el sector privado interactuó con la academia y el sector público. Espero que esos niveles de cooperación se sigan profundizando por el bien común.
4) Es importante nuestra responsabilidad como ciudadanos activos. Tenemos que involucrarnos más en organizaciones ciudadanas para que las decisiones que nos afectan a todos no queden concentradas en unos pocos con baja transparencia. No tengo dudas de que los aprendizajes de la humanidad en este año nos llevarán a ser mejores para el mundo.
- A nivel gubernamental se impulsa en Mendoza la economía del conocimiento, incluso con leyes aprobadas hace poco, pero en lo concreto, ¿qué aportes reales se pueden apreciar o ves que se estén haciendo realidad?
-Todos los ciudadanos del mundo pedían una vacuna urgente, por lo que sin dudas la economía del conocimiento fue la vedette del año, donde los países con mayor inversión en conocimiento son los que lograron llegar primeros a la meta. No estamos hablando de un sector, sino de un movilizador de la economía en su conjunto. Pudimos ver la importancia de la tecnología en educación, salud, energía, seguridad, etcétera. En cada uno de los sectores observamos cómo la tecnología impulsó o trajo grandes dolores por su ineficiencia.
"La inversión en ciencia y tecnología nos puede dar la oportunidad de generar cambios económicos, sociales, ambientales y culturales de gran escala".
Latinoamérica en general está jugando un papel muy secundario y es importante que los gobiernos construyan las condiciones necesarias para el desarrollo educacional y fondos privados de alto riesgo. En este contexto, los mendocinos tenemos un enorme desafío, son notorios los esfuerzos del Gobierno de Mendoza, el Polo TIC, empresas, algunas universidades y centros de investigación que se van sumando.
El paquete de medidas para economía del conocimiento, aún no reglamentado, sin dudas será insuficiente pero marca una fuerte intencionalidad y dirección en las políticas públicas de mediano plazo. Tenemos que concentrar los esfuerzos en capacitación y generar un ambiente atractivo para inversores de riesgo.
-¿Qué nueva iniciativa local (una startup, una aplicación, un proyecto, una ley) destacarías como emergente de un año tan fuera de lo común?
-Tuvimos varias startup que nos deberían dar orgullo a los mendocinos, por su innovación, durante el 2020. Destaco el crecimiento de Cárbula (mercado de autos usados) y Egg (educación basada en la cooperación) que iniciaron sus procesos de internacionalización. También vienen realizando un gran trabajo InterBrain (capacitación por medio de realidad virtual), Cerebro Curioso (robótica para chicos). Fuera de lo tecnológico, emprendimientos como Maderas Plásticas o El Botellón demuestran que la innovación no solo se produce con la tecnología.
-Saliendo de un año tan duro, ¿cómo vislumbrás el 2021 para el sector en el que te movés profesionalmente? ¿Sos de los que creen que las crisis habilitan nuevas oportunidades y desafíos?
-Creo que lo peor no pasó. Para el mundo, el primer semestre de 2021 será muy parecido al 2020. Dependemos de la efectividad de las vacunas; una vez superado eso, posiblemente empecemos a ver una expansión económica. Esperemos no tener otra sorpresa. En Argentina veo un panorama más complicado para el 2021, por múltiples factores (elecciones, cierre de empresas, inflación, aumento de pobreza, fuga de inversiones, inestabilidad cambiaria, ausencia de planes de mediano plazo). En particular, en el sector de economía del conocimiento posiblemente sea un buen año tanto a nivel nacional como global. Los que están invirtiendo y capacitándose para este sector tendrán mayores y mejores oportunidades. Sin dudas, debemos duplicar los esfuerzos y la creatividad para lograr el mayor bienestar común posible.
#Bio
- Rafael Kemelmajer nació hace 39 años en Mendoza.
- Licenciado en Economía, Magister en Administración de Negocios Digitales (U.Barcelona)
- Director en Quinto Impacto, empresa certificada B dedicada al desarrollo de soluciones de impacto positivo con componente tecnológico generado desde la integración.
- Consultor en Innovación empresarial para el bien común.
- Coordinador de laboratorio de innovación (Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Cuyo)
- Catalizador de la Liga Global de Intraemprendedores. Organización que promueve el emprendedurismo de impacto dentro de organizaciones públicas y privadas.
- Presidente de Nuestra Mendoza, organización que promueve ciudades más justas, democraticas, sostenibles y transparentes.
- Miembro de la Comisión Directiva Polo TIC Mendoza.
- Miembro del Concejo Económico, Social y Ambiental de Mendoza.
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