Preocupación

Por qué aumentan los casos de coronavirus, según investigadores

La Argentina viene superando los 10.000 casos diarios de coronavirus, un salto significativo respecto a las jornadas previas, lo que generó muchos interrogantes y cierta preocupación sobre la evolución de la pandemia en el país y los motivos de esa expansión pese a la prolongada cuarentena.

Redacción MDZ
Redacción MDZ sábado, 29 de agosto de 2020 · 11:35 hs
Por qué aumentan los casos de coronavirus, según investigadores
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Desde hace tres días, la Argentina viene superando los 10.000 casos diarios de coronavirus, un salto significativo respecto a las jornadas previas que se evidenció con el drástico aumento de casi 2000 casos entre el martes y el miércoles pasado, lo que generó muchos interrogantes y cierta preocupación sobre la evolución de la pandemia en el país y los motivos de esa expansión pese a la prolongada cuarentena obligatoria.

Aunque para muchos se trata de un escenario inesperado, otros ya lo veían venir. Rodrigo Castro, investigador del Instituto de Ciencias de la Computación de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, logró prever hace ya más de tres semanas en sus modelos matemáticos que, sin intervenciones adecuadas, a fines de este mes se llegaría a esa cifra de nuevos reportes diarios de Covid-19.

En declaraciones a La Nación, Castro destacó que, comparando los informes vespertinos de ambos días, se observa que el incremento de casos se explica en alrededor del 90% por la contribución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y la Provincia de Buenos Aires, mientras que el 10% restante se reparte mayoritariamente en las provincias de Chubut, Córdoba, Rio Negro, Santa Cruz y Santa Fe. Para el especialista, la explicación es simple: relajación de las restricciones y de los cuidados individuales.

De todos modos, no descarta que en realidad este aumento sea producto de una distorsión causada por un retraso en la carga de los datos: "Es una hipótesis que estamos manejando. Nosotros siempre calculamos a partir del inicio de síntomas; entonces, la pregunta es la siguiente: ¿están demorando tanto el procesamiento de las muestras y el registro que no alcanza con olvidarse de los últimos diez días y hay que dejar de lado los últimos veinte? Este dato es un alerta, pero hay que acompañarlo con los registros de varios días más para ver si realmente es una tendencia o una irregularidad".

Por su parte, el físico y especialista en análisis de datos Jorge Aliaga consideró que las fluctuaciones se deben, en parte, a las decenas de miles de casos que se mantienen como "sospechosos", dando una combinación de factores que en lugar de compensarse, se suman. Al mismo tiempo, señala que en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) había un equilibrio inestable entre quienes se habían contagiado y la mayoría de personas que estaba cuidándose, pero cuando estos últimos empezaron a dejar de tomar precauciones, creyendo que "lo peor ya pasó", los números se dispararon.

"Puede ser que a algo de eso se deba el crecimiento de los últimos días. El interior se acostumbró al distanciamiento social preventivo y obligatorio con muchas actividades permitidas, pero sin tener las capacidades para detectar y contener focos. Y las jurisdicciones que hasta ahora estaban actuando mejor (como Córdoba y Santa Fe) están siendo sobrepasadas. Tal vez en los próximos días baje de nuevo, pero ya tenemos un nuevo piso que ronda los 8000 casos diarios", detalló.

Sin embargo, los retrasos burocráticos en principio no alcanzarían para justificar semejante ascenso. Para Castro, "a veces, los análisis pormenorizados pueden hacernos creer que la situación está bajo control cuando no es así. Por ejemplo, uno puede pensar que CABA, el Conurbano y ciertas provincias, están muy bien, pero no hay que olvidarse del contexto 'macro'. El nuestro es un país centralizado en el AMBA, donde está el 50% del PBI. Si uno relaja las restricciones en Rosario, Córdoba y Mendoza, eso hace que se produzca un flujo entre el centro neurálgico y esas provincias. Al analizar bien las tendencias a nivel país, se puede ver que es un entramado heterogéneo interconectado. Hay que tener cuidado con los mensajes de que estamos controlando el brote porque eso se expande a otros lugares que tal vez no están en condiciones de liberar actividades".

Soledad Retamar, investigadora de la Universidad Tecnológica Nacional en Entre Ríos, le llamaba más la atención que hubiera un amesetamiento en el AMBA que el aumento de casos. "Hasta no hace mucho, exceptuando a Chaco, la pandemia estaba casi totalmente localizada en la Capital y alrededores: Hoy, la excepción es la provincia que no confirma casos a diario. Y si hay mayor movilidad, salvo que realmente los cuidados sean mayores y mejores, no veo cómo podrían bajar. Para tomar dimensión del ritmo de aumento, basta con observar que el miércoles pasado el promedio semanal estaba en 6.300 por día; hoy es de 8.200".

Por el contrario, para Rodrigo Quiroga, biofísico de la Universidad Nacional de Córdoba,  es más sorprendente el crecimiento de la curva de contagios en CABA y provincia de Buenos Aires: "Podemos estar empezando a ver el fin de la meseta. Iba a durar mientras se mantuviera la restricción de la movilidad, pero era previsible que el 'combo' del mensaje tranquilizador más la flexibilización iba a hacer que subieran los casos".

Quiroga consideró que hay cuatro factores fundamentales que podrían hacer bajar la cantidad de casos diarios: una movilidad más o menos restringida, un mayor cuidado individual porque casi todo el mundo tiene un amigo o familiar internado o fallecido, una porción de la población inmunizada, y que los más reacios a cuidarse ya se infectaron. "El cúmulo de todas esas cosas había llevado el R incluso por debajo de 1. Pero en algún momento, la mayor circulación de personas que antes se habían cuidado, sumada a la flexibilización de actividades, podían llevar el R por encima de 1, e inclinar la balanza hacia una mayor transmisión".

El investigador anticipa que, ya con casi 8000 fallecidos, para fines del mes que viene esa cifra podría ubicarse entre 13.000 y 17.000. "Es una situación insostenible en el tiempo, algo hay que hacer", subraya.

Castro coincide: "Para mí, hay que tratar de hacer un cierre lo más estricto posible". Pero destaca que las simulaciones que desarrolla permiten diseñar distintos tipos de aperturas y restricciones, incluso sectorizándolas por actividad. "Algo así como aislamientos intermitentes. Para sobrellevar la fatiga, lo importante es dar predictibilidad y cumplirla, que es lo único que hasta ahora no se intentó. Se pueden hacer de tres semanas y tres semanas, de dos y dos, que en las dos de cierre se pueda salir los sábados y domingos al parque. Lo que nosotros mostramos matemáticamente es que la estrategia de aperturas y cierres efectivos en el mediano plazo va bajando los casos y no satura las unidades de terapia intensiva", reflexionó.

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