"Esta propuesta plantea niños activos"

Movimiento Libre: cómo beneficia al desarrollo del niño

En S.O.S live conocimos en profundidad cuál es esta técnica de crianza y cómo se puede aplicar. Desde "Acompañame a Crecer" brindaron tips y consejos para padres y madres.

Felicitas Oyhenart
Felicitas Oyhenart viernes, 14 de agosto de 2020 · 07:09 hs
Movimiento Libre: cómo beneficia al desarrollo del niño

En el marco de la semana de la niñez, en S.O.S live dialogamos con quienes llevan adelante el proyecto "Acompañame a Crecer" sobre Movimiento Libre, un método de crianza que se recomienda para el desarrollo del niño.

María Celeste Morales, especialista en desarrollo infantil temprano y profesora terapéutica para discapacitados mentales y motores, y Patricia Vazquez Imbarack, especialista en desarrollo infantil temprano y profesora de educación inicial, hablaron sobre los beneficios y cómo implementar este sistema de crianza.

El Movimiento Libre es “permitirle al niño la libertad motriz, generar un espacio con elementos apropiados y permitirle por sí sólo explorar su cuerpo”, explica Patricia Vázquez y agrega “de esta manera podrá conocer sus posturas y llegar al desplazamiento de manera autónoma”.

“Se busca que el niño sea sujeto y protagonista y que el adulto sólo acompañe”, aclara Vázquez.

Cada familia puede optar qué método de crianza quiere y considera apropiado para su hijo, "esta propuesta plantea niños activos que hacen, no pasivos".

"Muchos piensan que el Movimiento Libre es armar un espacio, dejar al bebé ahí e irme a trabajar. En realidad es estar atento y disponible, observarlo y estar siempre presente. No es dejar al niño sólo en el piso todo el día”. Para que los pequeños puedan centrarse en su autoconocimiento y desarrollar su autonomía, la figura del cuidador es fundamental. Dejar que un niño se mueva de forma libre no quiere decir no tener contacto con él.

Las especialistas advierten que es muy importante la presencia del adulto durante los cuidados de cotidianidad,  que se brinde un cuidado de calidad, cuidado de higiene, alimentación, en el cual haya afecto, amor, sostén, mirada y comunicación en el vínculo. Esto permitirá que el niño pueda alejarse del adulto y explorar con confianza y seguridad.  

Los beneficios de esta técnica son muchos, "los niños al explorar conocen su cuerpo, se mantienen en equilibrio, llegan a posturas por sí solos, logran confianza en sí mismos, son adultos el día de mañana que tendrán poder de decisión, con iniciativa y seguridad. Son niños respetados que el día de mañana seguramente también respetaran la crianza”, cuentan las profesionales.

Sucede en muchos casos que los padres tienden a querer acelerar los procesos de sus hijos, “como papás muchas veces intervenimos y obstaculizamos el desarrollo para acelerar el proceso esto se dá por comparar con otros niños”, “cada niño tiene su tiempo, ahora bien si el papá nota que algo le llama la atención debe comunicarse con un pediatra que evaluará si es necesario derivarlo a un especialista”.

"Vivimos en una sociedad muy acelerada y competidora, pensamos si uno lo hace antes lo hace mejor y no es así. En el desarrollo del niño es importante que sus movimientos sean de calidad, aunque eso lleve más tiempo".

El apego es otro de los puntos claves de este método, debemos explicarle lo que sucederá “el niño tiene que estar anticipado de lo que va a pasar: si me voy con quién se quedará, dónde y por cuánto tiempo”.  Este vínculo se concibe mucho antes, "permitirá que yo me pueda ir y que el niño se quede tranquilo",

En cuanto al espacio de juego o exploración, dependerá de cada bebé, “al principio delimitamos el espacio hasta que el bebé pide salir, quizás ese perímetro ya lo exploró y requiere más lugar”, aclara Morales.

Lo ideal es, siempre y cuando contemos con el espacio en el hogar, organizar cada espacio para cada actividad: el espacio de juego, el de comida, el de cambiado, para que podamos darle anticipación al niño y sepa qué vamos a hacer. En cuanto a los elementos para colocar en el espacio, hay diversos objetos de exploración que se pueden colocar sueltos y alcance del niño, por eso no se recomiendan los gimnasios que tienen los elementos en altura.

En el vivo las especialistas mostraron qué elementos son los acordes según la edad del niño, cómo armar el espacio y dónde se pueden adquirir todos los elementos.

Historia del método

Los orígenes de este movimiento se remontan a 1940, aproximadamente, en Budapest. La creadora de este método fue Emmi Pikler (1902-1984), una pediatra húngara que dirigía el orfanato Loczy de Budapest. Sus teorías y metodología de crianza surgen de la necesidad de evitar que los pequeños internados sufriesen del llamado síndrome de hospitalismo, que hace que algunos niños criados en instituciones tengan dificultades en el desarrollo de las competencias afectivas, la personalidad y la psicomotricidad. Para evitarlo, desarrolló este sistema pedagógico, el de “movimiento libre”, que se basa fundamentalmente en dos pilares: La necesidad de apego y la necesidad de autonomía.

 

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